Territorios
ISSN:0123-8418 | eISSN:2215-7484

La tecnología como ideología en contextos de socio-segregación. Ciudades-barrio (Córdoba 2011-2014).María Eugenia Boito & Emilio Seveso Zanin. 2015, Puño y Letra, Rosario, Argentina, 291 pp.

Juliana Huergo

La tecnología como ideología en contextos de socio-segregación. Ciudades-barrio (Córdoba 2011-2014).María Eugenia Boito & Emilio Seveso Zanin. 2015, Puño y Letra, Rosario, Argentina, 291 pp.

Territorios, núm. 36, 2017

Universidad del Rosario

Juliana Huergo

Centro de Investigaciones y Estudio sobre Cultura y Sociedad (CIECS/CONICET-UNC), Argentina




Los autores de este libro desde el diseño de su tapa, bajo la inspiración del sociólogo materialista Benjamin, nos invitan a pensar en imágenes. Esta premisa, que presenta un lugar central en la estrategia metodológica seleccionada, se direcciona a identificar determinadas imágenes que exponen estados de lo conflictual en relación al lugar nodal que ocupan las nuevas y viejas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la (re)modelización de la estructuración del sentir/de la experiencia (sensu Williams).

Los datos que presentan resultan del análisis de una encuesta realizada en abril del 2013 en los diez “barrios-ciudad” situados en Córdoba Capital, Argentina. Para ello aplicaron un instrumento administrado por encuestadores distribuido por cuotas de sexo y edad a una muestra aleatoria y representativa de 353 casos. Los mencionados complejos habitacionales fueron creados por el gobierno provincial en el marco del programa de hábitat social “Mi Casa, Mi Vida” (2003-2008) mediante un financiamiento otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en respuesta a la emergencia hídrica producto de las inundaciones y desbordes del río Suquía. Como corolario de esta iniciativa se relocalizaron villas y asentamientos hacia los márgenes de la cartografía cordobesa y, paradójicamente, los lugares en emergencia hídrica fueron cicatrizados o recuperados de la mano de desarrollistas e inversores inmobiliarios.

Allí queda condensada una clara postal geopolítica que denota la existencia de una causalidad espacial de los conflictos inherentes a las formas de habitar la ciudad para unos y otros, configurada a partir de un inter-juego entre las políticas públicas y las acciones privadas en tanto principales fuerzas constructoras de la imagen de la Córdoba ideal. De este modo, ciertos paisajes urbanos se disponen para la circulación, el consumo y el disfrute de algunos (como monumentos, parques, centros comerciales), mientras que, subrepticiamente, se obtura el carácter social del hábitat, del empleo y de las posibilidades de desplazamiento de otros (Espoz, Michelazzo & Sorribas, 2010). Por lo tanto, el “barrio-ciudad” se constituye como un espacio de libertad y constricción para las circulaciones de sus pobladores cuya contracara es el centro de la ciudad que se define bajo descriptores polarizados: “deseable” y “lejano”. El grosor de los muros barriales inmoviliza los intentos de salida y las políticas de seguridad del Estado cordobés devuelven a su “debido-lugar” (Ibáñez & Seveso, 2010).

Tal como Boito (2012) refiere en otro de sus trabajos, pensar en imágenes necesita un enmarque totalizador. De esta manera, las imágenes conflictuales que se condensan en cada sección de este libro: “vivencias de los pobladores en la condición de habitar «La Ciudad»”, “uso y ubicación de las viejas/nuevas tecnologías en el hogar”, “viejas tecnologías de comunicación/información: algunos rasgos y dinámicas en las modalidades de apropiación, uso y sentir”, “nuevas tecnologías de comunicación/ información: algunos rasgos y dinámicas en las modalidades de apropiación, uso y sentir”, no son fragmentos inconexos sino partes que hacen y, a su vez, se leen desde dicho enmarque. En ese sentido, Boito y Seveso destinan un espacio para explicitar la construcción de su punto de vista. En términos teóricos-epistemológicos y políticos se posicionan en el campo de los estudios críticos de la ideología. A partir de este encuadre establecen una conexión analítica y empírica entre “(…) consumo, experiencia y sensibilidades (…) desde relaciones contextuadas, dadas ciertas condiciones espaciales de proximidad/distancia y posibilidades de encuentro/desencuentro interaccional, organizadas como parte de la situación de socio-segregación vivenciada en el escenario del capitalismo contemporáneo” (2015, p.19).

Una de las primeras cuestiones que abre la trama argumental es que la ideología no opera desde afuera, sino desde la profundidad de nuestra piel. Este órgano habla del lugar central del cuerpo en el proceso de construcción de lo ideológico, en otras palabras, en la operatoria conflictual que organiza la soportabilidad/deseabilidad social que regula la experiencia (Boito, 2012). En lo que respecta a la caracterización de la conformación de los “barriosciudad”, recurren a los aportes de Sennet para comprender cómo las transformaciones de las “piedras” de la urbe modifican las relaciones entre las “carnes” (cuerpos) que la habitan y, a su vez, constriñen sus posibilidades de acción/inter-acción/circulación. Por consiguiente, señalan la conjugación simultánea de dos fuerzas opuestas: la separación/segregación clasista (Urbanismo Estratégico) que en su envés es interpelada de manera transclasista a través a la figura de consumidor; o de la fantasmagoría (sensu Marx)/Ensueño Espectacular (sensu Debord) que exuda la mercancía. Para realizar ciertas precisiones dentro de esa perspectiva recurren a Marx, “(…) las prácticas de consumo no deben ser entendidas como un ‘afuera’ del sujeto, sino en tanto materiales de su producción como yo/imagen, realizan las vivencias de ‘quiénes somos’” (2015, p. 260). Complementariamente, sostienen que la noción de plusvalía ideológica de Silva colabora con el entendimiento de la puesta en acto de formas específicas que organizan la soportabilidad social en entornos de clase y círculos de encierro como son los “barrios ciudad”.

De manera sintética aquí, pero no así en el pormenorizado despliegue analítico del libro, se expresa el lugar central de las nuevas TIC (NTIC) en la generación de estados del sentir mercantilizados y mediatizados en el espacio-tiempo contemporáneo. La figura de consumidor se metamorfosea más allá de la mera compra-venta de mercancías hacia el “(…) ofrecimiento y entrega de «paquetes tecnológicos» (Debord, [1967] 1995; tesis 152) que ponen «entre manos» las vivencias deseadas/deseables mediante la compra de sensaciones” (p. 20). La pregunta rectora para pensar las imágenes de las TIC en cada sección reside en cómo mercancías están dispuestas para que cierto tipo de sujeto se amolde a ellas según el tipo de sentir/deseo socialmente configurado. Al respecto, el eje que anuda las diferentes secciones consiste en una sen sibilidad de “salvación” para todos aquellos que comulguen con el capitalismo como religión (en términos de Benjamin).

A modo de ejemplificación: el celular aparece descrito como una “(…) prótesis del cuerpo, cuya extensión en las prácticas está asociada a la subjetividad/identidad de la persona que [lo] «elige»”. Se lo lleva puesto, adherido al cuerpo, se lo “tunea” para que hable en primera persona (carcaza, fondo de pantalla, ringtones). Su conexión a internet permite tener “entre manos” o al alcance de la mano la fantasía de movilidad, de navegar sorteando fronteras geopolíticas en entornos de socio-segregación (tanto física como social). Aunque, el horror de lo real (en términos de Žižek) aún inscribe al centro de la ciudad como deseo lejano y a las redes sociales posibles de tramar con una fuerte impronta endógena. Por lo tanto, el sujeto no ha sido liberado de los límites de su materialidad pero, NTIC mediante, se ha replegado hacia adentro de sí mismo.

La (re)modelación de la experiencia de consumo de NTIC interpela al cuerpo entendido como unidad o constelación sensorial. La sensibilidad como objeto de estudio esquivo es abordada por los autores en toda su complejidad analítica, constituyendo este trabajo una obra sólida desde todas las aristas en que pueda valorárselo. De acuerdo a Le Bretón (2009) “venir al mundo es adquirir un estilo de visión, de tacto, de oído, de gusto, de olfacción propio de la comunidad de pertenencia [en el escenario capitalista contemporáneo]”. Las NTIC, en analogía con los condimentos que dotan de tentadores perfumes a las cocinas populares, forman parte del “darse un gustito” porque el sin-sabor de los en-tornos de encierro aburre en términos corporales (“me duermo”) como sensoriales (“bronca”, “angustia”, “miedo”). A nivel auditivo, el escuchar música transporta a otros tiempos, lugares y cambia el ánimo (“me saca del ambiente que estoy”). La vista e indirectamente el olfato mediante la navegación digital transforman los modos de habitar el tiempo/espacio. Alejan a los sujetos de aquellos lugares feos que “hieden”, donde el olor se pega a los cuerpos y los marca negativamente, acercándolos a lugares “lindos” relacionados con la contemplación de mercancías, la naturaleza, la seguridad y el orden. Y, para finalizar o para comenzar, la primera conexión con el mundo en la experiencia contemporánea suele ser tocar/agarrar el celular.

Referencias

Boito, M. E. (2013), Ideología y prácticas sociales en conflicto. Una introducción. Córdoba: Dirección de Publicaciones UNC.

Espoz, M.B., Michelazzo C & Sorribas P. (2010). Narrativas en conflicto sobre una ciudad socio-segregada. Una descripción de las mediaciones que las visibilizan. En Scribano A y Boito M. E. (Comp.), El purgatorio que no fue (pp. 83-105). Buenos Aires: CICCUS.

Ibáñez I. & Seveso Zanin E (2010). Políticas de encierro y regulación de las sensaciones. Un abordaje desde la vivencia de los pobladores de Ciudad de mis Sueños. En Scribano A y Boito M. E. (Comp.), El purgatorio que no fue (pp. 133-154). Buenos Aires: CICCUS.

Le Breton, D. (2006), El sabor del mundo. Una antropología de los sentidos. Buenos Aires: Nueva Visión.

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