Uso problemático de internet en adolescentes españoles y su relación con autoestima e impulsividad

Problematic Internet Use in Spanish Adolescents and Their Relationship with Self-Esteem and Impulsivity

Uso problemático da Internet em adolescentes espanhóis e sua relação com autoestima e impulsividade

María de la Villa Moral Jiménez
Universidad de Oviedo , España
Sara Fernández Domínguez
Universidad de Oviedo, España

Uso problemático de internet en adolescentes españoles y su relación con autoestima e impulsividad

Avances en Psicología Latinoamericana, vol. 37, núm. 1, 2019

Universidad del Rosario

Recibido: 21 Julio 2016

Aceptado: 19 Septiembre 2018

Información adicional

Cómo citar este artículo: Moral, M. de la V., & Fernández, S. (2019). Uso problemático de internet en adolescentes españolesy su relación con autoestima e impulsividad. Avances en Psicología Latinoamericana, 37(1), 103-119. Doi: https://doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/apl/a.5029

Resumen: Dado el gran auge del uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (tic) por parte del colectivo juvenil resulta de interés el análisis de los patrones disfuncionales y de su potencialidad adictiva. El objetivo de este trabajo consiste en explorar las rela­ciones entre el uso problemático de internet y factores de riesgo como la impulsividad, así como analizar las diferencias en conflictos intra e interpersonales asocia­dos en función del género y la edad. Han participado 240 adolescentes y jóvenes (124 mujeres y 116 hom­bres) con edades comprendidas entre los 15 y 22 años (X= 18.075; dt = 2.36), estudiantes del Principado de Asturias (España). Nuestros resultados sugieren que 11.25% de los adolescentes hacen usos problemáticos de internet frente a un 88.75% que muestran un uso controlado. Respecto a las diferencias en función del género y de la edad no han resultado significativas. Se ha hallado que la baja autoestima y la impulsividad cognitiva y no planeada predicen con mayor probabi­lidad el uso desadaptativo de internet. Presentar ma­yor propensión a tomar decisiones rápidas, así como mostrar más interés en la toma de decisiones presentes que futuras, aumenta las probabilidades de puntuar más alto en conflictos interpersonales asociados al uso problemático de internet. Se discuten las implicaciones de tales hallazgos.

Palabras clave uso problemático, internet, autoestima, impulsividad, adolescentes.

Abstract: Given the great increase in the use of new information and communication technologies (i cts) in recent years by the youth collective, it is interesting to analyze dysfunctional patterns and their addictive potential. The aim of this research is to explore the relationship between problematic Internet use and risk factors such as impulsivity, and to analyze potential differences in intra and interpersonal conflicts associated to gender and age. 240 adolescents and young people (124 wom­en and 116 men) aged between 15 and 22 years (X = 18.075; SD= 2.36) participated, all of them students of the Principality of Asturias (Spain). Problematic Internet use was found among 11.25 % of adolescents compared with 88.75 % showing a controlled use. No significant effects of gender and age were registered. It was found that low self-esteem as well as cognitive and unplanned impulsivity predict with high likelihood maladaptive Internet use. Greater propensity to make quick decisions and showing more interest in making decisions for the present than for future increased the likelihood of higher scoring in interpersonal conflicts associated with problematic Internet use. The implica­tions of these findings are discussed.

Keywords: Problematic use, Internet, self-esteem, im­pulsiveness, teenagers.

Resumo: Dado o grande auge do uso das Novas Tecnologias da Informação e a Comunicação (tics) por parte do cole­tivo juvenil resulta de interesse a análise dos patrões disfuncionais e de sua potencialidade aditiva. O objetivo deste trabalho consiste em explorar as relações entre o uso problemático da Internet e fatores de risco como a impulsividade, assim como analisar as diferenças em conflitos intrapessoais e interpessoais associados em função do gênero e o nível de idade. Têm participado 240 adolescentes e jovens (124 mulheres e 116 ho­mens) com idades compreendidas entre os 15 e 22 anos (X= 18.075; DT= 2.36), estudantes do Principado de Astúrias (Espanha). Em relação com a possível existên­cia de usos problemáticos da Internet resulta atribuível ao 11.25% dos adolescentes frente a um 88.75% que mostram um uso controlado. Respeito às diferenças em função do gênero e da idade não têm resultado signifi­cativas. Se tem encontrado que a baixa autoestima e a Impulsividade Cognitiva e Não Planejada predizem com maior probabilidade o uso mal-adaptativo da Internet. Apresentar maior propensão a tomar decisões rápidas, assim como mostrar maior interesse nas tomadas de decisões presentes que futuras, aumentam as probabi­lidades de pontuar mais alto em Conflitos interpessoais associados ao uso problemático da Internet. Discutem-se as implicações de tais resultados.

Palavras-chave: uso problemático, Internet, autoestima, impulsividade, adolescentes.

Introducción

Los procedimientos de interacción comunica­tiva a nivel interpersonal se han modificado en los últimos años, de modo que el amplio espectro de las nuevas tecnologías de la información y la co­municación (tic) están transformando nuestra vida cotidiana y los propios procesos interaccionales. Se­mejante cambio ha sido producido por la aparición de una gran variedad de instrumentos y dispositivos que han revolucionado la forma en que trabajamos, nos relacionamos o nos divertimos a través del uso de aplicaciones comunicativas como chats, juegos en línea, redes sociales, etc. (Botto & Méndez-Spen­sieri, 2018; Carbonell & Oberst, 2015; Pérez del Río, 2014), así como el consumo de contenidos audiovisuales de adolescentes y jóvenes a través de internet (García, Tur-Viñes & Pastor, 2018).

El diseño y las características de estas tecno­logías nos han traído numerosos beneficios y po­sibilidades como nuevas formas de aprendizaje, comunicación, relación y entretenimiento (Rial, Gómez, Braña & Varela, 2014). Sin embargo, ade­más del acceso a contenidos inapropiados, el acoso o la pérdida de intimidad, también pueden fomentar conductas histriónicas, narcisistas, sentimientos de soledad y aburrimiento y en ocasiones deformado­res de la realidad (Echeburúa & de Corral, 2010; Rial, Golpe, Gómez & Barreiro, 2015; Wilson, Fornasier & White, 2010). Por sus características, son susceptibles de afectar la voluntad de control en su uso. En este sentido, Echeburúa y de Corral (2010) apuntaban que cualquier persona puede utilizar las nuevas tecnologías como herramienta de trabajo o por puro placer, el problema surge cuando los usuarios sienten alivio del malestar emocional al recurrir a ellas. Por lo tanto, algu­nas personas pueden llegar a estar obsesionadas con internet, mostrándose incapaces de controlar su uso, limitando de esta manera las formas de diversión, la actividad física y las relaciones so­ciales, así como poniendo en peligro su trabajo y/o su rendimiento académico que facilita, de esta manera, el aislamiento social (Sánchez-Carbonell, Beranuy, Castellana, Chamarro & Oberst, 2008).

Durante los últimos años se han realizado múltiples estudios con el objetivo de concretar acuerdos en relación a la entidad diagnóstica y la existencia de perfiles de personas con una se­rie de características comunes descriptoras de un patrón desadaptativo. El uso patológico (Davis, 2001) o problemático (Caplan, 2002) de internet ha acaparado la atención de muchos investigado­res, defendiéndose varias posiciones; sin embargo, no existen criterios unánimemente consensuados. Como es sabido, en el Manual Diagnóstico y Es­tadístico de los Trastornos Mentales ( apa, 2013) y la Clasificación Internacional de las Enfermedades Mentales ( oms, 1992) no se reconocen las adic­ciones conductuales como trastornos mentales, a excepción del juego patológico integrado dentro de los trastornos del control de los impulsos ni co­mo psicopatología adictiva. Por tanto, incide en la conveniencia de desarrollar criterios diagnósticos específicos para el abuso de internet y otras nuevas tecnologías (García del Castillo, 2013; Echeburúa & de Corral, 2010; Moral & Suárez, 2016). A ­pesar de no existir criterios diagnósticos ni de estar in­cluido dentro de una categoría determinada son muchos autores los que defienden la existencia de la adicción a las nuevas tecnologías, comparables a otro tipo de adicciones ya establecidas (Brugal, Rodríguez-Martos & Villalbí, 2006; Demetro­vics & Griffiths, 2012; Grant, Potenza, Weinstein & Gorelick, 2010; Jiménez-Albiar et al., 2012; Ruiz-Olivares, Luzena, Pino & Herreruzo, 2010; Valleur & Matysiak, 2003). En cambio, de acuerdo con Cruzado, Muñoz-Rivas y Navarro (2001), los datos del posible potencial adictivo de las nue­vas tecnologías son meramente especulativos, de manera que a pesar de la existencia de algunos casos de usos abusivos, adictivos y compulsivos de internet, no existe una base empírica lo suficien­temente fundamentada. Actualmente, además de no existir un modelo teórico suficientemente claro para clasificar las adicciones a internet tampoco se encuentra un término consensuado para denominar a las personas que las presentan, ya sean adictos a internet, enganchados, hiperenredados, argonau­tas, internetadictos, etc. (Pérez del Río & Martín, 2007). Así, según los resultados de Pedrero-Pérez et al. (2018) se sugiere reconsiderar si se trata de una patología adictiva o si se deben centrar las explicaciones en factores de índole ambiental, psicológica, sociológica y/o sociopolítica.

Los datos parecen indicar que hacen usos pro­blemáticos una minoría de personas que durante periodos más o menos prolongados de tiempo pueden desarrollar síntomas clínicos de malestar psicológico o deterioro social causado por internet (Sánchez-Carbonell et al., 2008). En condicio­nes extremas, semejantes usos desadaptativos en jóvenes pueden derivar en manifestaciones del síndrome de aislamiento social juvenil, a modo de trastorno caracterizado por un comportamiento asocial y evitativo, con rechazo de cualquier tipo de comunicación y focalización de su vida en tor­no al uso de internet y de las nuevas tecnologías (Calle & Muñoz, 2018). En todo caso, abundan los estudios sobre los usos problemáticos de internet tanto con jóvenes europeos (Azevedo, Cadime, García del Castillo, García & García del castillo, 2018; Durkee et al., 2012; Frangos & Sotiropoulos, 2011; García, del Olmo & del Hoyo, 2018; Marín, Sampedro & Vega, 2017) como asiáticos (Dong, Wang, Yang & Zhou, 2013; Lee, Lee, Gyeong, Yu, Song & Kim, 2013; Lu & Jiar Yeo, 2015) y latinoamericanos (Bernardo et al., 2016; Bringué & Sádaba, 2008; García-Umaña & Tirado, 2018; Lam-Figueroa et al., 2011; Parra et al., 2016; Puer­ta-Cortés & Carbonell, 2013, 2014), entre otros.

Diversos factores de riesgo o vulnerabilidad se relacionan con los usos inadecuados o proble­máticos de las tic. La influencia de este tipo de tecnologías se ha producido con mayor nivel en la población adolescente que han encontrado un me­dio perfecto de comunicación, relación, diversión y satisfacción de la curiosidad, que no ven internet como algo ajeno, sino que dada su condición de nativos digitales están integrados en la cibersocie­dad (Moral & Suárez, 2016; Torres & Hermosilla, 2012). Según el estudio realizado por la Fundación Pfizer (2009), el 98% de los jóvenes españoles de 11 a 20 años es usuario de internet. De ese porcen­taje, solo una minoría (entre el 3 al 6%) hace un uso abusivo de este. En otro estudio similar con menores británicos dirigido por Hudson (2011) y realizado en niños de 12 años o menos, el 60% de los mismos aseguraron que si no tuvieran conexión a internet se sentirían tristes, mientras que el 48% afirmó que se sentiría solo si no tuviese acceso a la web. En el entorno europeo, Durkee et al. (2012) en un estudio emprendido en once países reportaron una prevalencia de uso desadaptativo de internet del 13.5% y específicamente en España sitúan la prevalencia del uso no adaptativo de internet entre adolescentes en un 13.3%, mientras que un 4.3% presentaría uso patológico (Durkee et al., 2012). En estudiantes universitarios colombianos Puer­ta-Cortés y Carbonell (2013) distinguieron entre un uso problemático de internet atribuible al 12% de su muestra y un uso controlado del 88%.

Según los datos del Observatorio Español de la Droga y la Toxicomanía (2017), un 18% de los adolescentes españoles usa de manera adictiva las redes sociales, porcentaje superior al del consumo total de drogas ilegales en España (14,3%). Se ha constatado un aumento del uso de internet entre los jóvenes en los últimos años, en el 2006 el uso de internet entre los menores con edades entre los 10 y los 15 años alcanzaba el 72%, y en 2014 esta proporción aumentó hasta llegar al 92% (Cloquell, 2015). Por su parte, a partir de la Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares, realizada por el Instituto Nacional de Estadística (ine) (2017), se concluye que en los jóvenes de 16 a 24 años el uso de internet es una práctica mayoritaria (con un 98.1% en los hombres y un 97.9% en las mujeres). Bajo la denominación mobile first (los móviles primero), concepto mediante el que se define la preeminencia del smartphone para comunicarse o consumir contenidos audiovisuales, se espera que en 2018 el 50% de los jóvenes entre 15 y 24 años consuman entre el 90% y el 100% de su tiempo en red sobre una pantalla móvil, según el informe de la Sociedad Digital en España 2017 (Fundación Telefónica España, 2017).

Los estudiantes universitarios también presen­tan vulnerabilidad respecto al uso problemático de internet, ya sea por las condiciones psicosociales en las que desarrollan sus actividades formativas y lúdicas, las responsabilidades de la vida diaria y la necesidad de contactar con amigos de otros lugares (Castellana, Sánchez-Carbonell, Graner & Beranuy, 2007; Sánchez-Carbonell, et al., 2008). El atractivo de internet para el colectivo juve­nil viene dado en mayor medida por la respuesta rápida, las recompensas inmediatas y la propia modalidad interactiva (Echeburúa, 2012). Así, utilizan las redes sociales para la construcción de su identidad social dada la tendencia a la hi­perconectividad como vínculo relacional, según Carbonell y Oberts (2015).

Respecto a las variables sociodemográficas, en general no se han encontrado diferencias signifi­cativas en los adolescentes en el uso de internet en función de la edad (Muñoz-Rivas, Navarro & Ortega, 2003); sin embargo, el uso más problemá­tico de internet se produce en la adolescencia y se normaliza con la edad convirtiéndose en un uso menos lúdico y más profesional (Beranuy, Cha­marró, Granel & Carbonell, 2009). Por su parte, Estévez, Bayón, de la Cruz y Fernández-Liria (2009) hallaron una reducción en el porcentaje de adolescentes con uso problemático de internet con­forme avanza la edad. En cuanto al género no hay consenso respecto a si son los chicos o las chicas los que presentan en su mayoría un uso problemático. En algunos estudios se verifica que el género no está relacionado con el uso problemático de inter­net, aunque son los chicos quienes usan durante más tiempo las tic (Estévez, Bayón, de la Cruz & Fernández-Liria, 2009). Estudios más actuales señalan que existe una mayor tendencia por parte de los chicos a desarrollar un uso problemático de internet (Floros, Fisoun & Siomos, 2010; Kormas, Critselis, Janikian, Kafetzis & Tsitsika, 2011; Liu, Fang, Zhou, Zhang & Deng, 2013; Muñoz-Rivas, Fernández & Gámez-Guadix, 2010; Oliva et al., 2012; Wang et ál, 2011) y otros trabajos han encon­trado que existe mayor tendencia por parte de las chicas (Durkee et al., 2012; Rial et al., 2015). Según Sabater y Bingen (2015), las chicas gestionan más sus roles públicos y privados a través de las nuevas tecnologías, si bien las tic representan una herra­mienta de socialización para ambos géneros. Sin embargo, las chicas muestran más consecuencias emocionales negativas por el uso problemático del teléfono móvil (Sánchez-Carbonell et al., 2008; Sánchez-Martínez & Otero, 2009).

En el perfil diferencial se han hallado una serie de características comunes que correlacionan con el uso problemático de internet como rasgos de personalidad como la dificultad para el afronta­miento de problemas, impulsividad, no tolerancia a los estímulos físicos o psicológicos desagradables (dolor o tristeza) y búsqueda de sensaciones fuertes (Cía, 2013). En el estudio de Moral y Suárez (2016) se comprobó que las dificultades en el manejo del estrés y los desajustes en habilidades comunicati­vas predicen mejor usos problemáticos de internet relacionados con hábitos compulsivos, problemas de autorregulación del control y conflictos por los sentimientos generados. En esta misma dirección, se ha confirmado que se suelen presentar síntomas de estrés en usuarios intensivos de redes sociales (Gómes & Sendín, 2014). Por otro lado, rasgos de personalidad como la timidez excesiva, la baja autoestima o el rechazo de la imagen corporal, así como los estilos de afrontamiento inadecuados ante las dificultades cotidianas se asocian a usos problemáticos (Echeburúa & Requesens, 2012; He­rrera, Pacheco, Palomar & Zavala, 2010). Existen factores de riesgo intrapersonales e interpersonales, de modo que los primeros hacen referencia a la focalización, preocupación, evasión, negación y otras distorsiones cognitivas (Tsai & Lin, 2001; Young, 2007); entre los interpersonales destacan la inversión temporal progresiva y los conflictos sociales-relacionales derivados de la conexión a internet (Beard & Wolf, 2001; de Gracía, Vigo, Fernández-Pérez & Marcó, 2002; Young, 2007). Los datos aportan evidencia empírica en el estudio de la relación entre la personalidad y el uso pro­blemático de internet, de manera que correlaciona positivamente con neuroticismo y negativamente con afabilidad y responsabilidad (Puerta-Cortés & Carbonell, 2013, 2014). A su vez, los proble­mas psicológicos previos (depresión, fobia so­cial u hostilidad) también se han relacionado con un uso desadaptativo de internet (Estévez et al., 2009; García del Castillo et al., 2008; Lin, Ko & Wu, 2011; Yang, Choe, Balty & Lee, 2005; Yang, Sato, Yamawaki & Miyata, 2013) además de los problemas conductuales e hiperactividad (Kormas et al., 2011). Asimismo, se han hallado puntuacio­nes más elevadas en la búsqueda de novedades y se estima que los problemas psiquiátricos previos (tdah, fobia social) también suponen un factor de riesgo (Estévez et al., 2009). Existen evidencias del papel regulador de la impulsividad media­dos por la búsqueda de sensaciones (Marco & ­Chóliz, 2012; Puerta-Cortés & Carbonell, 2014), así como marcador de gravedad en los niveles de uso desadaptativo y no desadaptativo del uso de internet en jóvenes, el indicador de urgencia está negativamente asociado a la transición hacia un problema clínico (Navas, Torres, Ortiz & Perales, 2014). En concreto, la impulsividad disfuncional se considera un marcador de vulnerabilidad para el desarrollo de trastornos adictivos tales como el uso disfuncional de internet (Maccallum, Blaszc­zynski, Ladouceur & Nover, 2007; Meerkerk, van den Eijnden, Franken & Garretsen, 2010).

Por último, cabría destacar ciertos aspectos personales que reducen el riesgo de establecer patrones de uso abusivo de internet. Echeburúa y Requesens (2012) destacan que tener una buena autoestima, unas adecuadas habilidades sociales y de comunicación, así como el empleo de un buen estilo atribucional, la capacidad para solucionar problemas, el afrontamiento de las emociones, del estrés y la ocupación adecuada del ocio repre­sentan los principales factores de protección (Lee & Han, 2010). De este modo, resulta de interés investigar sobre la percepción de riesgo, el análi­sis de sus componentes y la medición e impacto sobre la actuación de los menores en la red, tal y como se propone en el estudio de Ramos-Soler, López-Sánchez y Torrecillas-Lacave (2018).

Planteado lo anterior, el objetivo del presente trabajo es analizar el uso problemático de internet en una muestra de adolescentes y universitarios para comprobar si existe relación entre determina­dos factores de riesgo así como respecto a ciertas características demográficas. Respecto a las hipó­tesis planteadas:

a. Se prevé que no habrá diferencias significati­vas ni en función del género ni de la edad en el uso problemático de las nuevas tecnologías.

b. Habrá diferencias significativas en el uso pro­blemático de internet en función del grado de impulsividad.

c. El factor de riesgo correspondiente a la baja autoestima estará relacionado con el uso des­adaptativo de internet.

Método

Participantes

Participaron en el estudio 240 sujetos (124 mujeres y 116 hombres) con edades comprendi­das entre los 15 y 22 años (X= 18,075; dt= 2,36). En concreto, han participado 127 estudiantes de 3º y 4º de la eso, 1º y 2º Bachillerato y 113 estu­diantes universitarios del Principado de Asturias ­(España). Para la selección de la muestra de esco­lares seguimos una serie de criterios de inclusión, accesibilidad y consentimiento, de modo que se ha realizado un muestreo bietápico de conveniencia con submuestreo aleatorio intragrupo.

Variables e instrumentos de medida

Se aplicó una selección de dos escalas y dos cuestionarios que miden usos problemáticos o desa­daptativos de internet. En concreto, se ha empleado el Cuestionario de experiencias relacionadas con internet (ceri), adaptación del cuestionario Pro­blemas relacionados con el uso de internet (pri) (Young, 1998) con base en el cual se construyó un nuevo instrumento con 10 ítems medidos median­te escala tipo Likert de 4 puntos. El cuestionario fue validado por Beranuy et al. (2009) y evalúa los conflictos interpersonales e intrapersonales relacionados con el uso de internet. Se obtuvo una fiabilidad aceptable (alfa de Cronbach = 0.79). La fiabilidad obtenida por los autores del cuestiona­rio también fue aceptable (alfa de Cronbach= 0.77). El Test de adicción a internet (Young, 1996) está compuesto por 8 ítems de respuesta dicotómica Sí/No, se considera uso problemático si se responde afirmativamente a 5 o más de los ítems.

También se aplicaron dos escalas elegidas de una selección de cuestionarios para evaluar ­aspectos psicosociales importantes para la inves­tigación. En concreto, la Escala de autoestima (Rosenberg, 1965) compuesta por 10 ítems para evaluar la autoestima global. La fiabilidad obte­nida por los autores fue buena (alfa de Crobach= 0,80), en cambio en este trabajo los resultados de la escala deben tomarse con cautela porque el alfa de Cronbach ha resultado inferior a 0.50. Dado el interés investigativo se ha empleado la Escala de impulsividad (Barrat bis-1, Barrat & Patton, 1983) diseñada para evaluar la impulsividad con 30 ítems, que se agrupan en 3 subescalas: impul­sividad cognitiva (atención), impulsividad motora e impulsividad no planeada. Cada ítem consta de 4 opciones de respuesta tipo Likert. Se obtuvo una fiabilidad baja (alfa de Cronbach = 0.55) y la obtenida por los autores de la escala fue aceptable (alfa de Cronbach= 0.77).

Procedimiento y análisis de datos

Se han seguido criterios de inclusión, accesibili­dad y consentimiento informando a los participan­tes del carácter anónimo, voluntario y confidencial, así como del objetivo del estudio. En la muestra de estudiantes de instituto los cuestionarios fueron aplicados durante dos días en las horas de tutoría, en presencia de los tutores de cada curso y del orientador del centro. Se ha propuesto un diseño transversal con el que se pretendía observar el efecto de las variables independientes (autoestima general e impulsividad) sobre las variables depen­dientes relativas al uso problemático de internet.

Se realizaron análisis descriptivos para analizar las características de la muestra en función de la existencia o no del uso problemático de internet. Se obtuvo el recuento de casos y el porcentaje que hace referencia a la existencia o no del problema. Se realizaron comparaciones de medias de muestras independientes para comparar el uso de internet en función del género y del grado de impulsividad. Se aplicó el análisis de la varianza para la varia­ble autoestima y los factores de uso problemático de internet. Para comprobar si existen relaciones entre los factores que miden problemas con el uso de internet y las variables independientes (autoes­tima e impulsividad) se utilizaron correlaciones bivariadas entre todos los factores. Asimismo, se han realizado análisis multivariados de regresión lineal múltiple para comprobar el valor predictivo de las variables independientes consideradas en este estudio mediante el método de pasos sucesivos. Para dicho análisis se comprobaron los supuestos de linealidad, independencia, normalidad y ho­mocedasticidad multivariables. El análisis de los datos se realizó con el programa spss versión 19.0.

Resultados

En relación con la posible existencia de usos problemáticos de internet de la muestra seleccio­nada para este estudio se revela que no existen problemas graves. De acuerdo con el criterio es­pecificado, se han tomado en consideración las puntuaciones obtenidas en el Test de adicción a internet (Young, 1996) en el que puntuaciones positivas iguales o superiores a 5 indican un uso desadaptativo, presentando solo un 11.25% (n= 27) de los adolescentes un uso desadaptativo fren­te a un 88.75% (n= 213) que muestran un uso no problemático.

En segundo lugar, al evaluar los patrones de uso/abuso explorados mediante el cuestionario ceri ante cuestiones de interés tales como el em­pleo de internet como un mecanismo de evasión —“Cuando tienes problemas, ¿conectarte a inter­net te ayuda a evadirte de ellos?”— la mayoría de los sujetos respondió: algunas ocasiones (39.2%, n=96). Respecto a la focalización en la actividad —“Cuando navegas por Internet, ¿te pasa el tiem­po sin darte cuenta?— observamos que un 40% (n=96) indicó: bastantes veces. No obstante, en la gran mayoría de los ítems se deduce un uso no problemático al evaluar reacciones de enfado o irritación por la interferencia en su uso —”¿Te enfadas o te irritas cuando alguien te molesta ­mientras estas ­enfadado?”— con un porcentaje de rechazo del 53.8% (n=159) o cuando se explo­ran posibles síntomas de abstinencia —“Cuando no estás conectado a internet, ¿Te sientes agitado o preocupado?”— (67,5%, n=167) (ver tabla 1).

Tabla1
Características generales de la muestra relacionadas con los usos problemáticos de internet
Características
generales de la muestra relacionadas con los usos problemáticos de internet


Se confirma que no se han hallado diferencias intergénero significativas en las puntuaciones obtenidas en los dos factores que miden el uso problemático de internet [Conflictos interpersonales (t= ,418 ; p>0.05); Conflictos intrapersonales (t=,372; p>0.05)] (ver tabla 2).

Tabla 2
Prueba t de contraste de medias entre la variable géne­ro y los factores que miden los usos problemáticos de internet
Prueba t de contraste de
medias entre la variable géne­ro y los factores que miden los usos
problemáticos de internet


Se relacionaron también las puntuaciones me­dias en los factores: conflictos intrapersonales e interpersonales, que miden el uso problemático de internet, en función de la variable Impulsividad y sus tres subtipos: cognitiva, motora y no planeada (ver tabla 3). Los sujetos que presentan impulsividad general puntúan más alto en conflictos interpersonales (t= 2,256; p<0.05); sin embargo, las diferencias en este no resultan significativas. Al analizar los tres subtipos de impulsividad se obtiene lo siguiente: en el subtipo cognitivo, los conflictos intrapersonales no resultan significativos. Por otro lado, los conflictos interpersonales resultan significativos (t= 2.194; p<0.05) por consiguiente puntuarán más alto en ese factor los sujetos que presentan impulsividad cognitiva. En segundo lugar, no resultan significativas las diferencias en las puntuaciones medias en los indicadores de conflictos intrapersonales e interpersonales en función de la impulsividad motora. Por último, respecto a la impulsividad no planeada, las dife­rencias en conflictos interpersonales resultaron significativas (t= 4.663; p<0.05), de modo que los sujetos que presentan impulsividad no planeada tendrán puntuaciones mayores. Estas diferencias no se confirman en conflictos intrapersonales. Por tanto, presentar el subtipo de impulsividad cognitiva y/o el no planeado aumentan las pro­babilidades de puntuar más alto en el factor que mide los conflictos interpersonales relativos al uso desadaptativo de internet.

Tabla 3
Prueba t de contraste de medias entre la variable impulsividad y los factores que miden los usos problemáticos deInternet
Prueba t de contraste de medias entre la variable impulsividad y los factores que miden los usos problemáticos deInternet

* p < .01; ** p < .05



Dado el interés investigativo se establecieron tres niveles de edad atendiendo a la homogenei­dad de la muestra y de forma que no estuvieran descompensados: adolescencia media para los sujetos de 15 y 16 años, adolescencia tardía para los sujetos de 17, 18 y 19 años y juventud plena para los sujetos de 20, 21 y 22 años. Se relacio­naron las puntuaciones medias en cada uno de los factores de los cuestionarios que miden el uso problemático de internet en función de la variable edad (ver tabla 4), no se evidenciaron diferencias estadísticamente significativas según el análisis de la varianza entre los tres grupos de edad y los dos factores (conflictos intrapersonales e inter­personales).

Tabla 4
Análisis de la varianza (ANOVA) y estadísticos descriptivosentre la variable edad y las variables que midenusos problemáticos
Análisis de la varianza (ANOVA) y estadísticos descriptivosentre la variable edad y las variables que midenusos problemáticos


Al poner en relación los dos factores que miden el uso problemático de internet con la autoestima, se comprueba que hay diferencias significativas entre al menos dos de los niveles comparados: conflictos intrapersonales (F2,237= 20.30; p<0.05) y conflictos interpersonales (F2,237=11,87; p<0.05). El tamaño del efecto es grande para el factor de conflictos intrapersonales (eta2 parcial =0.15) y pequeño para el de conflictos interpersonales (eta2parcial =0.09) (ver tabla 5).

Tabla 5
Análisis de la varianza (ANOVA) y estadísticos descriptivosentre la variable autoestima y las variables quemiden usos problemáticos
Análisis de la varianza (ANOVA) y estadísticos descriptivosentre la variable autoestima y las variables quemiden usos problemáticos


Con el objetivo de comprobar entre qué niveles de la variable autoestima se concentran las diferen­cias, se aplicaron los correspondientes contrastes post-hoc (ver tabla 6). Se aplicó el contraste de Scheffé porque aunque se cumple el supuesto de homocedasticidad tenemos grupos ­desequilibrados. Al examinar las comparaciones múltiples en el factor que mide los conflictos intrapersonales se observan diferencias significativas en relación con la autoestima baja y alta (p<0.05), en el sen­tido de que aquellos adolescentes que tienen una autoestima baja presentan mayores conflictos in­trapersonales en el uso desadaptativo de internet, lo cual es aplicable también a los que presentan autoestima baja y media (p<0.05), en el mismo sentido que en el caso anterior. Respecto al factor que mide los conflictos interpersonales se encuen­tran diferencias significativas entre los indicadores de autoestima baja y los otros dos tipos de auto­estima media (p<0.05) y alta (p<0.05) en ambos a favor de la autoestima baja, de manera que los sujetos que presentan autoestima baja puntuarán más alto, que los sujetos que tengan media o alta autoestima, en este factor (ver tabla 6).

Tabla 6
Comparaciones múltiples para los tres niveles de lavariable autoestima en función de los dos factores quemiden el uso problemático de Internet
Comparaciones múltiples para los tres niveles de lavariable autoestima en función de los dos factores quemiden el uso problemático de Internet

p < .01; ** p < .05



Se evidencia que los factores más importantes a la hora de predecir usos inadecuados de internet son las variables que miden la impulsividad ge­neral, los dos subtipos (cognitiva y no planeada) y la autoestima, es decir las que presentaban una mayor correlación significativa en los resultados ­anteriores. La introducción de la variable autoesti­ma en el modelo predictivo de conflictos intraper­sonales (ver tabla 8) explica un 9.3% de la varianza de la que resulta significativa (F1,239=25.63 P<0.05), lo mismo ocurre cuando se introduce la variable de impulsividad cognitiva, que explica ahora el 11.4% de la varianza (F2,239= 15.22 p<0.05). Res­pecto al segundo factor conflictos interpersonales, la introducción de la variable autoestima explica­ría un 7.7% de la varianza (F1,239=19.87 p<0.05), posteriormente con la introducción de la variable que mide la impulsividad no planeada daría lugar a un modelo que explica el 12.1% de la varianza (F2,239=16.27 p<0.05) (ver tabla 7).

Tabla 7
Análisis de regresión múltiple entre variablesque miden usos problemáticos de internet
Análisis de regresión múltiple entre variablesque miden usos problemáticos de internet


Discusión

En general, los estudiantes de la muestra se­leccionada no presentan una alta prevalencia de problemas relacionados con el uso de internet, lo cual coincide con la tendencia hallada en otros estudios tal y como se constata en la literatura especializada sobre el tema (Becoña, 2006; Gar­cía del Castillo et al., 2008). Al analizar los ítems más característicos se observó que las reacciones de enfado o irritación al interrumpir el uso de internet son mínimas, tampoco parecen manifes­tarse invalidantes síntomas de abstinencia como la preocupación o agitación cuando los adolescen­tes no están conectados a la red. Por otro lado, se confirma que suelen usar internet para conseguir evadirse de los problemas.

Respecto a las variables sociodemográficas, no se han encontrado diferencias intergénero en el uso problemático de internet, lo cual se confirma en estudios como los de Estévez et al. (2009). Esta es una cuestión objeto de controversia, ya que si bien en algunos hallazgos se han constatado ma­yores usos desadaptativos en los chicos (Floros et al., 2010; Kormas et al., 2011; Liu et al., 2013; Muñoz-Rivas et al., 2010; Oliva et al., 2012; Wang et al, 2011) en otros estudios se ha obtenido la ten­dencia contraria (Durkee et al., 2012). Atendiendo a la edad, tampoco se han encontrado diferencias significativas en los conflictos intra e interperso­nales asociados al uso de internet en el grupo de adolescentes (Moral & Suárez, 2016), al igual que en estudiantes universitarios (Muñoz-Rivas et al., 2003); si bien esta tendencia es contradicha en otros estudios con muestras de rango de edad más amplio confirmándose que tales usos inade­cuados disminuyen en adultos jóvenes respecto a muestras de adolescentes (Derbyshire, Osborn & Brown, 2013).

En este estudio se propuso que la existencia de déficits en autoestima y una elevada impulsividad predecirían el uso problemático de internet. Me­diante el empleo de análisis estadístico de regre­sión se obtuvo un modelo que relaciona la baja autoestima como la variable que mejor predice el uso desadaptativo de internet que coincide con los hallazgos obtenidos en otros estudios (Echeburúa, 2012; Herrera et al., 2010). La impulsividad tam­bién es un factor determinante para el mal uso de internet, tal y como se había demostrado en estudios previos (Billieux, Gay, Rochat & van der Linden, 2010). En concreto, se ha encontrado que son los subtipos de impulsividad cognitiva y no planeada los que más correlacionan con el uso problemático de internet evaluado mediante los indicadores de conflictos intra e interpersonales. Sin embargo, la presencia de impulsividad motora no parece influir en el uso desadaptativo de internet en los sujetos de esta muestra.

Para explicar los usos problemáticos de internet resultan predictivos tanto la autoestima como la im­pulsividad cognitiva, esto es la propensión a tomar decisiones rápidas, y la impulsividad no planeada caracterizada por mostrar más interés en la toma de decisiones por el presente que por el futuro. Los factores considerados explican un porcentaje muy bajo de la varianza debido a la introducción de un número reducido de factores determinantes en el modelo de regresión lineal. Este bajo valor predictivo podría interpretarse teniendo en cuenta la multidimensionalidad de la problemática objeto de análisis (Moral & Suárez, 2016).

En cuanto a las limitaciones de este trabajo, cabría destacar la imposibilidad de extrapolar los resultados hallados por haber llevado a cabo un muestreo de conveniencia, así como las limitacio­nes inherentes al empleo de un diseño transversal, tales como la imposibilidad de establecer causali­dad o la dificultad para establecer valores basales para su comparación entre poblaciones y periodos, entre otras. Asimismo, dada la muldimensionalidad del objeto de estudio hay muchas otras variables que no se han incluido y que podrían estar influ­yendo en la determinación de este fenómeno.

En este sentido, para futuras líneas de investiga­ción, sería adecuado realizar este tipo de estudios con muestras más representativas de la población incluyendo variables como el carácter público o privado del centro educativo, el tipo de población: rural o urbana, que acude al mismo, etc. Con re­lación a esto, sería interesante estudiar si dichas variables afectan a los tipos de problemas que internet puede causar. Futuros estudios deberían también encaminarse a estudiar cómo afectan otros factores de riesgo a los usos desadaptativos de las nuevas tecnologías teniendo en cuenta variables como el manejo de las emociones y el estilo atri­bucional presentado. La aparición de tecnologías diferentes y más modernas que internet también hace interesante el estudio de los comportamientos y usos problemáticos que la utilización de estas nuevas tecnologías podrían causar en un futuro, así como la optimización de los mecanismos de su uso por parte de la ciudadanía digitalizada. En este sentido, desde la Estrategia Europa 2020 se propone como prioridad para el desarrollo de una sociedad digital su crecimiento inteligente, soste­nible e integrador ( ine, 2017).

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Notas de autor

Contacto principal para correspondencia editorial: Dra. María de la Villa Moral Jiménez. Dpto. de Psicología. Universidad de Oviedo (España). Correo electrónico: mvilla@uniovi.es