Territorios
ISSN:0123-8418 | eISSN:2215-7484

La transformación de un barrio capitalino: la experiencia desde los y las residentes del barrio Escalante junto con el comercio gastronómico

The Transformation of a Capital Neighborhood: The Experience from the Residents of Barrio Escalante together with the Gastronomic Commerce

A transformação de um bairro da capital: a experiência desde os residentes de bairro Escalante junto com o comércio gastronómico

Bryan Roberto Vargas Vargas

La transformación de un barrio capitalino: la experiencia desde los y las residentes del barrio Escalante junto con el comercio gastronómico

Territorios, núm. 43, 2020

Universidad del Rosario

Bryan Roberto Vargas Vargas *

Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica, Costa Rica


Recibido: 19 agosto 2019

Aceptado: 12 diciembre 2019

Información adicional

Para citar este artículo: Vargas Vargas, B. R. (2020). La transformación de un barrio capitalino: la experiencia desde los y las residentes del barrio Escalante junto con el comercio gastronómico. Territorios, (43), 1-22. https://doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/territorios/a.7810

Resumen: El presente artículo tiene como finalidad describir la experiencia de los y las residentes del barrio Escalante, ubicado en el distrito El Carmen en la capital de Costa Rica (San José). Este asentamiento data de la primera mitad del siglo xx y en la última década atraviesa una serie de transformaciones urbanas, principalmente: los cambios de uso del suelo, del perfil de la ciudad y de la vocación hacia actividades comerciales y turísticas. En este texto se muestran los resultados de una encuesta aplicada a las personas residentes durante el último semestre del año 2018, así como entrevistas en profundidad. Como resultados importantes están: las dificultades para residir en el barrio, la falta de participación ciudadana y las decisiones políticas sobre la ciudad sin la consulta a quienes la habitan.

Palabras clave: Planificación urbana, rentabilidad, gobierno municipal, medio urbano, población urbana, disminución de la población, gentrificación.

Abstract: The purpose of this article is to narrate the experience of the residents of barrio Escalante, located in district El Carmen in the capital San José of Costa Rica. This settlement dates from the first half of the 20th century and in the last decade it goes through a series of urban transformations mainly: the changes in land use; the profile of the city and the vocation to commercial and tourist activities. This article shows the results of a survey applied to residents during the last semester of 2018 as well as in-depth interviews. As important results are: the difficulties to reside in the neighborhood; the lack of citizen participation and political decisions about the city without consulting those who inhabit it.

Keywords: Urban planning, profits, city government, urban environment, urban population, population decrease, gentrification.

Resumo: O presente artigo tem como finalidade apresentar a experiência dos residentes do Bairro Escalante, localizado no distrito El Carmen na capital da Costa Rica (San José). Este assentamento data da primeira metade do século xx e na última década atravessa uma série de transformações urbanas principalmente: as mudanças de uso do solo; do perfil da cidade e da vocação para atividades comerciais e turísticas. Neste artigo se mostram os resultados de uma enquete aplicada às pessoas residentes durante o último semestre do ano 2018, assim como entrevistas em profundidade. Como resultados importantes estão: as dificuldades para residir no bairro; a falta de participação cidadã e as decisões políticas sobre a cidade sem a consulta a quem a habitam.

Palavras-chave: Planificação urbana, rentabilidade, governo municipal, meio urbano, população urbana, diminuição da população, gentrificação.

Introducción1

El presente artículo surge de un interés compartido entre el Centro Universitario de San José y el Centro Agenda Joven en Derechos y Ciudadanía —ambos de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica— en la búsqueda por entender las transformaciones urbanas en la capital costarricense (San José), propiamente sobre su tendencia a favorecer los usos comerciales sobre los residenciales, el cambio de perfil de la ciudad, los planes de ‘renovación’ y las problemáticas de vivienda.

La tendencia por favorecer los usos comerciales sobre los residenciales y el despoblamiento de los distritos centrales, nos detenemos en uno de los barrios llamado Escalante, por su particularidad de barrio histórico y que en la actualidad es enmarcado en un reglamento urbanístico que lo define como zona mixta residencial comercial. Con zonas mixtas o usos mixtos se entiende al híbrido de actividades en un sector específico de la urbe, que en el tipo ideal es un espacio planificado, pero, como veremos en el caso de la ciudad de San José, esto responde más a un crecimiento ‘orgánico’, a la lógica del mercado de las tierras y a la promoción comercial de la ciudad. Sea cual sea la razón para que existan diferentes usos y actividades en un sector delimitado, lo cierto es que es una yuxtaposición de prácticas, que debieran ser armónicas y compatibles.

“Barrio Escalante se transforma luego del boom de los restaurantes” (Abissi, 2019) publica el diario La Nación con fecha del 11 de agosto de 2019, en el que se señala la transformación de viviendas para usos gastronómicos, pero sobre todo confirmando un alza en la renta en este punto de la ciudad, desde “4000 a 4500 dólares por un garaje”, afirma uno de los comerciantes consultados. Situación que no solo aumentó los bienes inmuebles, sino también que excluye a poblaciones del consumo que se da en ese lugar. Mientras la situación comercial ‘mejora’,2 la propuesta de los comerciantes está en seguir diversificando, declara otro de los entrevistados: “Toda la gente de las torres aledañas va a necesitar servicios médicos, educación y todas las cosas accesorias que un desarrollo necesita. Vamos a ver un barrio mezclado, que no solo sea la parte gastronómica”.

En el caso que estamos presentando, el barrio Escalante es una zona mixta3 de uso residencial, con usos comerciales alrededor de la gastronomía y usos culturales-turísticos. En términos teóricos, el uso mixto de la ciudad ha sido propuesto por el urbanismo posmodernista como contrapeso de la monofunción de sectores de la ciudad señalados por no tener calidades físicas y sociales para la producción de actividades e interacciones urbanas. Puede este principio de variedad estar muy bien fundado y con potencial, pero en este caso vamos a mostrar un escenario donde la variedad no es plena, principalmente por la falta de planificación, y donde domina el interés de lucro, como indican Vargas y Madrigal (2018):

Los discursos sobre lo urbano pueden distanciarse notablemente de la práctica o las políticas propiciadas por sus formuladores, oímos reiteradamente nociones como densificación, calidad de vida, eficiencia en el uso de la infraestructura, mayor y mejor movilidad, etc. Esto suele mezclarse con discursos aparentemente complementarios sobre competitividad del territorio, y sobre desarrollo económico y comercial como sinónimos de calidad de vida (p. 31).

Verduzco y Valenzuela (2018) han estudiado fenómenos similares, donde las ciudades escenifican el espacio urbano como un lugar donde los turistas pueden coproducir sus experiencias de viaje, donde los destinos turísticos urbanos son representados como espacios seguros, abiertos a la inversión y a la innovación de bienes y servicios.

Estos mismos autores, a su vez, tomando referencias de diversas ciudades, plantean escenarios para el análisis empírico de conflictos sociourbanos en contextos afines que se presentan a continuación:

  • Aglomeración espacial de unidades económicas complementarias (hoteles, restaurantes, museos, tiendas de artesanías, centros comerciales, etcétera).

  • Grandes proyectos culturales o inmobiliarios de uso mixto (vivienda, comercio y oficinas) que sirven como anclas de la dinámica urbana, económica y social de los distritos en cuestión.

  • Identidad o herencia barrial o distrital preexistente (casco cultural), usualmente definida en torno al nombre de un equipamiento, una calle, una colonia o algún otro referente cultural o sociourbano que permite establecer un vínculo entre pasado y futuro del distrito (Verduzco & Valenzuela, 2018, p. 239).

Lidia Manzo (2013) en sus estudios sobre la ciudad de Nueva York examina cómo la producción de “autenticidad urbana” para los usuarios puede ocultar los mecanismos de poder y de clase produciendo gentrificación y el desplazamiento de poblaciones, consecuencia que también es verificable en el espacio de estudio de este artículo.

Sobre el mismo eje entre gentrificación y consumo gastronómico, Sbicca (2018) discute la relación que existe entre factores políticos, económicos y culturales, y muestra cómo la gentrificación alimentaria es un fenómeno multifacético que alcanza a las clases sociales de los barrios, su demografía etnorracial, los hábitos alimenticios e, incluso, el acceso a la vivienda. Mercado Celis (2016) en sus trabajos sobre la contemporánea Ciudad de México nos da también un aporte en esta discusión con el concepto de “distritos creativos”, que vendrían siendo los sitios caracterizados por la aglomeración de empresas culturales/creativas y establecimientos de consumo especializado en distritos urbanos marcados por un proceso de rápida transformación urbana.

Las referencias anteriores son solo algunas que relacionan áreas urbanas especializadas por su gastronomía, comercio y turismo con procesos de gentrificación, desplazamiento de poblaciones y su vínculo, además, con mecanismos de poder y gestión urbana.

En este escenario, que promueve el cambio de uso residencial por cualquier otro, el desarrollo de vivienda vertical de alto costo, surgen preguntas importantes como: ¿quiénes todavía residen en el barrio?, ¿por qué siguen ahí?, ¿están a gusto viviendo en el centro de la ciudad?, ¿tienen relación con las actividades económicas que han brotado? Estas interrogantes serán resueltas en este documento, que pretende mostrar de forma cuantitativa y cualitativa las experiencias de los usos mixtos urbanos, en este caso particular, un uso residencial con usos gastronómicos, comerciales y turísticos.4

Janoschka et al. (2014), Casgrain y Janoschka (2013) y Janoschka (2016) han estudiado en profundidad la literatura especializada y la han contrastado con fenómenos propios de las ciudades latinoamericanas, más específicamente sobre el concepto de gentrificación urbana. Al respecto los debates son diversos, van desde la identificación tardía del fenómeno y la negación por parte de investigadores e investigadoras a la utilización de un término anglosajón, o fenómenos varios tipificados con el término, por ejemplo: las resistencias de grupos urbanos al desplazamiento, hasta las diversas expresiones de procesos de gentrificación (rescate patrimonial, usos especializados, aumento de precio de centralidades urbanas, entre otras) que ponen en duda el alcance del término.

De lo amplio del debate hay dos cuestiones acordadas: la primera es que, mientras la ciudad sea asumida como núcleo de acumulación capitalista, como espacio especulativo y para el consumo, y persistan las luchas de clases, es muy probable que se den procesos de gentrificación; y segundo, que las ciudades latinoamericanas tienen expresiones muy particulares que se distancian del concepto clásico de Ruth Glass, pero que en esencia explica de buena forma algunas de nuestras realidades.

En consecuencia, las estrategias metodológicas tomadas para estudiar la gentrificación en América Latina son diversas; por mencionar algunas técnicas, las siguientes: comparaciones censales, medición de ingresos, cambios etarios en la población, puntos de inversión (pública y privada), cálculos de rentas, análisis de la forma urbana, cambios en reglamentos urbanos, análisis de discurso y publicitario sobre la ciudad, entre otras propias de cada escenario.

Ante esta amplitud, lo cierto es que, en el escenario de este artículo, el concepto de gentrificación es el más conveniente para entender lo que sucede, pero sí con grandes diferencias propias de esta ciudad centroamericana de la cual se tiene poca literatura especializada. Se asume como un proceso de gentrificación por las siguientes características: a) aumento del precio del suelo urbano y los inmuebles, aunque hay que dejar claro que se trató desde su origen de un barrio con un perfil económico alto; b) cambio de usos, principalmente del uso residencial al comercial, gastronómico y de servicios; c) transformación en la morfología urbana, por los nuevos usos de los inmuebles y por el surgimiento de torres residenciales periféricas al barrio; d) desplazamiento de la población residente, como lo muestran los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos; e) atracción de nuevas poblaciones hacia los nuevos usos y hacia las torres circundantes; f) retórica del progreso, que justifica el cambio de usos por otros más rentables; g) beneplácito del gobierno local y su comprensión especulativa de la ‘renovación’.

Metodología

Es importante destacar que los resultados que se exponen mediante este artículo forman parte de una investigación titulada: “Proceso de transformación urbana del barrio Escalante, nuevos usos, prácticas y sus consecuencias”. Esta toma muchas aristas para evaluar la transformación barrial, como el análisis jurídico de los reglamentos de uso del suelo y la valoración de precios de venta y rentas. Se consideró estratégico mostrar en este apartado los resultados de la encuesta y las entrevistas aplicadas a las personas residentes, ya que ellas ilustran la perspectiva de quienes habitan y están cotidianamente en este espacio.

Durante los meses de septiembre y octubre de 2017 se hizo un levantamiento y modelación de los usos en el área administrativa del barrio Escalante y se elaboró un mapa5 que contenía las viviendas observadas y la totalidad de los otros usos de los predios; del proceso se obtiene el dato cuantitativo que permite plantear muestras para las técnicas por aplicar. En la figura 1 se puede observar el mapa de usos de suelos.

Para junio del año 2018, cuando se inicia con la aplicación de los instrumentos de la encuesta6 en los hogares (como la unidad mínima de información), nos encontramos que edificaciones que se registraron como viviendas ya no lo eran, algunas porque fueron deshabitadas7 y otras cambiaron su uso. Para la discusión en general, esto nos da evidencia de la rapidez de la transformación de usos en el barrio, y en el ámbito metodológico implicó una revisión del levantamiento del año 2017 y un nuevo cálculo.

En total el tamaño del universo fue de 249 viviendas y se utilizó una muestra no probabilística. Se aplicaron un total de 120 encuestas, empleando un muestreo aleatorio estratificado y un reparto proporcional al tamaño de los estratos por cuadrante urbano. Por ejemplo: el cuadrante 2 tiene 22 viviendas y su tamaño de muestra es de 11, mientras que en el cuadrante 11 con 2 viviendas, su muestra es de 2.


Barrio Escalante: levantamiento de uso del suelo 2017
Figura 1.
Barrio Escalante: levantamiento de uso del suelo 2017


Fuente: elaboración del autor.

La aplicación de encuestas se realizó entre julio y agosto de 2018; de la aplicación de este instrumento de encuesta se obtienen dos fuentes de información más, a saber: a) relatos de vecinos que aprovecharon la consulta para extenderse en las problemáticas que tienen el barrio, registrados mediante una bitácora de campo; y b) actores estratégicos dispuestos a conceder una entrevista en profundidad.

El instrumento de entrevista en profundidad fue aplicado a aquellas personas vecinas que consintieran voluntariamente al momento de la encuesta o fueran referidas, por lo que es probable que exista un sesgo y se ahonde en problemáticas cotidianas por parte de estas personas. Principalmente se consultó a los y las vecinas sobre: a) las primeras experiencias de vida en el barrio, b) cómo estas se han perdido o modificado a lo largo del tiempo, c) los primeros espacios de referencia recordados, d) relaciones con los vecinos en todos los momentos de vivir en el barrio, e) tipos de cambio percibidos, f) temporalidad de los cambios y afectaciones al residir, g) problemáticas asociadas a las nuevas actividades comerciales y h) sobre el futuro del barrio.

Por otro lado, se efectuó una prueba t para muestras independientes, a fin de probar la asociación entre edad de las personas residentes y la percepción de transformación de barrio. Pardo y Ruiz (2005, p. 322) explican esta prueba así: “La prueba t para dos muestras independientes permite contrastar hipótesis referidas a la diferencia entre dos medias independientes. La situación típica que permite resolver esta prueba es la relativa a la comparación de dos grupos distintos de sujetos. Por ejemplo, un grupo de sujetos tratados (grupo experimental) y otro de no tratados (grupo control); o un grupo de sujetos sometido al tratamiento A y otro sometido al tratamiento B; etc.”.

En síntesis, el desarrollo tendrá como insumos para la discusión la triangulación de las siguientes técnicas aplicadas: a) la encuesta aplicada a las personas residentes, b) las entrevistas en profundidad y c) las bitácoras de campo que contienen manifestaciones por parte de los y las vecinas al momento de ser encuestados, además de los mapeos elaborados desde 2017 e información noticiosa sobre el barrio.

Desarrollo

Sobre el barrio capitalino

Según lo apuntan los datos del Observatorio Municipal 8 (2014), el barrio Escalante tiene una población menor a los 1000 habitantes, en el distrito menos denso y con menor cantidad de población del cantón central, con la mayor cantidad de adultos mayores y en constante pérdida de población. Es de resaltar que el barrio en cuestión se consolida en las primeras dos décadas del siglo xx, que para ese mismo período recibe una importante inversión estatal. De ese momento a la actualidad, el centro capitalino ha mutado desde muchos puntos de vista; para empezar, las élites políticas y económicas9 que se ubicaron en ese punto de la ciudad ya no están, mucho en relación con la idea de que la ciudad se ha vuelto “peligrosa y sucia”.

En este momento, el cantón central de San José es un núcleo sin planificación ocupado principalmente para el uso residencial, institucional, oficinas, comercial y de servicios, quedando entre la mezcla los barrios centrales, algunos que simplemente ya no cumplen su uso residencial y otros que sobreviven a esta tendencia, como lo es el barrio Escalante. Uno de nuestros entrevistados plantea el inicio del cambio en la promoción cultural de la ciudad y respaldado en los hitos arquitectónicos que posee el barrio, indicando: “Creo que empezó con lo de la cuestión cultural, con el teatro este a la par de Fercori, con el Museo Calderón Guardia, no sé cómo que se hizo más famoso en los puntos más profundos, verdad, y entonces el comercio se aprovechó de esa gente que venía aquí a disfrutar del arte y después da hambre, verdad, empezó como solo restaurantes y hubo una racha de que muchos bares [sic]” (entrevista a residente y administrador de un hotel en el barrio Escalante, 27 de noviembre de 2018).

Como se mencionó, Escalante tomó parte importante de la inversión pública sobre la ciudad y además la ubicación de la clase hegemónica dejó como significante arquitecturas atrayentes, que han servido en este momento para afincar la propuesta de un sitio gastronómico y turístico en el centro de la ciudad, bajo el concepto de “renovación de la ciudad”, que no es otra cosa más que un cambio radical del uso residencial por otras actividades más productivas.

Bajo la misma justificación de renovar, otra tendencia emerge en este sitio, como lo son las edificaciones en altura,10 lo que implica un cambio importante en el perfil urbano del barrio, pero sobre todo es contradictorio en un sitio que, como ya se afirmó, pierde población de forma sostenida.

Como plantean los escenarios de Verduzco y Valenzuela (2018), Escalante posee una herencia barrial, cultural y arquitectónica en el centro de la ciudad, donde se concentran unidades económicas complementarias y, paralelamente, proyectos culturales e inmobiliarios, por lo que es un espacio con aristas suficientes que merecen análisis. Como se muestra en la figura 1, ya el sector es una yuxtaposición de usos que se viene dando desde aproximadamente el año 2010 y que toma fuerza con el comercio gastronómico más recientemente.

Seguidamente, los datos obtenidos de las personas residentes en Escalante nos permiten seguir discutiendo. Es importante mencionar de previo que los dimensiones que fueron de interés y de los que se obtienen resultados son las siguientes: a) la composición demográfica de las personas consultadas, b) la relación entre vecinos, c) la relación y actividades de los vecinos en su barrio, d) la percepción vecinal de la transformación, e) la organización vecinal y f) el futuro del barrio.

Los resultados obtenidos de la encuesta

La composición del barrio

La encuesta propia aplicada11 a los y las residentes nos indica la siguiente conformación: está en un 19,9 % integrado por personas menores de los 35 años, un 15,0 % de personas entre 35 a menos de 45 años, un 14,2 % de 45 a menos de 55 años, un 15 % de 55 a menos de 65 años y un 35 % de personas de 65 o más años. Esto quiere decir, como además lo señala el INEC, que hay una presencia importante de población adulta y ‘adulta mayor’, que en el caso costarricense se nombran así los ciudadanos mayores de 65 años.12

A continuación, la ocupación de las personas consultadas se desagrega de la siguiente forma: un 33,3 % actividades profesionales, científicas y técnicas, seguido por un 30 % de personas jubiladas, un 10 % en labores domésticas, un 7,5 % de otras actividades de servicios, un 4,2 % enseñanza, un 4,2 % estudiantes y, en menor medida, actividades de alojamiento y de servicio de comidas con un 1,7 % y un 2,5 % ninguna ocupación.

Otro dato relevante es que un 45 % de las personas consultadas tiene más de 30 años de vivir en el barrio y el mayor porcentaje de adultos mayores ha residido siempre en Escalante. El restante porcentaje de las personas consultadas tiene las siguientes cantidades de años de domicilio: menos de 5 años un 20 %, de 5 a menos de 10 años un 10,8 %, de 10 a menos de 5 años un 5 %, de 15 a menos de 20 años un 9,2 % y de 20 a menos de 30 años un 10 %.

Esta particularidad de ser recibido por población adulta, adulta mayor y un importante porcentaje de jubilados que han vivido siempre en el barrio Escalante nos permitió acercamientos más en profundidad y obtener historias del barrio Escalante mediante las entrevistas; seguidamente, uno de los entrevistados expresa:

[…] recuerdo que lo que es el parqueo atrás de Fercori, había un botadero de carros, un montón de carros viejos entre Santa Teresita y la cosa esa pastoral que hace fiestas, un deshuesadero de carros, nosotros nos metíamos ahí a jugar por un huequillo, a jugar entre los carros viejos, despegar las manivelas y jugar de manejar el carro todo herrumbrado, y luego había como un galerón inmenso y atrás el edificio de Fercori, eso lo botaron e hicieron el edificio de vidrio y se llevaron los carros a río Azul, pero le hablo de los años ochenta [sic] (entrevista a residente y administrador de un hotel en el barrio Escalante, 27 de noviembre de 2018).

Otros rasgos que caracterizan a la población vecinal consultada es que un 56,7 % tuvo otro u otros familiares que residieron en el barrio. Por otro lado, la tenencia de la propiedad es en un 71,7 % de viviendas propias, alquiladas en un 22,7 % y prestadas en un 4,2 %. Esto nos da respuesta a algunas de las preguntas hechas en la introducción, los datos nos indican la presencia importante de residentes adultos y adultos mayores, con una tenencia de vivienda propia y que en su mayoría han vivido siempre en el barrio Escalante, donde además algunos otros miembros de la familia también residieron.

Prácticas socioespaciales e identidad del barrio

Los vecinos fueron consultados si tenían o no relación con otros residentes cercanos y la respuesta fue afirmativa en un 75,8 %, mientras que el 24,2 % indicó que no tienen ningún tipo de trato. Al consultarles a las personas que dijeron tener relación que califiquen la calidad de ese vínculo, se indicó: la relación es buena en un 57,5 %, regular en un 17,5 % y no quisieron responder un 24,2 %.

En otra arista, una de las inquietudes de la investigación estuvo en conocer los ámbitos de acciones por parte de los residentes dentro de su barrio y se obtuvieron los resultados que se ilustran en la figura 2.


Barrio Escalante: actividades realizadas según las personas residentes encuestadas 2018
Figura 2.
Barrio Escalante: actividades realizadas según las personas residentes encuestadas 2018


Fuente: elaboración del autor.

La figura 2 muestra que principalmente los vecinos se quedan en casa y lo caminan o recorren, mientras que visitar a los vecinos, visitar los bares y los parques están dentro de las actividades que en menor medida son ejecutadas. Parte importante de que esto sea así es la presencia de una porción significativa de población adulta mayor, la misma que puede tener limitaciones para el desplazamiento o poco interés de estar en actividades relacionadas con bares y restaurantes; esto se evidencia también de forma cualitativa en algunas de las expresiones de los entrevistados que nos comentan algunas de las dificultades cotidianas, por ejemplo:

  • Me pasé a vivir a otro sector de Escalante un poco más tranquilo, porque por la edad y las enfermedades, no podía con el ruido; ahora donde vivo, si bien es cierto que tiene varias molestias, es mucho más tranquilo, en comparación con la antigua casa (encuesta propia, 2018).

  • No me voy del barrio, porque cambiarme de casa ya me es muy difícil (capacidad física de desplazarse), además de que me gusta mi casa, pero si no ya me hubiera ido (encuesta propia, 2018).

  • Mi esposo falleció de cáncer prostático y durante el proceso de enfermedad se mantuvo muy irritado porque no aguantaba el ruido, tuvo que ir a fallecer a Pérez Zeledón (fuera de la ciudad), porque hacían caso omiso de las quejas y nunca atienden los llamados, son personas con las que no se puede dialogar y la Municipalidad no hace nada al respecto (encuesta propia, 2018).

  • Hay algo muy lamentable, o sea, la gente piensa que porque hay personas que porque viven acá tienen muchísimo dinero y toda la cosa, se pueden ir a otro lugar y comprarse otra casa, pero eso no es así, verdad, hay gente mayor que vive ahí que lo que tienen es ya como una pensión, pueden tener una casota, pero eso no significa que tengan facilidad o entradas de plata sobrantes; entonces, creo que esos son los que están más prensados, no todo es, el barrio va terminar colonizándose por todo este lugar, ahora la parte elegante de la ciudad de bares y de eso, y eso va seguir creciendo, creciendo y creciendo, luego eso va ser obsoleto y se va a pasar a otro lugar, siempre es así, entonces eso va quedar atrás a través del tiempo [sic] (entrevista a residente que lleva 55 años viviendo en Escalante, 21 de noviembre de 2018).

Sobre otro interés, una de las consideraciones para entender la relación entre los vecinos con el lugar en que residen fue la capacidad de identificar e identificarse en algún punto de referencia, de importancia o, como se le dice en el área de la arquitectura, la ubicación de un hito urbano. El resultado obtenido nos indica que el 62,5 % de las personas identifican un hito y un 37,5 % no lo señala.

De lo anterior, el lugar más referenciado fue Parque Francia con un 30,0 %, seguido de la iglesia Santa Teresita con un 10 %, la rotonda El Farolito con un 4,2 %, el paseo gastronómico con el 3,3 %, el supermercado Fresh Market con un 3,3 % y ya en menor medida algún bar o restaurante.

Del Parque Francia se puede afirmar que ha sido siempre un sitio de referencia, así lo fue también en las entrevistas donde se narran historias sobre este sitio. Actualmente es un espacio visitado y ocupado constantemente por diferentes grupos, lo cual es positivo, pero el malestar para las personas residentes se presenta cuando el sitio sigue atrayendo personas incluso en altas horas de la noche.

Los cambios urbanos percibidos

Profundizando en las percepciones de las y los vecinos consultados, se les interroga si han percibido algún cambio de cualquier naturaleza en su tiempo de residencia; ante la interrogante el 93,3 % expresó que sí han percibido cambios barriales. Y los principales enunciados se observan en la figura 3.

Como muestra la figura 3, más del 50 % de las personas manifestaron que el cambio más importante del barrio es la presencia de nuevos negocios de bares y restaurantes, muy por debajo de la percepción de la cantidad de vehículos y la inseguridad/ drogas/delincuencia. Como se comprobó, la percepción de aumento de bares y restaurantes es una realidad, y se evidencia en las nuevas patentes comerciales emitidas. Uno de nuestros entrevistados explica el fenómeno de la siguiente forma:

Los barrios viejos se van convirtiendo en oficinas o bares, restaurantes este, por las estructuras unas, porque tienen calles anchas, porque son viejas, verdad, y entonces caben carros a los dos lados, las estructuras son muy bonitas, la arquitectura, y eso es una arquitectura de paredes altas, de espacio con patio y jardines y eso, entre más viejas las casas más grandes tienen los jardines y los patios, entonces eso conviene a todo ese tipo de actividades, eso es como, bueno, en el desarrollo de lo que yo he visto [sic] (entrevista a residente que lleva 55 años viviendo en Escalante, 21 de noviembre de 2018).


Barrio Escalante: principales cambios percibidos según las personas residentes encuestadas 2018
Figura 3.
Barrio Escalante: principales cambios percibidos según las personas residentes encuestadas 2018


Fuente: elaboración del autor.

Este apartado es interesante, por lo que se realizó una prueba t para muestras independientes, y se reportó que existe una diferencia estadísticamente significativa entre los promedios de edad y la percepción de cambio en el barrio, con una significancia de 0,003 y una intensidad de la diferencia según el tamaño del efecto o magnitud buena de 0,711684507. Esto quiere decir que se comprueba la hipótesis de que a mayor edad de las personas consultadas está más presente la percepción de cambio barrial. De fondo esta presunción tiene otra arista y es que los nuevos usos atraen principalmente a población en edad joven, exterioridad observable durante todo el proceso de investigación.

Otros de los informantes nos dan otra arista de lo ocurrido y es la intervención del gobierno local con la aprobación de un proyecto de renovación urbana, así apuntan:

Hace diez años la Municipalidad comienza una campaña de devolver gente para volver a transformar Escalante como un lugar habitacional, pero descubrió este tipo de transformación, pero no hubo ninguna consulta y pues solo dijo, vamos a transformar Escalante de habitacional a comercial, pero por supuesto los impuestos van para arriba. Se suponía que esta transformación era solo una calle, lo que pasa es que se salió de control y entonces ahora por todo lado ya se encuentra uno restaurantes [sic] (entrevista a residente que lleva 61 años viviendo en Escalante y es político, 3 de diciembre de 2018).

La Muni da permisos o patentes a lugares que no confinan el ruido. El Ministerio de Salud da permisos a lugares para espectáculos públicos y en otros o no y entonces ya es un tema país, y ya es una reforma a la ley de salud… Hay muchos que hacen abuso de patente y llegan a generar conflicto a una comunidad y quién defiende la comunidad [sic] (entrevista a residente que lleva más de treinta años viviendo en Escalante y es comerciante local, 10 de diciembre de 2018).

Con la diferenciación de que el barrio Escalante nunca fue un barrio obrero, pero el escenario nos remonta a las ideas de progreso y embellecimiento que facilitaba beneficiarse a un sector social en el redibujar las fronteras urbanas al mejor estilo del barón Haussmann en París. La percepción de aumento por parte de los vecinos es real, de las 92 nuevas patentes en el distrito “El Carmen entre los años 2012 y 2017, el 77 % de las mismas son de restaurantes/varios, siendo lo predominante y en menor medida otros usos como miniabastecedores con 11 % y hoteles con 9 %” (Vargas & Madrigal, 2018, p. 20). A este hecho hay que sumarle que el barrio tiene una declaración de interés turístico, por lo que los requisitos para establecer una actividad comercial pueden facilitarse.

Estos cambios urbanos tienen que ver con las “centralidades y nuevas centralidades” que hilvana Mirta Levin (2018), quien señala sobre los centros de ciudad la referencia fundamental de la ciudad, donde los ciudadanos se identifican y están siempre en la memoria, por lo cual es un lugar en disputa por diversos focos de atracción (2018, p. 55). En este crecmiento comercial se identifica una de las principales problemáticas para quienes residen en el lugar, que fue una constante también en las entrevistas; dos de nuestros informantes anotan:

He visto enfrentamiento de los dueños de los bares con la gente y ya les dieron la patente, dos de la mañana, entonces no los reciben o los mandan al carajo, y le dicen: “Ah no, no, yo tengo la patente aquí”, como quien dice vean a ver qué hacen con la bulla ustedes, es por qué a mí ya me autorizó la Municipalidad, como cosas de esas [sic] (entrevista a residente que lleva 55 años viviendo en Escalante, 21 de noviembre de 2018).

Yo alquilé para oficinas, porque para vivienda ya es como extraño, hay mucha bulla, ha subido la delincuencia bastante en las noches, se ve mucho, qué pena juzgar, pero se ve mucho raro así como caminando y además es muy cercano a la línea del tren, al centro de San José, a la California y ese tipo de lugares que de noche se ponen feos [sic] (entrevista a residente y administrador de un hotel en el barrio Escalante, 27 de noviembre de 2018).

Continuando con el aporte de Levin sobre las centralidades urbanas, esta expone que esta disputa por el centro en algunos casos responde a la aparición de emprendimientos comerciales o recreativos, terciarios o de servicios concentrados, como lo sugerían también Verduzco y Valenzuela (2018). Así mismo, describe el caso de la comuna de Providencia en el Gran Santiago, que ha desplazado el centro original de la ciudad con una convocatoria impresionante de usuarios diarios. En esto coinciden dos de los entrevistados, quienes apuntan a una tendencia que viene del centro de San José o el llamado ‘casco central de San José’, el cual está a la inmediatez del barrio Escalante, afirmando:

Es que eso viene caminando, viene de Amón, hay una colocación primero donde hay muchos bares, las casas se hicieron hoteles, hay hoteles lindísimos, todo porque la arquitectura se presta porque está en el centro de la ciudad, porque la ciudad no tiene para donde crecer tampoco mucho, verdad. San José es un espacio cerrado, entonces la tierra es muy carisísima, por eso porque es un espacio muy cerrado, entonces hay que aprovechar como lo que hay en el centro de San José [sic] (entrevista a residente que lleva 55 años viviendo en Escalante, 21 de noviembre de 2018).

La opción era o negocios u oficinas, que fue lo que se dio; creo que se dio primero la parte de oficinas que negocios, primero oficinas, bufetes, cosas de esas, y entonces empezaron después a proliferar zonas donde almorzar, porque había mucha fuente de gente y yo creo que más o menos esa es la secuencia [sic] (entrevista a residente que lleva 55 años viviendo en Escalante, 28 de noviembre de 2018).

De lo anterior, la temporalidad de cambio percibido es importante: el 22,5 % indicó que este se da en los últimos dos años; el 30,8 % señala que entre 2 a menos de 5 años atrás; un 22,5 %, de 5 a menos de 10 años atrás. Este dato es de suma relevancia para la discusión, ya que, si comparamos con el dato de patentes comerciales emitidas por el gobierno local entre 2012 y 2017, nos damos cuenta de que, en efecto, se corresponde el crecimiento en el número de patentes.

Los comercios ‘vecinos’

Ahora, las personas residentes fueron consultadas si para la vida en el barrio el crecimiento comercial aporta algo positivo o algo negativo. Sobre lo considerado como positivo están los siguientes criterios: acceso a mayores servicios comerciales con un 30,8 %, mayor seguridad con un 13,3 %, ser el lugar de moda/festivo/alegre con el 6,7 %, desarrollo turístico y nuevos empleos con un 7,5 %, aumento de valor de la propiedad con un 6,7 %, inversión en infraestructura pública con el 5,0 % y solo para los comerciantes con un 2,5 %. Por otro lado, de lo considerado como negativo, los resultados se presentan en la figura 4.

La figura 4 da cuenta de que sin duda los residentes han tenido importantes molestias: en primera instancia, la cantidad de vehículos, seguido del ruido y, tercero, la inseguridad y consumo de drogas; uno de los entrevistados se extiende sobre lo negativo y expone:

No se puede estar todos los días ahí, cambia la población, viene una gente nueva y entonces no puede uno estar todo el día apagando los incendios, corriendo para acá y para allá, pero hay como un grupo de gente de vecinos que pasan en eso, percibiendo o tratando de controlar y no me parece como lo mejor, en todo caso debería haber una patrulla que les diga no se puede fumar aquí, no se puede fumar marihuana o poner rótulos que digan, pero no estar como que persigue y persigue gente, es muy desgastante para la Policía y para todo el sistema, hay desmadre también, hay robos, están desmantelando una casa que está aquí del doctor Guerrero, es una casa muy grande, entonces parece que la abrieron y se están metiendo a dormir ahí, están durmiendo no sé si son indigentes, pero le han estado sacando puertas, ventanas, marcos, celosías, llavines, baños, todo, todo eso sale en el chat de la Policía [sic] (entrevista a residente que lleva 55 años viviendo en Escalante, 21 de noviembre de 2018).


Barrio Escalante: consideraciones negativas sobre la actividad comercial según las personas residentes encuestadas 2018
Figura 4.
Barrio Escalante: consideraciones negativas sobre la actividad comercial según las personas residentes encuestadas 2018


Fuente: elaboración del autor.

“Lo peligroso eran las hojas de palmeras que hay por Santa Teresita”, dice uno de los entrevistados, recordando un momento histórico donde la única problemática vecinal eran las grandes palmeras alrededor de la iglesia; ante este escenario, lo siguiente en la consulta vecinal fue indagar si a pesar del pujante desarrollo comercial prefieren quedarse o marcharse, el resultado es que el 83,3 % de las personas prefieren quedarse, un 11,7 % dijo marcharse y un 5 % no tiene claridad en este momento sobre qué hacer. Posteriormente, se plantea el contexto de que el barrio continúe su cambio de uso y si con esa constante seguirán viviendo en el barrio Escalante; la respuesta fue sí en un 62,5 %, no en un 21,7 % y no saben qué decisión tomar en un 15,8 %.

En términos generales, la percepción de molestias por parte de las personas consultadas al convivir con los usos de bares y restaurantes es: demasiados bares y restaurantes en un 45,8 %, un 27,5 % señaló muchos, el 20,8 %, moderados y el 5 % indicó pocos.

Lo anterior es atrayente y es que la población en su mayoría prefiere permanecer; consideramos la tenencia de vivienda en propiedad y la edad como los factores aún determinantes, pero es importante recalcar que el despoblamiento es sostenido. En este sentido, aporta uno de los entrevistados:

Hay mucho adulto mayor, muchísimo, y esos pasan sufriendo por la bulla porque no pueden dormir y cualquier cosa, yo en el chat les mandé unos tapones para los oídos, creo que algunos usaron la sugerencia porque veo que participan menos, se taparon los oídos, y otros se enojaron, verdad, porque parece más fácil taparse los oídos que estar peleando por la música, porque es que esto va ir creciendo hacia el lado de la bulla de los bares, del escándalo y de la cosa, es muy lamentable también haber tenido como una propiedad, verdad, toda la vida en un lugar y que el lugar se le descochere cuando toda la vida fue todo lo contrario, en ese sentido, verdad, se vaya dañando para vivir [sic] (entrevista a residente que lleva 55 años viviendo en Escalante, 21 de noviembre de 2018).

Nuevamente Levin hace un aporte sugestivo sobre los centros y los fascinantes “nuevos centros”, como lo puede ser en este caso Escalante, y es que va de la mano con la desatención de los núcleos primarios, trasladando funciones y desplazando poblaciones. Yúdice (2008) explica estas trasformaciones urbanas dentro de los ya experimentados proyectos por rehabilitar las ciudades tras la desindustrialización y los desórdenes urbanos de los años sesenta y comienzos de los setenta mediante las políticas culturales en Estados Unidos y en Europa principalmente, pero de los cuales Latinoamérica no se escapa, indicando que estos en buena medida más que políticas culturales son políticas económicas.

Montes Ruiz (2018) contribuye a un marco general de la producción del espacio desde las dimensiones político- económicas, en especial la lógica de los fenómenos estético-culturales para acaparar o consolidar espacios de acumulación y fijación de capital. La autora acude a otros referentes, como David Harvey, Neil Smith y Ruth Glass, para explicar procesos de gentrificación desde proyecciones tanto urbanas como políticas en materia de “ocio cultural, la peatonalización de centros históricos, la inserción de arquitectura icónica de amplio significado, la inserción de poblaciones de mayores ingresos o mediante la mercantilización cultural de ciertas tradiciones festivas, gastronómicas o estilos de vida urbanos” (pp. 4-5).

La organización vecinal

Ahora, un ámbito de interés en la investigación fue la organización vecinal, y se inició preguntando si fueron consultados por parte del gobierno local u otra asociación o entidades sobre el cambio de usos urbanos y las actividades por desarrollar antes de que estas iniciaran, y las respuestas fueron: un 80,8 % dijo no haber sido consultado nunca por el devenir del barrio y un 17,5 % señaló que sí fue consultado, aunque al final las voces no fueron vinculantes y se obtienen comentarios como los siguientes:

  • En su momento formé parte de la Asociación de Vecinos del Barrio, pero decidí retirarme porque consideré que defendían más a los dueños de los comercios que a los vecinos y no me pareció justo (encuesta propia, 2018).

  • Se hicieron reuniones con la Municipalidad de proyectos que se iban a hacer, pero para ser informados, se han hecho otras cosas (encuesta propia, 2018).

  • La Asociación de Vecinos desperdicia mucho el tiempo en asuntos poco importantes, y nunca se concreta nada trascendental, hay mucho conflicto de intereses y velan por los intereses particulares, al igual que la Municipalidad (encuesta propia, 2018).

  • En su momento se habló de qué era lo que se pensaba hacer con el barrio, pero hicieron otra cosa, fue un engaño (encuesta propia, 2018).

Otra cuestión sin duda relevante es la capacidad organizativa de un barrio para decidir e incidir sobre quienes toman decisiones; a los vecinos se les consultó si conocen alguna organización de vecinos: un 74,2 % expresó que sí y el 24,2% que no. Al preguntar si pueden identificar la organización (nombre, lugar de reunión, fines, otros), se disminuye a un 48,3 % las personas que sí y un 43,3 % no reconoce el grupo vecinal.

Principalmente se identificó a la Asociación de Vecinos Barrio Escalante; durante la investigación se corrobora la existencia de esta Asociación, ya que se participó de reuniones con esta entidad, donde se sumaban además grupos de vecinos y fuerza pública. Por otro lado, se menciona con poca frecuencia una agrupación de restauranteros y grupos de redes de sociales (red de vecinos mediante WhatsApp).

En este sentido, se apunta en una de las entrevistas: “La comunidad era más unida, ahora, yo saludo a mis vecinos, pero no he ido a tomar café a sus casas nunca”. Sobre el mismo eje se indagó si los vecinos pueden dar una calificación a la agrupación vecinal identificada y los resultados son: un 52,5 % respondió no tener criterio para evaluar; un 12,5 %, que hacen muy buena gestión; un 18,3 % indicó buena; un 8,3%, regular; un 3,3 %, mala; y el 5%, muy mala (entrevista a residente y administrador de un hotel en el barrio Escalante, 27 de noviembre de 2018).

De la misma consulta, las y los vecinos no pudieron identificar una segunda organización de vecinos en un 81,7 %. Además, manifiestan en un 80 % que nunca han participado ni participarán de una asociación de vecinos. Esta identificación de los otros, pero sin interactuar y organizarse, someramente se puede llamar vecinos distantes, por lo que en este caso no fue identificable una base sólida que pretenda la contención del uso barrial y, por el contrario, brotan las propuestas de intervenciones urbanizadoras.

El futuro del barrio

Por último, en la investigación queríamos saber por parte de las personas residentes su opinión sobre el futuro del barrio Escalante, y la proyección apunta a que no hay vuelta atrás a lo que fue en algún momento su barrio y se obtienen comentarios como:

Desaparecerá, yo creo que ya es una realidad porque no creo que los cuatro gatos que quedamos sean pocos los que van a permanecer ahí [sic] (entrevista a residente que lleva 55 años viviendo en Escalante, 28 de noviembre de 2018).

Que sea un pueblo fantasma de noche, que las casas ya sean todas locales, excepto los edificios de departamentos [sic] (entrevista a residente que lleva 55 años viviendo en Escalante, 28 de noviembre de 2018).

Hay un arraigo de las personas encuestadas y entrevistadas hacia el barrio, desde las entrevistas se da por sentado que las historias narradas fueron propias de ese momento y que Escalante y San José en general ya han cambiado, hay un panorama negativo en términos de relación entre vecinos, y entre vecinos y el uso comercial, sobre todo porque hay una indefensión sobre cómo impedir que la lógica avance, una especie también de “desplazamiento psicológico”,13 como le llama Janoschka (2016, p. 42).

Conclusiones

Los datos apuntan sobre la ciudad de San José a la pérdida de población, a pesar de la puesta en marcha de planes de repoblamiento y renovación de San José desde el año 2004, herramientas que únicamente facilitaron el desarrollo inmobiliario, que no necesariamente se traduce en repoblar la ciudad, y las problemáticas de la ciudad horizontal siguen vigentes.

En este marco y lo conocido en Escalante, nos devuelve a la vieja disputa entre Jacobs contra Moses sobre desde dónde se debe planificar la ciudad, y en este caso parece que sigue firme la postura modernista que omite las voces de quienes la ocupan.

La transformación del barrio ha sido recibida de diversas formas por parte de quienes viven en el lugar: para algunos, les es atractivo la presencia de luces, bares, restaurantes y las gentes que visitan; a otros les agrada el cambio porque ven un aumento del valor de su propiedad o alguna inversión pública mediante iluminación, arborización o vigilancia. Lo cierto es que la generalidad de las y los vecinos consultados apunta a prácticas que dificultan el residir actualmente en el barrio, la presencia en corto plazo de bares y restaurantes, y el consecuente ruido, concentración de personas y cantidad de vehículos.

Una consecuencia grave es la pérdida de población del centro urbano y de las calidades barriales, como se externó por parte de los y las entrevistados, que además consideran que son demasiados los bares/ restaurantes sobre un barrio. La metodología aplicada fue eficaz para conocer la posición de los vecinos sobre su barrio y los otros actores intrínsecos en la ciudad.

Las razones para la concreción del escenario actual son muchas, se pudo dilucidar que los vecinos en su mayoría nunca fueron consultados sobre los planes turísticos y gastronómicos previstos para el barrio, que no existe una organización vecinal participativa y que la decisión de sitio gastronómico fue respaldada incluso desde el gobierno local.

Lo señalado no es nuevo, es un fenómeno propio de muchas ciudades, como se mostró en los antecedentes, que parece favorecer las actividades más productivas en los centros de la ciudad, siempre en disputa. En gran medida este panorama confunde sobre todo con los discursos de repoblamiento, densificación, inclusión y sobre lo que debe ser la ciudad y territorio por parte de las autoridades locales.

En ese mismo sentido, Mike Davis (2014) ha señalado sobre las políticas e instituciones relacionadas con la vivienda y la ciudad en los países del sur global que la sola idea de un Estado intervencionista fuertemente comprometido con la vivienda social y la creación de empleo parece una alucinación. Es importante entonces retomar los aportes de Levin sobre el quehacer fundamental de los gobiernos locales, en tanto la necesidad de asignar razonada y técnicamente roles y posiciones de cada pieza del conjunto urbano, y que será la única forma de obtener algún equilibrio urbano.

Solución, pues la posibilidad es única, y es precisamente sobre la observación de Davis, este u otros fenómenos se dan en el mundo y en las ciudades latinoamericanas porque las ciudades son modos de producción donde las políticas públicas no intervienen. Para afrontar la gentrificación y fenómenos encadenados, que en el caso costarricense podemos mencionar la ciudad horizontal y poco densa, que principalmente tiene consecuencias de movilidad urbana y acceso a vivienda, es necesario un cambio paradigmático hacia un enfoque ecosistémico de cómo entender el territorio, la ciudad, el bien público y los derechos.

Referencias

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Casgrain, A., & Janoschka, M. (2013). Gentrificación y resistencia en las ciudades latinoamericanas: el ejemplo de Santiago de Chile. Andamios, 10 (22), 19-44. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-00632013000200003&lng=es&tlng=es

Davis, M. (2014). Planeta de ciudades miseria. Ediciones Akal.

Janoschka, M. (2016). Gentrificación, desplazamiento, desposesión: procesos urbanos claves en América Latina. Revista INVI, 31(88), 27-71. https://doi.org/10.4067/S0718-83582016000300002

Janoschka, M., Sequera, J., & Salinas, L. (2014). Gentrificación en España y América Latina: un diálogo crítico. Revista de Geografía Norte Grande, (58), 7-40. https://doi.org/10.4067/S0718-34022014000200002

Levin, M. (2018). Gestión y control de la urbanización. Áreas centrales y nuevas centralidades. Red Urban, IV(4). http://redurban.uanl.mx/pdf/num4/ARticulo%206%20-%20Red%20uR-bAn%20octubRe%202018.pdf

Manzo, L. (2013). Gentrificación de sensibilidades. Política y estética en un barrio en transformación de la ciudad de Nueva York. Revista del Área de Estudios Urbanos, (3). https://publi-caciones.sociales.uba.ar/index.php/quid16/article/view/1131/1019

Mercado Celis, A. (2016). Distritos creativos en la Ciudad de México en la segunda década del siglo xxi. Territorios, (34), 183-213. https://doi.org/10.12804/territ34.2016.08

Montes Ruiz, A. (2018). Ciudad neoliberal y políticas de la imagen. Academia xxii, 9 (17 ) , 4 -18 . https://doi.org/10.22201/fa.2007252Xp.2018.17.64876

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Vargas Vargas, B., & Madrigal Telllini, C. (2018). Del barrio al paseo gastronómico: el contexto del proceso de transformación de barrio Escalante. Nuevos usos, prácticas y sus consecuencias. Quivera. Revista de Estudios Territoriales, 20 (2), 15-35. https://quivera.uaemex.mx/article/view/11240

Verduzco, B., & Valenzuela, B. (2018). Los distritos urbanos gastronómico- turísticos: conflictos y problemas de gestión pública. EURE - Revista de Estudios Urbano Regionales, 44 (132).

Yúdice, G. (2008). Modelos de desarrollo cultural urbano: ¿gentrificación o urbanismo social? Alteridades, 18 (36), 47-61. https://www.redalyc.org/ar-ticulo.oa?id=74716004005

Notas

1 Agradezco a Nora González Chacón y a Carlos Madrigal Tellini por el apoyo en esta investigación.

2 En el levantamiento realizado en esta investigación durante el año 2017 se contabilizaron 70 bares- restaurantes, actualmente hay un aproximado de 100 bares-restaurantes, más otros usos.

3 Según el Reglamento de Desarrollo Urbano del Cantón de San José vigente desde 2014.

4 De los casos estudiados como antecedentes, hay uno bastante similar en la zona llamada ‘4 Grados Norte’ en la Ciudad Guatemala.

5 El mapa s e elaboró mediante el Sistema de Información Geográfica QGIS sobre imagen satelital de alta resolución.

6 Es importante destacar que el proceso de aplicación de encuestas fue realizado por estudiantes de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica, quienes fueron capacitados por Agenda Joven y el Centro Universitario de San José, cumplen así horas de trabajo y obtienen a su vez una formación práctica en investigación.

7 Sobre este punto hay una acotación importante por parte de uno de los vecinos entrevistados y es que las casas al quedar deshabitadas por un tiempo indeterminado han sido saqueadas y desmanteladas.

8 Tomados del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC).

9 Actualmente los mejores índices de desarrollo social se mantienen en el centro de la ciudad, San José se posiciona en el número 2 en el Índice de Competitividad Cantonal, aunque no de forma homogénea, como lo muestra el Índice Desarrollo Humano Cantonal (2013), donde se ubica en el puesto 52. El Carmen, en particular, está de número 2 en el Índice Desarrollo Social Distrital (http://www.tse.go.cr/pdf/ficheros/municipal2016.pdf).

10 Son principalmente residenciales, por lo general con un uso comercial en el primer piso. Cada edificación posee sus propias amenidades, como piscina, gimnasio, cine y otros.

11 Muestra no probabilística, se aplicó un total de 120 encuestas.

12 En este sentido, hay un hallazgo y es que las personas consultadas principalmente son adultos y adultos mayores, pero las nuevas actividades parecen tener una exitosa convocatoria sobre la población más joven.

13 Según el autor, el desplazamiento psicológico consiste en “una dimensión ubicada a nivel individual que problematiza los efectos que el desplazamiento tiene en la constitución psicológica de las personas. Se relaciona íntimamente con las múltiples violencias simbólicas que afectan la vida diaria. Implica la dislocación y el aislamiento social que tienen lugar en un barrio desde antes del desplazamiento material, y que se producen a causa de los cambios materiales”.

Notas de autor

* Investigador del Centro Agenda Joven en Derechos y Ciudadanía de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica. Correo electrónico: bvargas@uned.ac.cr. Orcid: http://orcid.org/0000-0002-1324-4421

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