Editorial

Editado por: Ricardo Abello Galvis;

Editorial

Anuario Colombiano de Derecho Internacional, vol. 10, 2017

Universidad del Rosario

El ACDI - Anuario Colombiano de Derecho Internacional se complace en presentar este nuevo volumen a la comunidad académica con motivo de sus diez años de existencia.

En él contamos con la invaluable presencia de internacionalistas muy destacados en el mundo de la academia, así como en la práctica del derecho internacional. Quisimos que este volumen conmemorativo fuera muy especial y, por eso, buscamos contribuciones de autores de diferentes regiones del mundo, por lo que es un orgullo contar con autores destacados de África, Asia, Europa, América del Norte y del Sur, al igual que de distintas escuelas de pensamiento. Esto enriquece la discusión y redunda en beneficio del derecho internacional.

Por lo anterior, el Anuario quiere agradecerles muy especialmente a todos los autores el trabajo realizado para el ACDI y sus valiosos aportes, que enriquecen esta publicación en su aniversario. Es un orgullo presentar los artículos que se publican a continuación:

Como es habitual, esta publicación ha buscado durante estos diez años acercar el derecho internacional, específicamente las decisiones de la Corte Internacional de Justicia, a todas aquellas personas de habla hispana, en la medida en que estas decisiones solo son proferidas en inglés o en francés. Por ello, siempre hemos traducido las decisiones más importantes del año, las cuales son escogidas por su relevancia para América Latina y/o para el derecho internacional. En el presente volumen ponemos a disposición de los lectores dos decisiones de especial relevancia para la región, estas son: las de los casos sobre el fondo que enfrentaron a Costa Rica con Nicaragua, así como las dos excepciones preliminares en los casos entre Nicaragua contra Colombia.

Finalmente, en el presente volumen los lectores encontrarán el Observatorio de Derecho Internacional, donde podrán revisar las actuaciones más importantes en materia de derecho internacional de los diferentes organismos, que son analizadas por los estudiantes vinculados al Observatorio acompañados de los profesores del área de derecho internacional de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario.

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En cuanto a la actividad y práctica, el año 2016 fue un año muy movido bajo diferentes perspectivas que conllevan grandes retos para el derecho internacional. Una gran variedad de sujetos y temas, como la perspectiva de las políticas frente a la migración, pasando por la posición de Rusia y de Estados Unidos frente a la compleja situación en Siria y, finalmente, frente a los diferentes procesos electorales a lo largo y ancho de este mundo, ha dejado muchas sorpresas, por decir lo menos.

En efecto, a la luz de los diferentes procesos electorales, como el Brexit, que se terminó definiendo, de forma extraña, por la salida del Reino Unido de la Unión Europea y que dejó a una aparente mayoría que no votó, o votó en contra de su real deseo, buscando un voto sanción a las políticas del gobierno británico, enfrentados a un proceso de salida sin tener por el momento mayor claridad sobre los reales efectos que esto va a conllevar en los individuos. Algo similar pasó en Colombia con la votación del plebiscito para aprobar el acuerdo de paz firmado entre el gobierno colombiano y las FARC. En este ejercicio democrático, en el que se estaba definiendo un tema fundamental para el futuro del país, llamó la atención el alto índice de abstención, que llegó a superar el 60 %.

Ahora bien, un comentario aparte merecen las elecciones que se llevaron a cabo en Estados Unidos, las cuales culminaron con la victoria de Donald Trump. Lo anunciado durante la campaña y durante el proceso de empalme genera una seria incertidumbre en varios aspectos de derecho internacional. En efecto, hay mucha preocupación por las medidas que ha anunciado en el sentido de volver a un proteccionismo de la industria estadounidense, puesto que esto va en contra de varios de los tratados que en su momento promocionó el mismo gobierno de Estados Unidos. El presidente electo ha anunciado el retiro de varios tratados en materia comercial, como el TPP, así como la renegociación de otros como el NAFTA. En este sentido, vendrán momentos de incertidumbre, sobre todo de aquellos Estados que dependen del intercambio comercial con Estados Unidos, lo que seguramente llevará a una serie de procesos de responsabilidad estatal ante los diferentes tribunales internacionales.

Por otro lado, a finales del año 2016, se efectuó la elección de los nuevos miembros de la CDI de la ONU, para un nuevo quinquenio. Sin lugar a dudas, fue una elección sui generis en la medida en que, a nuestro modo de ver, los mejores candidatos no lograron obtener los votos necesarios para ser elegidos. En este orden de ideas, la Comisión no contará entre sus miembros con personas como el argentino Marcelo Kohen, miembro del Comité Científico de esta revista, o el francés Mathias Forteau. En el caso de Francia, además se trata de una votación histórica, ya que es muy extraño que uno de los Estados permanentes del Consejo de Seguridad no logre obtener los votos necesarios para elegir a uno de sus connacionales en un puesto en las Naciones Unidas.

Bajo la perspectiva de los tribunales, es interesante ver cómo hubo noticias importantes en varios de ellos. Por el lado de la Corte Internacional de Justicia, el 2016 fue un año importante para América Latina dado que se resolvieron casos fundamentales para la región. En este sentido, nuevamente hacemos referencia a los casos relativos al fondo entre Costa Rica y Nicaragua; también los dos relativos a las excepciones preliminares en los casos entre Nicaragua y Colombia. También es necesario decir que la confianza que han demostrado diferentes Estados en este tribunal ha llevado a que en este momento tenga la mayor actividad histórica al haber recibido tres nuevos casos en el año 2016 y, en lo que va corrido del año 2017, ya se han introducido dos. En consecuencia, actualmente tiene trece casos para resolver.

Por su parte, la Corte Permanente de Arbitraje también ha aumentado el número de casos que le son presentados para resolver. Esto es un claro reflejo de haber incrementado su competencia frente a los casos que puede recibir. Hoy en día, ya no se limita a casos interestatales, también es competente para conocer de casos de empresas contra Estados y entre personas jurídicas. Vale la pena destacar la decisión tomada por la CPA en el conflicto entre Filipinas contra China, en la que esta última rechazó la conformación misma del tribunal y no asistió al proceso; al final rechazó también la decisión tomada por el panel arbitral.

En cuanto a los tribunales penales, podemos destacar las decisiones de las Cámaras Extraordinarias de Camboya, que confirmaron las decisiones de primera instancia a cadena perpetua contra Nuon Chea y Khieu Samphan, por los crímenes que cometieron al hacer parte de los Jemeres Rojos durante el régimen de Pol Pot.

Así mismo, es preocupante que haya Estados, como Sudáfrica, Burundi y Chad, que han denunciado el Estatuto de Roma y, en consecuencia, ya no aceptan la competencia de la Corte Penal Internacional, lo que ha sido presentado como un retroceso de la institución. Del mismo modo, Chad, Kenia, Namibia, la República Democrática del Congo y Uganda han anunciado también su deseo de retirarse del Estatuto, y Rusia retiró su firma.

Obviamente, es necesario hacer referencia al nombramiento del nuevo Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres, quien deberá afrontar los nuevos retos de la organización ante el mundo cambiante que tenemos en la actual coyuntura. Deberá lidiar con los jefes de Estado de Rusia y Estados Unidos, que asumen con una posición de fuerza y autonomía frente a las decisiones del derecho internacional y de las relaciones internacionales, con los conflictos migratorios cada día crecientes, con la posición china frente a sus pretensiones en el mar de China, que van en contra de los Estados vecinos, el problema creciente del calentamiento global y el escaso interés de las grandes potencias para tomar medidas que apacigüen este fenómeno. El nuevo Secretario General deberá mostrar su mejor talante negociador y buscar una maniobrabilidad para poder sacar adelante las diferentes políticas de la organización frente a la oposición de tres de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. No será nada fácil, pero Guterres ya ha demostrado en el pasado esa gran capacidad de gestión y de negociación que se requiere en la actual coyuntura que vive la organización.

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A continuación, quiero manifestar que, para mí, como director y editor de esta publicación, es un orgullo poder haberla acompañado durante una década. Sin lugar a dudas, se trata de un gran esfuerzo, que como trabajo no habría sido posible sin el equipo que me ha asistido a lo largo de estos años. Es imposible citar a todas las personas que de una u otra forma han apoyado esta publicación.

De forma muy especial quiero agradecer a la Facultad de Jurisprudencia y a la Asociación Cavelier del Derecho por haber creído en este proyecto, entidades que en su momento eran lideradas por el Sr. decano Alejandro Venegas, Carlos Gallón Giraldo y Agnès G. de Cavelier, presidente y vicepresidenta de la Asociación, respectivamente.

Así mismo, les agradezco a todos los miembros del Comité Científico y del Comité Editorial, personas cuyo reconocimiento profesional en el derecho internacional fueron un apoyo invaluable como garantía de un trabajo serio y constante que nos abrió muchas puertas para que el Anuario tenga el reconocimiento del que goza hoy en día a nivel mundial.

Obviamente estos diez volúmenes no habrían sido posibles sin los autores que creyeron en este proyecto y que, con sus valiosísimas contribuciones, nos permitieron tener una continuidad y no quedarnos en el inmenso mundo de las publicaciones seriadas de un único volumen. Así es que para los autores mi más profundo agradecimiento por habernos permitido llegar hasta diez y, al habernos consolidado como una de las publicaciones en derecho más importantes de América Latina, poder seguir garantizando una continuidad que, espero, sea de muchos años más.

El Anuario siempre quiso tener varios componentes, además de la publicación de artículos especializados, por esto se incluyó en la revista el capítulo del Observatorio de Derecho Internacional; aquí se vincularon año a año, volumen a volumen, a estudiantes de la Facultad interesados en estos temas, para que analizaran, evaluaran y le presentaran a la comunidad académica breves escritos de la actividad del derecho internacional que se profiere en diferentes entidades internacionales y nacionales. Estos estudiantes trabajaron arduamente para consolidar el ‘Observatorio de Derecho Internacional’, que identifica al Anuario y lo diferencia de otras publicaciones. Así es que para todos los estudiantes que conforman y lo han conformado, muchas gracias.

El tercer aparte que identifica a la revista son las traducciones de las principales decisiones de la Corte Internacional de Justicia. Esto se hizo para acercar estas decisiones a la comunidad académica en general. Dichas traducciones han tenido un enorme reconocimiento en toda América Latina y le han dado una enorme visibilidad al Anuario. A aquellos que han apoyado al ACDI en esta sección de las traducciones, mi más sincero agradecimiento.

Como ya lo mencionaba, muchas personas intervienen en todo el proceso de una revista, muchos de ellos no se ven y, además, se mencionan poco o nada. No puedo en este momento dejar de mencionar a los pares evaluadores que durante diez años han evaluado de forma anónima todos los artículos que se han publicado. No será ahora que romperé el anonimato, pero para cada uno de ellos va mi agradecimiento.

Ahora bien, no puedo dejar de agradecerles a todas las personas que trabajan para que cada volumen sea una realidad; en este sentido, debo agradecerle al Centro Editorial, especialmente al Dr. Juan Felipe Córdoba y a todo su equipo de trabajo.

Este es un esfuerzo colectivo que refleja la unidad y el trabajo del Grupo de Derecho Internacional de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, así es que mi agradecimiento va indiscutiblemente para todos los que son y han sido parte de este grupo en estos últimos diez años.

Finalmente, quiero agradecerle a Verónica Bermúdez, Ana María Castillo, asistentes editoriales, por su conocimiento en revistas, su trabajo y su apoyo; a Natalia Tobón, María Claudia Roa Mackenzie y Ángela Vivas, como coordinadoras de la Asociación Cavelier del Derecho, por su apoyo constante; a Walter Arévalo y Laura Victoria García M., quienes han trabajado conmigo día a día y hombro a hombro en la realización de este proyecto.

Este trabajo no habría sido posible sin el apoyo constante de mis colegas y amigos del Grupo de Derecho Internacional de la Facultad de Jurisprudencia y de todos aquellos que de una u otra forma lo han respaldado.

A todos, ¡muchas gracias!

Notas de autor

* Director/Editor. Bogotá, enero de 2017