Variables asociadas a la identidad social satisfactoria y sus efectos diferenciales en el esencialismo endo y exogrupal

Variables Related to Satisfactory Social Identity and their Differential Effects on Essentialism of Ingroups and Outgroups

Variáveis associadas à identidade social satisfatória e seus efeitos diferenciais no essencialismo endo e exogrupal

Jorge Vallejos Hernández
Universidad de Magallanes, Chile
Eduardo Wigstrom Mansilla
Universidad de Magallanes, Chile
Tamara Olivares Gárate
Universidad de Magallanes, Chile
Vincent Yzerbyt
Université Catholique de Louvain-la-Neuve, Bélgica
Claudia Estrada Goic *
Universidad de Magallanes, Chile

Variables asociadas a la identidad social satisfactoria y sus efectos diferenciales en el esencialismo endo y exogrupal

Avances en Psicología Latinoamericana, vol. 33, núm. 2, 2015

Universidad del Rosario

Fecha de recepción: 17 Diciembre 2013

Fecha de aprobación: 29 Octubre 2014

Resumen: El esencialismo es la tendencia a creer que los grupos sociales existen porque sus miembros comparten una esencia común. El estudio se ocupa del efecto de tres variables sociales identitarias —valencia del endogrupo, estatus (poder) y estabilidad de la pertenencia— sobre las creencias esencialistas respecto al endogrupo y a un exogrupo relevante. Mediante un diseño cuasiexperimental, con posprueba únicamente y grupo control, se evaluó el impacto de las variables mencionadas respecto a la adherencia a creencias esencialistas en 200 participantes que fueron asignados aleatoriamente a cada una de las ocho condiciones experimentales. El esencialismo se midió mediante una escala con dos versiones (endo y exogrupo). Los resultados indican que para el caso del esencialismo endogrupal se observó una interacción entre valencia y estatus: los participantes en la condición “positiva y poderosa” adhirieron más a creencias esencialistas que aquellos en la condición “negativa y poderosa”. En el caso del exogrupo, las variables valencia y estabilidad interactuaron: aquellos en la condición “negativa y estable” adhirieron más a creencias esencialistas sobre el exogrupo que aquellos en la “negativa e inestable”. Se discuten estos resultados en torno a su aporte a la comprensión de la dinámica del esencialismo y sus repercusiones tanto intra como intergrupalmente.

Palabras clave esencialismo psicológico, fenómenos grupales, identidad social.

Abstract: Essentialism is the tendency to believe that social groups exist because their members share a common essence that determines them to be part of this group. The aim of this research was interested in determining the effect of three identity variables (ingroup’s valence, status, and stability of categorical membership) in essentialist perception about an ingroup and out-group. The design was experimental quasi experimental with post-test and control group. It evaluated the impact of independent variables in essentialist’s adhesion. Two hundred participants were selected and assigned in a random way to one of eight possible experimental conditions. Essentialism was measured by a scale in two versions; one for the ingroup and the other for an outgroup. The results show that in the case of in-group’s essentialism there was an interaction between valence and group status that implied that participants in the “positive and powerful” condition adhered more to essentialist beliefs than those in a “negative and powerful” condition. On the other hand, a second interaction between valence and stability showed that participants in a “negative and stable” condition, adhered more to essentialist beliefs than participants on a “negative and unstable” condition. These results are discussed in their relationship with results of previous studies and their potential contribution to the comprehension of the dynamic of essentialism.

Keywords: Psychological essentialism, groups’ phenomenon, social identity.

Resumo: O Essencialismo é a tendência a acreditar que os grupos sociais existem porque seus membros compartem uma essência interna comum que os leva a ser da forma que são. O presente estudo ocupa-se do efeito de três variáveis sociais identitárias (qualidade do endogrupo, status e estabilidade da pertença categorial) sobre as crenças essencialistas respeito ao próprio grupo e a um exogrupo relevante. Mediante um plano experimental, quase experimental, com pós-prova unicamente e grupo controle, avaliou-se o impacto das variáveis antes mencionadas sobre a aderência a crenças essencialistas em 200 participantes selecionados mediante amostragem não aleatória, e que foram designados aleatoriamente a cada uma das 8 condições experimentais. O essencialismo foi medido mediante uma escala com duas versões, uma para o endo e outra para o exogrupo. Também mediram- se variáveis de processo: identificação com o grupo e percepção de similitude. Os resultados indicam que para o caso do essencialismo endogrupal observou-se uma interação entre qualidade e status que implicou que os participantes na condição “positiva e poderosa” aderiram mais a crenças essencialistas que aqueles na condição “negativa e poderosa”. No caso do exogrupo, as variáveis qualidade e estabilidade interatuaram de forma tal que os participantes na condição “negativa e estável” aderiram mais a crenças essencialistas sobre o exogrupo que aqueles em uma condição “negativa e instável”. Discutem-se estes resultados em sua vinculação com estudos prévios, e seu potencial significado para a compreensão da dinâmica do essencialismo e suas repercussões tanto no nível intragrupal quanto intergrupal.

Palavras-chave: essencialismo psicológico, fenómenos grupais, identidade social.

El esencialismo puede entenderse como una creencia respecto a la razón por la cual se forman y mantienen los grupos humanos (Estrada, Oyarzun & Yzerbyt, 2007). El núcleo de esta creencia reside en la percepción de la existencia de una esencia profunda que es común a todos los miembros de un mismo grupo (Medin, 1989). Esta esencia puede comprenderse como un conjunto de características o propiedades biológicas, culturales o sociales, que constituyen un núcleo estable que es compartido por todos los integrantes de un determinado grupo social. Desde este punto de vista, poseer una determinada “esencia” es la condición necesaria y suficiente para pertenecer a una u otra categoría social (Estrada et al., 2007). A partir de los postulados de Yzerbyt y Schadron (1996), las características de este fenómeno pueden resumirse en (a) el grupo es percibido como una entidad, como una unidad que comparte un destino común (estatus ontológico); (b) si una persona pertenece a un grupo determinado no puede pertenecer a otro (inalterabilidad de la pertenencia categorial); (c) una vez que conocemos la pertenencia de alguien a un grupo o categoría social, creemos saber más ampliamente sobre él (tiene un carácter inductivo); (d) los atributos se organizan de forma coherente y son interpretados a partir de esta temática unificadora (existen fuertes conexiones entre los atributos de una categoría), y (e) hay exclusión de otras formas de conocimiento y aprehensión del individuo.

Rothbart y Taylor (1992) propusieron una explicación que da cuenta de la causa del surgimiento de las creencias esencialistas. El origen de estas sería el resultado de un error que consiste en equiparar las categorías sociales a las naturales. En otros términos, las personas se equivocarían al comprender las diferencias sociales (distintos grupos) entendiéndolas como el resultado de los mismos factores que diferencian a los distintos animales y plantas. Aunque todavía existe cierta controversia respecto a su origen causal, los efectos en las relaciones intergrupales han sido estudiados por numerosos investigadores. Algunos de estos son: la infrahumanización de los grupos diferentes a los propios (Leyens et al., 2000 y 2001), la estabilidad de las desigualdades sociales (Hollander & Howard, 2000), el aumento en las actitudes racistas y sexistas (Haslam, Rothschild & Ernst, 2002), la presencia de estereotipos difíciles de cambiar (Rocher & Yzerbyt, 2002; Yzerbyt, Rocher & Schadron, 1997), entre otros.

En términos generales, el esencialismo se ha designado como una creencia que reifica la realidad social, ya que conduce a los individuos a percibir las categorías sociales como si estas fueran naturales, y no el producto de las relaciones intergrupales (Estrada, Yzerbyt & Seron, 2004). Se le ha vinculado fuertemente con la tendencia a explicar las diferencias a partir de elementos biológicos y orgánicos, dada su tendencia a presentarse de forma más intensa para grupos sociales, como el “sexo” y la “raza”, aunque existe numerosa evidencia de su conexión con elementos puramente sociales y culturales (Demoulin, Leyens & Yzerbyt, 2006). Las investigaciones respecto a sus consecuencias han avanzado satisfactoriamente, aunque la explicación de sus causas sigue siendo inicial, ya que el dinamismo que posee como fenómeno no ha sido aún explicado.

Actualmente, el esencialismo ha dejado de ser considerado únicamente un fenómeno cognitivo con consecuencias en las relaciones grupales, ya que los aspectos motivacionales asociados al surgimiento y mantención de esta creencia han comenzado a manifestarse de manera consistente. Estudios realizados sobre estereotipos de género han evidenciado que la presencia de explicaciones “esencialistas” se correlacionan con los roles socialmente establecidos (Hoffman & Hurst, 1990). La esencialización del aspecto étnico de la nacionalidad se ha asociado con el aumento en la evaluación negativa de los inmigrantes (Pehrson, Brown & Zagefka, 2009), y también con la presencia de prejuicio racial, pero solo en los casos en que se trata de excluir a otro, pero no al propio grupo (Morton, Hornsey & Postmes, 2009; Morton & Postmes, 2009). Verkuyten y Thijs (2006) postulan que las creencias esencialistas sobre la pertenencia étnica pueden evaluarse como progresivas u opresivas según si el individuo en cuestión pertenece a un grupo minoritario o mayoritario. Las minorías tienden a esencializar su cultura en respuesta a los llamados a la “asimilación”; pero desesencializan cuando enfrentan la discriminación. Keller (2005) señala que los miembros de grupos desventajados también utilizan el esencialismo para justificar el sistema social y que reducen, mediante su utilización, las disonancias ideológicas que perciben.

Las mayorías esencializan las diferencias culturales para justificar la discriminación y la desesencializan cuando se discute en oposición al multiculturalismo (Morton et al., 2009). Mahalingam (2003) concluye que los grupos aventajados suelen ser más esencializados por sus miembros. Epstein et al. (2009) encontraron que las personas pertenecientes a la categoría “negros” usan menos lo genético y más lo ambiental para explicar las características humanas que los “blancos”. Morton y Postmes (2009), por su parte, señalan que en la relación entre géneros los hombres esencializan esta categoría social cuando la temática en discusión son la igualdad entre los géneros y las vías de acción para lograrla. Cuando se trata de las desventajas actuales del género femenino, su situación de discriminación y las vías para el logro de una supremacía femenina, la esencialización del problema desaparece.

Estos resultados evidencian un proceso de racionalización asociado con las creencias esencialistas, que explican y dan sentido a la realidad social. Se podría postular entonces que el esencialismo serviría no solo para explicar por qué alguien pertenece a un grupo social, sino que también para dar estabilidad a las relaciones entre los grupos. Cada teoría que conecta las características observables con las inherentes podría servir a justificar y racionalizar las divisiones sociales (Yzerbyt, Estrada, Corneille, Seron & Demoulin, 2003; Yzerbyt, Rogier & Fiske, 1998). Estos desarrollos recientes sobre el rol del esencialismo van al encuentro de postulados que indican que las personas se sienten motivadas por justificar el statu quo social, el que consideran necesario aunque mantenga las desigualdades (Jost & Banaji, 1994). Los estudios sobre esencialismo parecen indicar que esta motivación puede tener un aspecto estratégico, ya que cuando se percibe ilegitimidad en el bajo estatus del endogrupo, el esencialismo “fija” la membrecía a este, a fin de impulsar el cambio por la vía de la acción grupal. Es decir, el esencialismo permitiría justificar y mantener el statu quo, pero también podría servir a la movilización de un grupo en búsqueda de un cambio en el valor de su identidad social.

Una de las líneas de investigación que actualmente se desarrollan gira en torno a la idea de que el esencialismo puede surgir como una creencia protectora de la identidad social y, por lo tanto, ser beneficiosa para los individuos miembros de un grupo.

La teoría de la identidad social (TIS) postula que al clasificar miembros de distintos grupos sociales, estos ponen el relieve en las diferencias; mientras que al comparar a miembros de un mismo grupo, esto hace que se vean impulsados a acentuar sus similitudes. La consecuencia natural de este proceso es que los grupos son vistos como homogéneos internamente (tanto el propio como los otros) y diferentes entre ellos. Una de las funciones de esta clasificación en grupos sería establecer un sistema de orientación que defina el lugar que un individuo tiene dentro de la sociedad. El postulado de Tajfel (1978) es que la identidad social es la consecuencia de la pertenencia individual a una determinada categoría. Sería la estructura psicológica resultante de este lazo con la categoría social, que se convierte en una parte del concepto de sí mismo.

La TIS postula que las personas tienden a evaluar positivamente a los grupos a los cuales pertenecen. Esta evaluación es de naturaleza relativa y comparativa, es decir, se realiza a partir de procesos de comparación con algún o algunos grupos (exogrupos) en dimensiones relevantes o importantes para el individuo. En los casos donde estas comparaciones entre endogrupo y un exogrupo resulten positivas para el propio grupo, es decir, el propio grupo resulte “superior”, el resultado será una identidad grupal o social positiva. Así es como los individuos actúan eficazmente para alcanzar y mantener situaciones de comparación social que les resulten favorables (Hogg & Abrams, 1988). Cuando la identidad social resulta inadecuada e insatisfactoria, las personas buscan cambiar para lograr una valencia positiva.

Tajfel y Turner (1979) propusieron la existencia de una serie de estrategias que dependen de tres factores socioestructurales: (a) la estabilidad de las relaciones entre los grupos, (b) la permeabilidad de las barreras intergrupales y (c) la legitimidad de la posición que el grupo tiene en el entramado social. La estabilidad del grupo se refiere a la presencia o no de opciones a la determinada situación existente, lo que implicaría la posibilidad o no de cambiar el estatus de dicho grupo social. Esta variable depende de la percepción que existe de las relaciones entre los grupos y la permanencia de estas formas de relación en el tiempo. La permeabilidad de las barreras intergrupales hace referencia a la percepción que tienen los miembros de determinado grupo de si es posible o no la salida del propio grupo para pertenecer a otro. La permeabilidad depende de una consideración consensual entre los actores sociales, es decir, tanto el individuo que desea pertenecer a otro grupo como dicho grupo de acogida deben creer que es posible traspasar las fronteras de la pertenencia grupal. Y la legitimidad se refiere a si el estatus que tiene el propio grupo es considerado válido, merecido, tanto por los miembros del endogrupo como por los del exogrupo.

Como se ha planteado, la TIS postula que en el caso de que la identidad social sea satisfactoria, los individuos intentarán conservarla o aumentarla; mientras que si consideran su identidad social insatisfactoria, intentaran realizar un cambio por medio de una serie de estrategias seleccionadas dependiendo de la evaluación de los factores socioestructurales ya mencionados. El modelo plantea la existencia de estrategias grupales o estrategias individuales. Las estrategias grupales son la creatividad social, la competición social, la redefinición de las características o la comparación intragrupo, y la estrategia individual que se utiliza es la movilidad social. Desarrollos posteriores de este modelo han propuesto nuevas estrategias que servirían al mantenimiento de una identidad social positiva. Un ejemplo de esto es la recategorización supraordenada (Gaertner, Dovidio, Anastasio, Bachman & Rust, 1993). Esta estrategia tendría lugar cuando los miembros del exogrupo y endogrupo se definen a sí mismos en términos de una nueva categoría social común de orden superior e intentan alcanzar una identidad social positiva a través de la comparación con otros grupos de niveles similares. También está la recategorización subordinada, la cual hace referencia al proceso mediante el cual el endogrupo se divide en subgrupos e intenta alcanzar la identidad social positiva a través de la comparación con un subgrupo de nivel inferior (Gaertner et al., 1993). En la comparación temporal (Albert, 1977), los individuos no se centran en la comparación con otros grupos y pasan a comparar la situación actual del endogrupo con la situación que existía en momentos temporales anteriores. En la comparación con el estándar (Masters & Keil, 1987), por su parte, los individuos, al igual que en el tipo anterior, no se centran en la comparación con otros grupos y se contrastan con los estándares que reflejan normas u objetivos compartidos socialmente.

La relación entre la búsqueda de la identidad social positiva, las estrategias disponibles y el esencialismo señala que este último fenómeno determina la percepción de fronteras infranqueables o impermeables (la esencia es única y no cambia). Los esencialistas, entonces, al encontrarse imposibilitados de cambiar de categoría social, buscan estrategias grupales para alcanzar esta positividad. Por ejemplo, si un género (mujeres) se ve a sí mismo como un grupo definido que no puede cambiar, y busca la reivindicación de sus derechos, lo hará como grupo y no como individuo. Según Morton y Postmes (2009), el esencialismo puede entenderse como una estrategia al servicio de la identidad social, ya que permitiría potenciar la reclamación de derechos o apoyar otras formas de expresión (creatividad social).

En cuanto a desarrollos posteriores a la TIS, surgieron postulados que explican que una identidad positiva no es la única condición determinante para que los individuos sientan satisfacción. Otras condiciones, como la estabilidad o inestabilidad de la posición del grupo en el contexto social, y de la membrecía a este, pueden también ser variables importantes. Jackson y Smith (1999) señalan que las identidades sociales estables o inestables dependen de la percepción del contexto intergrupal, endogrupal, interdependencia de creencias y despersonalización. Cuando la identidad social es percibida como inestable o insegura, provoca un estado inconfortable para los individuos miembros del grupo. Así es como la esencialización de una categoría podría darse como resultante de la presencia de una identidad inestable, ya que, de este modo, la visión del grupo como algo “real” y “permanente” aumentaría la estabilidad y regularía este estado de inconfort.

En términos generales, la positividad de un grupo puede componerse de diferentes maneras: un grupo puede ser considerado positivo, porque este es evaluado como “bueno” luego de la comparación social con otros grupos. En otras palabras, la positividad puede basarse en la evaluación moral del grupo (bueno/malo). Otra manera de lograr la positividad de grupo es cuando este logra superioridad en términos de estatus. En el proceso de comparación social, un grupo que resulta con una mayor valoración social que otro es visto como más valioso o importante por el contexto social. Sin importar si el origen de la positividad del grupo es logrado por una u otra vía, esta es importante para la identidad personal de cada uno de sus miembros (Tajfel, 1984). En este contexto, Tajfel y Turner (1979) postulan que la principal motivación para permanecer en un grupo es que este aporte a la identidad personal un valor positivo, y esta motivación es de tal magnitud que haría a los sujetos involucrarse con su endogrupo con el objetivo de mantener o de mejorar su valencia social. Los costos de pertenecer a un grupo pueden tener relación con la legitimidad o estabilidad del estatus que se le otorga. Si un grupo es evaluado como positivo, pero esta evaluación es vista como ilegítima, es posible que pierda esta posición ventajosa en el concierto social. Esta situación haría que dicho grupo sea visto como menos deseable, ya que compromete la mantención de un autoconcepto o autoimagen positiva, ya que parte del concepto del yo de un sujeto está definido en términos de su filiación grupal.

Como se ha planteado, aunque existen conexiones teóricas entre las diferentes variables presentadas, las investigaciones que se han focalizado en su relación causal son escasas. El objetivo del presente estudio es, entonces, avanzar en el conocimiento respecto al rol que variables asociadas a la identidad social satisfactoria, como valencia positiva, estabilidad de la categoría social y poder, tienen sobre el desarrollo o la mantención de creencias esencialistas tanto respecto al propio grupo como a exogrupos.

Método

Muestra

La muestra no aleatoria accidental estuvo compuesta por 200 personas, de las cuales 177 se categorizaron a sí mismas como “magallánicas”, y superaron la pregunta de verificación de la manipulación que buscaba detectar a aquellos que habían comprendido el texto, por lo que fueron incluidas en el análisis. Un 70.5% de los participantes fue de género femenino; mientras que el 29.5% restante fue de género masculino. Las edades de los encuestados oscilan entre los 18 y los 64 años de edad, siendo los más representativos aquellos participantes que tienen 18 años (Mo).

Diseño

Experimental cuasi experimental con posprueba únicamente y grupo control. La variable dependiente fue la adhesión a creencias esencialistas tanto hacia el endogrupo como hacia el exogrupo representada por el puntaje promedio obtenido en la escala de esencialismo (un puntaje para el esencialismo endogrupal y otro para el exogrupal). Las variables independientes fueron la percepción de poder (sentirse o no poderoso), valencia del grupo (grupo evaluado como positivo o como negativo) y la estabilidad (valencia que se mantendría en el tiempo vs. valencia que podría cambiar).

Instrumentos

Escala de identificación: se realizó una adaptación del instrumento original de Ellemers, el cual consistió en la eliminación del primer ítem, debido a que ocasionó problemas relacionados con su traducción y suscitó dificultades en su comprensión. La escala consta de tres categorías que contienen tres ítems cada una, evaluadas sobre escalas Likert de 5 puntos (desde 1: “para nada de acuerdo” hasta 5: “totalmente de acuerdo”). Cada una de las categorías evalúa diferentes aspectos de la identidad social, “autoestima grupal” (ítems del 1 al 3), “autocategorización” (ítems del 4 al 6) y “compromiso con el grupo” (ítems 7 al 9). Se realizaron análisis de confiabilidad alfa para definir el comportamiento de los diferentes ítems alcanzando niveles adecuados (α = .91).

Escala de esencialismo endogrupal y exogrupal: escala construida para determinar la presencia de creencias esencialistas en la base de una categoría social. Esta escala contiene 11 ítems evaluados sobre escalas tipo Likert de 6 puntos (desde 1: “para nada de acuerdo” hasta 6: “totalmente de acuerdo”). La escala posee una versión endogrupal (magallánicos) y otra exogrupal (nortinos). Se realizaron análisis de confiabilidad alfa para definir el comportamiento de los diferentes ítems y se alcanzaron niveles adecuados en ambas escalas, tanto en la endogrupal como la exogrupal (endogrupal: α = .96; exogrupal α = .91).

Identificación con el endogrupo: instrumento de un ítem que invita al participante a declarar la identificación que posee respecto de su endogrupo, indicando el porcentaje en el que se siente parte de la categoría social “magallánico”.

Escala de evaluación de similitud: permite medir la percepción de similitud por medio de 7 ítems, los cuales se responden en una escala Likert de 5 puntos (desde 1: “para nada de acuerdo” hasta 5: “totalmente de acuerdo”).

Procedimiento

Los participantes fueron asignados aleatoriamente a una de las 8 condiciones experimentales (2 [poder/no poder] * 2 [identidad social positiva/ negativa] * 2 [inestabilidad/estabilidad de la identidad social]). Se les indicó que eran parte de una investigación sobre identidad magallánica. A continuación se les pidió leer y firmar un consentimiento informado en el que se explicitaba que parte de los objetivos de la investigación serían reservados hasta el final del experimento.

La manipulación de poder (poder/no poder) consistió en la técnica clásica de mindsetpriming, en la cual los participantes debían reportar una experiencia en la que se hayan sentido poderosos al defender los derechos del endogrupo y/o actuar en beneficio del mismo. En la condición de no poder, se les pidió reportar una situación en la que se hayan sentido débil en una situación similar (no poderosos).

Para la manipulación de la valencia y estabilidad de la identidad social se crearon falsos reportajes que simulaban artículos de diarios virtuales que hacían referencia a la identidad social magallánica como positiva-estable (condición experimental 1), como identidad social positiva-inestable (condición experimental 2), como identidad social negativa-estable (condición experimental 3) y como identidad social negativa-inestable (condición experimental 4). Estos textos fueron pretesteados sobre una muestra de 48 personas en total (y se dividieron en una muestra de 12, para cada condición), para verificar que activaban las variables del experimento, además de constatar que fueran equiparables en claridad, interés y credibilidad.

Al finalizar la participación, se contestaron las preguntas, se informó del verdadero objetivo del estudio, se solicitó que firmaran un formulario de debriefing y se les agradeció por su colaboración.

Resultados

Verificación de la manipulación: en relación con las condiciones según valencia, los participantes que recibieron alguno de los textos que incluían la condición de positividad (M = 5.11; DE = 1.73) presentaron un promedio mayor de percepción de la positividad de su identidad social que aquellos pertenecientes a alguna de las condiciones que incluían la percepción de negatividad (M = 3.01; DE = 1.08), t (196) = 10.2, p = .0001. En otros términos, las condiciones de “identidad social positiva” mostraron promedios de positividad mayores que las condiciones de “identidad social negativa”, lo cual indica que la manipulación de esta variable resultó efectiva.

Según la variable estabilidad de la identidad social, los participantes de las condiciones “inestable” (M = 2.93; DE = .88) presentaron un promedio mayor de percepción de inestabilidad en comparación a las condiciones que incluyeron elementos de estabilidad de la identidad social (M = 1.99; DE = .53), t (196) = –9.1, p = .0001. En otros términos, la condición asignada en torno a la “estabilidad” muestra una percepción de mayor inestabilidad.

En cuanto a las condiciones según poder, los participantes que recibieron alguno de los textos que incluían la condición “poderoso”, presentaron un promedio mayor de percepción de poder (M = 4.43; DE = .75) en comparación a las condiciones que incluyeron elementos de la percepción de no poder (M = 3.56; DE = 1.3). t (191) = 5.8, p = .0001. En otros términos, los participantes en condiciones “poderosas” muestran una mayor percepción de poder que aquellos en condiciones “no poderosas”.

Se realizó un análisis de varianza (Anova) de un factor, 2 (poderoso/no poderoso) × 2 (estable/ inestable) × 2 (valencia positiva/valencia negativa), sobre la variable percepción de similitud. Los resultados indican la presencia de un efecto principal de la variable valencia F (7,190) = 3.98; p = .05. Los participantes en condiciones donde se activó la identidad social positiva (M = 3.62; DE = .79) perciben mayor similitud con los miembros del endogrupo que aquellos en condiciones en las que se activó la identidad negativa (M = 3.39; DE = .79). No se observaron efectos principales significativos ni según la manipulación de poder, ni según estabilidad de la identidad social. Tampoco se observaron efectos de interacción significativos.

El Anova de un factor realizada sobre la variable identificación grupal muestra la ausencia de efectos principales significativos. Un efecto de interacción entre las condiciones de valencia (positivo/negativo) y poder (poderoso/no poderoso) resultó significativa, F (7.192) = 4.92; p = .028. Mientras los no poderosos se identifican con su endogrupo de una forma equivalente al encontrarse en situaciones de evaluación positiva y negativa de dicho grupo, los “poderosos” muestran un promedio de identificación diferente en estos dos casos. Mientras que los “poderosos” se identifican más con su endogrupo cuando este es presentado como positivo (M = 4.43; DE = .68), esta identificación disminuye al enfrentarse a un endogrupo evaluado como negativo (M = 4.10; DE = .68), t (50) = 2.63; p = .01. En otros términos, la identificación depende de la percepción tanto del propio poder como de la positividad del endogrupo, de forma tal que los participantes poderosos enfrentados a un endogrupo evaluado positivamente aumentan su identificación con este y la disminuyen cuando se trata de un endogrupo con valencia negativa.

La relación entre el esencialismo (endo y exogrupal) y las variables similitud e identificación resultaron significativas y positivas. La relación entre el esencialismo endogrupal y la percepción de similitud (r (199) = .60; p < .01) resultó mayor que la relación entre esta última y el esencialismo exogrupal (r (199) = .32; p < .01), z = –3.58; p = .003. De forma similar, la relación entre el esencialismo endogrupal y la identificación con el propio grupo (r (199) = .66; p < .01) se relacionan más que esta identificación y la percepción esencialista con el exogrupo (r (199) = .39; p < .01), z = –3.58, p = .003.

Se observó una correlación positiva significativa entre el esencialismo endogrupal y el exogrupal (r (199) = .61; p < .0001).

El Anova de un factor realizado sobre la variable esencialismo endogrupo señala que no existen efectos principales significativos. Un efecto de interacción entre las condiciones de valencia (positiva/negativa) y poder (poderoso/no poderoso) resultó significativo F (7,191) = 3.94; p = .049. Aquellos sujetos en situaciones de poder que se encuentran en endogrupos evaluados positivamente (M = 4.71; DE = .99) muestran mayores promedios de esencialismo que aquellos en situaciones de poder que se encuentran en endogrupos evaluados negativamente (M = 4.38; DE = .98), t (97) = 1.56; p = .12. En otros términos, cuando los participantes “poderosos” se enfrentan a endogrupos evaluados positivamente, muestran mayores niveles de esencialismo que cuando su endogrupo es evaluado negativamente (figura 1).

Efecto de la interacción entre poder y valencia de la IS
sobre el esencialismo endogrupal
Figura 1
Efecto de la interacción entre poder y valencia de la IS sobre el esencialismo endogrupal


El Anova de un factor realizado sobre la variable esencialismo exogrupo señala que no existen efectos principales significativos. Un efecto de interacción entre las condiciones valencia (positiva/negativa) y estabilidad (estabilidad/inestabilidad) resultó significativa F (7,191) = 7.03; p = .009. Es decir, la interacción entre las variables valencia y estabilidad ejerce un efecto en el nivel de esencialismo exogrupal. Aquellos sujetos en condiciones en las que su endogrupo es presentado como negativo (M = 4.15; DE = .99) y con categorización estable adhieren más a las creencias esencialistas respecto a un exogrupo, que aquellos en endogrupos negativos pero inestables (M = 3.66; DE = 1.00), t (97) = 2.31; p = .02. En otros términos, los participantes al verse en situaciones donde su endogrupo es presentado como negativo y estable, presentan mayor esencialismo exogrupal que los que se vieron en situaciones en las que se le presentó, el endogrupo, como negativo e inestable (figura 2).

Efecto de la interacción entre estabilidad y valencia de la
IS sobre el esencialismo exogrupal
Figura 2
Efecto de la interacción entre estabilidad y valencia de la IS sobre el esencialismo exogrupal


Discusión y conclusiones

El objetivo del presente estudio fue conocer el rol que tienen las variables asociadas a la identidad social satisfactoria, como la valencia positiva, estabilidad de la categoría social y poder, sobre el desarrollo o mantención de creencias esencialistas tanto respecto al propio grupo como al exogrupo.

Los resultados en cuanto a los procesos involucrados en la generación de creencias esencialistas indican que tanto la percepción de similitud de los componentes del grupo como la identificación con este son variables relevantes asociadas a los dos tipos de esencialismo. Sin embargo, dichas variables aparecen más fuertemente asociadas a la presencia de creencias esencialistas respecto al propio grupo. Este resultado es coherente, puesto que ambas variables están ancladas en procesos intragrupales. Investigaciones como las conducidas por Verkuyten y Brug (2004) mostraron que las minorías tienden a ser más esencialistas en su visión de la realidad social y postulan que puede deberse a la necesidad de realizar “acciones colectivas”. La población estudiada corresponde a menos de un 10% de la población total, por lo que el exogrupo seleccionado puede haber activado la relación minoría-mayoría. Lo sorprendente, aunque consistente con estudios previos reportados, es que dichos procesos se vinculen con la percepción de esencialismo de un grupo diferente al que se pertenece. Al fijar la realidad social, viéndose a sí mismo como un grupo “fundamentalmente” único, los otros actores del contexto relacional pareen adquirir también dicha condición. En este sentido, el estudio sistemático del esencialismo como fenómeno intergrupal tiene el sentido particular de revelar los numerosos efectos que tiene sobre la percepción y las relaciones intergrupales, y la consideración de que estatus de los grupos es una variable en la que resultará interesante profundizar.

La relación observada entre el esencialismo hacia el propio grupo y hacia el exogrupo parece indicar que la adherencia hacia el propio grupo depende de variables identitarias que aumenta la identificación con el propio grupo. Así es como en los resultados obtenidos podemos observar que las condiciones de valencia y estabilidad del propio grupo producen un efecto en la percepción esencialista del exogrupo. La interacción entre las variables del estudio indica que el esencialismo endogrupal es sensible tanto al poder y la valencia, en la dirección de estimular la adhesión a estas creencias cuando los individuos se encuentran en un endogrupo que es al mismo tiempo poderoso y positivo, mientras que disminuye esta adhesión cuando el grupo es poderoso pero valorado negativamente. En la dirección de lo predicho por la teoría, la cual expresa que un grupo luego de la valoración social al resultar “positivo”, es considerado más deseable para los miembros de dicho grupo (Tajfel & Turner, 1979). La positividad puede ser tanto moral como en términos de estatus (Tajfel, 1984). Un grupo valorado como “bueno” o “poderoso” despierta la “deseabilidad de pertenencia”, aunque ambos factores no parecen tener el mismo peso al momento de evaluar el esencialismo. Esta creencia que reifica la realidad social haciendo que la percepción de los grupos y categorías sociales se vuelvan “realidades inmodificables” parece activarse más al momento de combinarse tanto el poder como la positividad. Los individuos en la condición experimental que reunía ambas “positividades” tendieron a buscar solidificar su identidad social mediante la creencia de que su pertenencia a ese grupo tiene bases esenciales, que son no modificables ni negociables. Las personas en grupos negativos, pero con alto poder no respondieron de la misma manera. Su pertenencia aparentemente deseable debido a la positividad implícita del estatus, no pareció ser suficiente para compensar la valoración moral negativa del exogrupo (es decir, ser “malos”). Así, estas personas disminuyeron significativamente su adherencia a creencias esencialistas sobre su grupo, indicando un posible deseo de que las fronteras del grupo “permaneciesen abiertas”. Entonces, al tratarse del endogrupo, las positividades asociadas al estatus (poder) y a la valencia moral positiva (bueno), se combinaron para crear el escenario esencialista ideal: pertenecer a un grupo doblemente positivo en el que se desea permanecer, por lo que la identidad lo “reconoce” con lazos profundos, exclusivos e inalterables.

En el caso de la percepción esencialista del exogrupo, las variables implicadas no resultaron ser exactamente las mismas. En este caso, el estatus del propio grupo no tuvo un efecto ni directo ni de interacción en las creencias de este tipo. Mientras que la positividad moral mantuvo un efecto importante, este se produjo únicamente en interacción con la variable estabilidad de la categorización social. Este resultado resulta lógico si consideramos que esta última variable se vincula con la creación y mantención de los grupos sociales. Cuando la estabilidad es baja, nos encontramos en un escenario de ambigüedad donde hoy se pertenece a un grupo pero mañana podría pertenecerse a otro. Cuando la estabilidad es alta, tenemos un escenario claro en el que precisar las fronteras de un grupo resulta fácil. En este sentido, las creencias esencialistas respecto a los otros grupos aumentan cuando los individuos se encuentran en endogrupos que son negativos y estables, mientras que la pertenencia a un grupo positivo no parece afectar las creencias respecto a los otros grupos. Esta “fijación” de la realidad social al momento de encontrarse en un grupo negativo podría parecer contradictoria, porque estaríamos frente a un individuo que no activa mecanismos de movilidad social. Sin embargo, estudios previos son consistentes en el sentido de que cuando una persona pertenece a un grupo valorado negativamente, pero cuyas fronteras parecen infranqueables, prefieren “esencializar” a sus grupos para enfrentar la potencial discriminación y justificar su posición en el sistema social sin atribuir su responsabilidad personal (Keller, 2005).

En conclusión, los resultados van en la dirección de establecer, como fue planteado en la hipótesis original, que las variables identitarias tienen un rol causal en el surgimiento y la adherencia a creencias esencialistas tanto del propio grupo (como fenómeno intragrupal) como de otros grupos (como fenómeno intergrupal). Sin embargo, las variables estudiadas no afectan estos dos aspectos del esencialismo de la misma manera. Mientras que la percepción esencialista del propio grupo aumenta al momento de reificar una categoría social “aventajada”, la percepción esencialista del exogrupo surge de forma particularmente importante en el momento de enfrentar un escenario “desventajoso” de alta estabilidad y negatividad del propio grupo. En consecuencia, la percepción esencialista del endo y del exogrupo, correlacionada parcialmente, muestra una dinámica diferencial en que una u otra es activada dependiendo de la conveniencia de mantener una ventaja o justificar una desventaja comparativa. El esencialismo endogrupal aumentaría frente a la necesidad de consolidar la identidad positiva del propio grupo; mientras que el esencialismo exogrupal se activaría al momento de justificar una posición desventajada pero estable de dicho grupo.

Los resultados de este primer experimento resultaron promisorios en cuanto aportan conocimiento respecto a la dinámica de las creencias esencialistas, sus variables explicativas y sus potenciales consecuencias para la identidad social. Se requiere continuar con el trabajo experimental, a fin de reproducir los presentes resultados e incluir nuevas variables identitarias que podrían resultar de interés, y que permitirían desarrollar, en algún momento, un modelo explicativo del fenómeno. El desarrollo de estudios que permitan, además, observar estas variables en su condición natural también resultaría en un aporte al objetivo externo de la presente investigación.

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Notas de autor

* Esta investigación fue financiada por el proyecto FONDECYT 1110011. La correspondencia relacionada con este artículo debe ser enviada a Claudia Andrea Estrada Goic, Centro de Estudios en Psicología Social, Escuela de Psicología, Universidad de Magallanes, Avenida, Bulnes, 01855, Casilla 113-D, Punta Arenas, Chile. Correo electrónico: claudia.estrada@umag.cl

Información adicional

Para citar este artículo: Vallejos, J., Wigstrom, E., Olivares, T., Yzerbyt, V. & Estrada, C. (2015). Variables asociadas a la identidad social satisfactoria y sus efectos diferenciales en el esencialismo endo y exogrupal. Avances en Psicología Latinoamericana, 33(2), 175-188. doi: dx.doi.org/10.12804/apl33.02.2015.01