Territorios
ISSN:0123-8418 | eISSN:2215-7484

Relaciones espaciales en la dispersión poblacional y estructura territorial. Valle Sondondo, Ayacucho, Perú

Spatial Relations in Population Dispersion and Territorial Structure. Sondondo Valley, Ayacucho, Peru

Relações espaciais na dispersão populacional e estrutura territorial. Vale de Sondondo, Ayacucho, Peru

Marta Vilela M.

Relaciones espaciales en la dispersión poblacional y estructura territorial. Valle Sondondo, Ayacucho, Perú

Territorios, núm. 48, 2023

Universidad del Rosario

Marta Vilela M.

Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú


Recibido: 21 agosto 2022

Aceptado: 25 octubre 2022

Información adicional

Para citar: este artículo Vilela, M. (2023). Relaciones espaciales en la dispersión poblacional y estructura territorial. Valle Sondondo, Ayacucho, Perú. Territorios, (48), 1-34. https://doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/territorios/a.12230

Resumen: La ocupación poblacional dispersa está respaldada por una estructura territorial y se explica a partir de relaciones en un espacio vertical, en contextos de ciudades menores próximas a recursos rurales, como en el Valle Sondondo, Ayacucho. Se estudian (i) las características demográficas de la ocupación dispersa en sus relaciones espaciales con redes de la estructura territorial y (ii) los tipos de desplazamientos en sus relaciones espaciales y escalares; ambas posibilitan dinámicas socioeconómicas, culturales y de gestión de superficies extensas. Esta investigación exploratoria aproxima una metodología que valore las relaciones espaciales en las formas de ocupación poblacional dispersa y la comprensión de su complejidad del espacio vertical, como alternativa a la planificación estandarizada en ciudades menores, que fragmenta el soporte que todavía hace posible esta dispersión poblacional. Se identifica que la población es dispersa con formas de agrupación espacial y de articulación territorial que ponderan un sentido de eficiencia.

Palabras clave: Enfoque relacional, ocupación poblacional dispersa, articulación escalar, redes espaciales, relaciones espaciales.

Abstract: The dispersed population occupation is supported by a territorial structure and is explained by relationships in a vertical space, in contexts of minor cities close to rural resources, as in Sondondo valley, Ayacucho. We study (i) the demographic characteristics of dispersed occupation in its spatial relationships with networks of territorial structure, and (ii) the types of displacements in their spatial and scalar relationships; both enable socioeconomic, cultural and management dynamics of extensive areas. This exploratory research seeks to approximate a methodology that values the spatial relationships in the forms of dispersed population occupation and the understanding of its vertical space complexity, as an alternative to standardized planning in smaller cities, which fragments the support that still makes this population dispersion possible. It is identified that the population is dispersed with forms of spatial grouping and territorial articulation pondering a sense of efficiency

Keywords: Relational approach, dispersed population occupation, scalar articulation, spatial networks, spatial relationships.

Resumo: A ocupação populacional dispersa é sustentada por uma estrutura territorial e explica-se a partir de relações em um espaço vertical, no contexto de cidades menores próximas aos recursos rurais, como no vale do Sondondo, Ayacucho. Estudamos: (i) as características demográficas da ocupação dispersa em suas relações espaciais com as redes da estrutura territorial; e (ii) os tipos de deslocamento em suas relações espaciais e escalares; ambos possibilitam dinâmicas socioeconômicas, culturais e de gestão de grandes áreas. Esta pesquisa exploratória aborda uma metodologia que avalia as relações espaciais nas formas de ocupação populacional dispersa e a compreensão de sua complexidade de espaço vertical, como alternativa ao planejamento padronizado em cidades menores, que fragmenta o suporte que ainda possibilita essa dispersão populacional. Identifica-se que a população está dispersa com formas de agrupamento espacial e articulação territorial que ponderam um senso de eficiência.

Palavras-chave: Abordagem relacional, ocupação populacional dispersa, articulação escalar, redes espaciais, relações espaciais.

Introducción

La población dispersa presenta una ocupación territorial de muy baja densidad, referida a centros poblados menores con fuerte relación con sus entornos rurales, como en el Valle Sondondo, región Ayacucho, en el sur andino del Perú. La particular ocupación dispersa en un territorio de empinadas pendientes, además de otras características geográficas, hace pertinente la construcción de andenerías 1 ancestrales, que ocupan varios kilómetros, con importantes diferencias de altitud y temperatura que propician la diversidad productiva agrícola y ganadera (figura 1). Actualmente, el valle Sondondo es patrimonio cultural peruano (Ministerio de Cultura, 2017) y sus pendientes incluyen andenes, terrazas, parcelas, caminos, cochas, árboles, entre otros. De esta manera, se constituye un paisaje de relaciones espaciales y capas históricas coherente con el enfoque territorial, que enfatiza la condición relacional e integral (Magnaghi, 2014; Beuf, 2017).

Valle Sondondo, Ayacucho
Figura 1.
Valle Sondondo, Ayacucho


Fuente: fotos de la autora, 2018.

Según Montoya, esta geografía es entendida como un espacio vertical por la población, que gestiona pisos ecológicos desplazándose en pendientes diversas y acentuadas. En dicho espacio, se desarrollan actividades agrícolas y pecuarias que se articulan a la red hídrica y a la de caminos. La ocupación de este espacio vertical se remonta a épocas prehispánicas y ha logrado adaptarse y resistir en la Colonia y la República, valorando la cultura del cuidado y manteniendo saberes locales (Escola da Cidade, 2015). Lo que explica un hábitat de baja densidad poblacional. Esta dispersión, de baja densidad y muy lento crecimiento poblacional, se apoya en las redes de su estructura territorial gracias a sus propias relaciones espaciales, que le permiten la gestión de grandes superficies, como el ámbito distrital.

Tabla 1.
Número de centros poblados según tamaño poblacional y población censada
Número de centros poblados según tamaño poblacional y población censada

Notas* Según el censo, la categoría de población dispersa corresponde al rango de 1 a 150 hab. ** Según el censo 2017, la población total es de 31 237 400 hab. y la población censada es de 29 399 199.


En el Perú, la dispersión poblacional corresponde al 27,82% de la población, que se ubica en centros poblados y asentamientos de menos de 5 000 habitantes (tabla 1). Del censo 2007 al 2017, de un total de 1 874 distritos, 1 240 decrecieron en población ( inei, 2017). Debido a la migración interna, 2 con una dinámica importante en la ocupación territorial, este decrecimiento sustantivo de la población se mantiene en regiones andinas como Ayacucho (figura 2), con altos porcentajes de población rural. Se estima que, en el Perú, la densidad menor de 5 hab./km2 ocupa el 65,02% de la superficie y, en particular, el 37% de las regiones naturales: 3 Yunga, Quechua, Suni, Puna y Janca (figura 2).

Densidad poblacional a nivel distrital
Figura 2.
Densidad poblacional a nivel distrital


Fuente:inei (2017).

La región Ayacucho se diferencia por el tamaño de su población rural y su estructura etaria. Mientras que, en el país, el 61,7 % de la población tiene de 15 a 59 años (periodo de bono demográfico), en Ayacucho el porcentaje es del 54 %. Además, la población joven se concentra en sus ciudades más grandes, como Huamanga (capital regional) con el 40,55% del total de su región. La migración de los jóvenes tiene como destino ciudades de mayor tamaño con oportunidades de educación, trabajo y servicios más especializados. En cuanto a la tasa de fecundidad, entre 1970 y 2007, esta pasó de 4,8 a 1,9 hijos en el país, y de 6,6 a 3,5 hijos en Ayacucho (Li Suárez, 2009). En lo que respecta al tamaño poblacional, la región Ayacucho alberga al 2,1% de la población nacional (tabla 2). Otra diferencia importante es la permanente desigualdad territorial4 en diversas provincias de la región (ipe, 2021).

El valle Sondondo pertenece a la provincia5 de Lucanas. Esta concentra el 9,82% de la población regional, tiene un 66,10% de población rural y su capital, Puquio, tiene el 20,30% de la población de la provincia. La dispersión poblacional es evidente: la densidad en Lucanas es de 4,76 hab./km2 (tabla 3). Los distritos que conforman el valle Sondondo son Aucará, Cabana, Carmen Salcedo, Chipao y Santa Ana de Huaycahuacho, y suman 10 483 habitantes (inei, 2017).

Tabla 2.
Distribución porcentual de población por área de residencia, según censos
Distribución porcentual de población por área de residencia, según censos


Fuente: inei (2017).

Desde un enfoque territorial, cabe cuestionar cómo se identifican y valoran las relaciones espaciales entre la población dispersa y su estructura territorial. Por ello, se analizan (i) las características demográficas de la ocupación dispersa en sus relaciones espaciales con redes de la estructura territorial y (ii) los tipos de desplazamientos en la relación de escalas, considerando que ambos posibilitan dinámicas socioeconómicas, culturales y de gestión de grandes superficies. La estructura territorial comprende la articulación de escalas en el habitar y la organización espacial de redes territoriales que garantizan las actividades socioeconómicas. Esta mirada integral de la ocupación territorial (Magnaghi, 2014; Schejtman, 2013; Beuf, 2017) requiere observar las relaciones espaciales entre diferentes componentes territoriales. Cabe resaltar que la observación, la escucha de relatos y perspectivas de los actores locales, así como las entrevistas y mesas de trabajo, fueron parte sustancial de la información cualitativa, con un acercamiento más antropológico y espacial para esta investigación exploratoria. Estas actividades se realizaron en el marco de la Maestría en Arquitectura, Urbanismo y Desarrollo Territorial Sostenible (auts – Pontificia Universidad Católica del Perú), en los Talleres Intensivos 1 y 2 efectuados en el valle Sondondo en 2018, 2019 y 2020 (aud603, 2018; aud608, 2018).

El objetivo es aproximar una metodología relacional, que oriente una mirada integral de intervención de planes y proyectos con anclaje territorial para la ocupación poblacional dispersa. Repensando el territorio colectivamente para su territorialización (Magnaghi, 2014) que valore lo tradicional y lo acumulado, y que desde una posición contemporánea reconozca alternativas propias al lugar.

La dispersión poblacional en el espacio vertical (marco teórico)

La dispersión poblacional6 vinculada a la producción primaria es también una concentración de relaciones de diversas actividades económicas locales. Estas relaciones aprovechan los recursos más próximos en diferentes pisos ecológicos, con eficiencia y sentido práctico, lo que es natural en el medio rural. Fort et al. (2015) identifican que la ruralidad está definida por las sociedades y economías rurales con factores de producción localizados, y que su poblamiento es discontinuo, de baja densidad y relativa dispersión (p. 12).

La relación socioeconómica en el sistema de pisos ecológicos en los Andes es identificada, desde estudios antropológicos y geográficos (Murra, 2002; Golte, 1987; Pulgar Vidal, 1987), más como una necesidad que como una consecuencia, aprovechando la proximidad de la diversidad de recursos en pendientes elevadas, donde los desplazamientos son el soporte de la relación socioeconómica mencionada. Como precisa Montoya (Escola da Cidade, 2015), el espacio vertical de elevadas pendientes es también un espacio de distancias de tiempos cortos y largos. El andino domina el espacio vertical en relación innata con la pendiente, que está llena de significados socioeconómicos y simbólicos, y diferencia lo que sucede “hacia arriba” de lo que sucede “hacia abajo”; comprende que la agricultura es “hacia abajo” en climas más templados y cálidos, y lo pecuario es “hacia arriba” en la puna, en climas más secos y fríos (Escola da Cidade, 2015). Otros estudios arqueológicos evidencian que se trata de “un espacio multiétnico, cohabitado, visitado y/o liderado por grupos sociales de distinto origen, presentes en este ambiente productivo bajo distintos mecanismos de complementariedad o de interacción” (Santoro et al., 2010 p. 325). Un espacio donde coexistieron diferentes formas de relación vertical, incluso una verticalidad escalonada, con espacios multiétnicos y de migración temporal o permanente para labores productivas; con múltiples estrategias y arreglos político-económicos, que no estuvieron libres de conflictos y arreglos para compartir recursos o acuerdos de intercambio en la verticalidad (Golte, 1987; Santoro et al., 2010); y mecanismos de interacción entre grupos por complementariedad, colaboración e intercambios, que llegaron a establecer una red social que permite a “las comunidades expansivas tener acceso y control de una variedad de recursos, consiguiendo así una autarquía económica” (Santoro et al., 2010, pp. 328-329). Estos hallazgos precisan que no existía un modelo, sino una adaptación y acomodación a los requerimientos geográficos y sociales de un sistema vertical de ocupación del territorio, más centralizado en grupos y redes de parentesco independientes, donde las condiciones geográficas y ecológicas determinan, y donde las agrupaciones espaciales difieren, así como las necesidades de desplazamiento.

La dispersión poblacional requiere de la conectividad para los desplazamientos. Por ello es relevante la construcción de caminos rurales que permitan una mejor conectividad y, con ello, la disminución de la contracción espacio-temporal en el desplazamiento, para un mejor desarrollo rural; sin embargo, esto no está suficientemente estudiado (Escobal et al., 2005; Aramburú & Mendoza, 2015; Ampuero, 2021). Los programas públicos necesitan ser integrales, flexibles y continuos. El programa Ventana de Desarrollo Local de construcción y mantenimiento vial incorpora actividades productivas agrícolas y pecuarias, pero, en su aplicación, necesitó ajustes y de un Estado más ágil en promover una economía agropecuaria con mejor tecnología y financiamiento adecuado (Torres Trujillo, 2017; Escobal et al., 2005). Y para 1994 se focaliza la inversión en infraestructura vial, “el progreso más espectacular a nivel nacional fue el asfaltado de carreteras (…)” (Mesclier, 2004 p. 187), que llegó para 1998, a 10 189 km asfaltados y 5 000 km afirmados, de un total existente de 78 000 km de carreteras y trochas (Mesclier, 2004). Sin embargo, persiste la baja productividad, enunciada por Golte (1987). Shimitzu et al. (2003) precisan que, hasta la década del 2000, la economía local no se recuperaba del terrorismo, y Webb (2013) señala que ello se debe a la falta de conectividad para el acceso a mercados y servicios públicos. Aunque la productividad agrícola campesina ha aumentado en un siglo, es muy lenta debido a “barreras geográficas”. A pesar de una reducción de las distancias y una mejora en la conectividad, existe un atraso en la infraestructura de transporte y comunicaciones, inseguridad política y baja prioridad política para el sector, aunque la población andina ha diversificado su estructura de ingresos en los últimos 25 años (Webb, 2013). Hacia el 2000, por mejora en la infraestructura vial, el tiempo de viaje vehicular disminuye considerablemente entre la capital de la región y la capital de la provincia (Webb, 2013), lo que genera una contracción espacio-temporal (Vega Centeno & Vilela, 2019).

Los cambios demográficos recientes se deben al terrorismo,7 que en la década de 1980 generó un despoblamiento, evidenciado en el censo de 1993 (tabla 3). Luego, hacia la década del 2000, se dio un lento retorno de los migrantes, en su mayoría adultos y adultos mayores. Un segundo cambio es la migración de jóvenes por la continua mala calidad de vida en el lugar de origen y falta de mejores oportunidades en educación y trabajo. Para 2017, se evidenciaba ya un decrecimiento poblacional. Y un cambio más reciente se dio por la emergencia sanitaria de covid-19, que obligó a muchos a regresar a su lugar de origen a pie (el servicio de transporte interprovincial fue suspendido); se los denominó “los caminantes”8 (Lázaro, 2021).

Las condiciones de pobreza derivadas de la desigualdad territorial en ámbitos rurales se enfrentan a fragmentos de políticas públicas (Fort et al., 2015) planteadas con lógicas de reducción de brechas sociales. Pero se requiere atender mejor estos espacios para que no se conviertan en serias limitantes, con la pérdida de toda posibilidad de fortalecimiento para el desarrollo territorial rural (Schejtman, 2013). Desde una posición que pondera la cultura del cuidado y que valora la historia del lugar y sus propios referentes (Vilela, 2019), es relevante preguntarse entonces cuáles son los formatos metodológicos que conducen a generar un conocimiento integral de territorios que vienen siendo desterritorializados (Magnaghi, 2014), considerando fortalecer la articulación entre lo más local.

La estructura territorial, como soporte del bienestar común de la comunidad y del desarrollo de actividades económicas, comprende las redes territoriales, como la red hídrica y la de caminos, en su infraestructura física y gestión. En la relación espacial, destacan la articulación de escalas en el habitar y la organización espacial de redes territoriales para el funcionamiento de la ocupación del territorio, que dependen de la conectividad, de servicios de calidad y de continuidad territorial, en diferentes pisos ecológicos (Ampuero, 2021; Vilela, 2021).

Así mismo, cumplen un rol esencial la complementariedad, la reciprocidad y la asociatividad, acciones que permiten la gestión de las redes territoriales en su mantenimiento constante, limpieza, renovación y extensión (Vilela, 2021). Las redes territoriales están vinculadas a saberes ancestrales y datan de épocas prehispánicas. La red de caminos prehispánicos, coloniales, republicanos y contemporáneos está definida por parcelas, topografía y servidumbres para el acceso al tránsito y al cuidado; los caminos siguen una jerarquía y tienen conexiones o atajos. En el caso de los caminos rurales, existe una tipología vinculada a su morfología y dinámica de usos, toma de decisiones y actividades complementarias, lo que permite interacciones complejas (Ampuero, 2021).

Datos y métodos

La identificación de relaciones espaciales en la población dispersa y la estructura territorial es posible mediante el análisis de ocupación poblacional de un espacio vertical, que pone de relieve sus características demográficas y sus condiciones físicas intrínsecas de pendientes elevadas y proximidad a una amplia diversidad de recursos. Para ello, se definieron dos variables: (1) las redes de la estructura territorial, que son soporte de actividades socioeconómicas en concordancia con la densidad poblacional (referida a crecimiento poblacional, estructura etaria y agrupación espacial), y (2) las modalidades temporales de desplazamiento, que articulan diferentes escalas del territorio según decisiones basadas en la factibilidad (la infraestructura existente), la necesidad (las actividades por realizar) y la eficiencia de desplazamiento (proximidad y tiempo de demora).

La información utilizada proviene del sector público y corresponde a información censal del inei; educación y salud de la Región Ayacucho; capacidad de uso mayor del suelo, ecosistemas, del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet); infraestructura vial, del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (mtc); e información del Prodern (programa ejecutado por la cooperación belga y el minam).

Esta información fue sistematizada, y paralelamente valorada con el trabajo de campo en 2018, 2019 y 2022. Mediante recorridos territoriales como estrategias de encuentro, discusión e intercambio desde una experiencia compartida (Declève et al., 2002); entrevistas, mesas de trabajo (figura 3) y registros fotográficos, con autoridades locales y comunales, funcionarios municipales, de educación y salud, comerciantes y miembros de la comunidad. La información cualitativa se organizó en: (a) valoración de los componentes de las redes territoriales ponderando la pendiente y las diferencias altitudinales (auts-2018, 2018; auts-2019, 2019); y (b) continuidad de las redes territoriales (auts-2019, 2019; auts-2020, 2020), que vincula a la población con sus actividades económicas en diferentes escalas territoriales. Esta información fue sustancial para valorar y explicar la relación entre la estructura territorial, las características demográficas y dinámicas de desplazamiento de la población.

Actividades participativas en Sondondo
Figura 3.
Actividades participativas en Sondondo


Fuente: auts-2019 (2019).

La población dispersa en el valle Sondondo (estudio de caso)

La población del valle Sondondo es de 10 483 habitantes, en 5 distritos:9 Aucará, Cabana, Carmen Salcedo, Chipao y Santa Ana de Huaycahuacho, en una superficie de 2 999 km2, con una densidad de 3,5 hab./km2 (inei, 2018). Sus índices de desarrollo humano (idh) (ipe, 2021) varían entre 0,3269 y 0,4625 según el distrito, frente al promedio nacional de 0,5858, y de la región, de 0,4327. La población se localiza en centros poblados menores (capitales de distrito) y asentamientos poblacionales10 de tamaño heterogéneo (tabla 7), y ha estado expuesta a cambios importantes en su estructura poblacional y desigualdad territorial.

El despoblamiento por migración marca la disminución paulatina de la población rural, además del terrorismo, con un decrecimiento para 1993 (tabla 3). Esta persistencia de condiciones de desigualdad, en servicios públicos y oportunidades de trabajo, genera que la población joven (18-30 años) migre a ciudades mayores (tabla 4). El tamaño poblacional decrece, y con él, la fuerza laboral, y surge una estructura etaria con una mayor proporción de adultos mayores (de 60 años a más) y una población joven reducida (tablas 3 y 4). En los últimos 40 años, la densidad poblacional ha fluctuado entre 5,3 y 3,5 hab./km2, lo que hace más difíciles los trabajos en el ámbito rural, más aun sin tecnificación ni recursos adecuados. En 2020, “los caminantes” encontraron un espacio de supervivencia y, según los entrevistados, empezaron a migrar de nuevo a ciudades mayores por trabajo, los estudiantes planean hacerlo para la segunda mitad del 2022, y muchos se están quedando, al encontrar espacios de trabajo, y de estudio para hijos en edad escolar.

Tabla 3.
Crecimiento poblacional en los distritos del Valle Sondondo, 1981, 1993, 2007 y 2017
Crecimiento poblacional en los distritos del Valle Sondondo, 1981, 1993, 2007 y 2017


Fuentes:inei (2017); ipe (2021).

Tabla 4.
Grupos etarios en los distritos del valle Sondondo, según censos 1981, 1993, 2007 y 2017
Grupos etarios en los distritos del valle Sondondo, según censos 1981, 1993, 2007 y 2017


Fuente:inei (2017).

Cabe resaltar que el valle de Sondondo está ahora mejor conectado por mejora de vías, y permite un desplazamiento cotidiano mayor hacia ciudades más grandes como Puquio y en la región Chala, al igual que migraciones. El acceso al valle es por Puquio (capital de la provincia Lucanas), que está muy bien conectada con Nasca (región Chala), a una distancia de 165 km, que desde 2010 se recorren en 3 horas (frente a 3:45 horas anteriormente) gracias a la nueva vía Interoceánica Sur: Nasca-Puquio-Abancay-Cusco. La distancia entre Puquio y Cabana es de 92 km (1:50 horas), trayecto reducido por el mejoramiento de la vía Puquio-CangalloHuamanga en 2010. La distancia a la capital regional, Huamanga, es de 246 km (6:30 horas) por la vía Huanca-Sancos, pero diversos servicios de transporte optan por la vía Sucre, que recorre más centros poblados y es conocida como la “ruta de pueblos” (10:30 horas). Se destaca la diferencia altitudinal de 3 000 m entre Nasca (a 520 m s. n. m.), Puquio (a 3 210 m s. n. m.) y Cabana (a 3 310 m s. n. m.), en un recorrido de 260 km y 5:40 horas (figura 4).

Ubicación del valle y distancias desde Cabana a Puquio, Huamanga y Nasca
Figura 4.
Ubicación del valle y distancias desde Cabana a Puquio, Huamanga y Nasca


Fuente: elaboración propia.

Las redes territoriales como soporte de la dispersión poblacional

La población en el Valle se ubica en tres regiones naturales (tabla 5): un 6,30% del total en Puna, un 9,01% en Suni (15,31% entre ambas) y un 84,69% en Quechua, por tener un clima más templado, y suelos de valor agrológico. Por ello, los andenes se localizan en esta región y requieren de ‘más gente para el trabajo’. Chipao y Aucará, los distritos con mayor número de asentamientos y mayor porcentaje de población en Suni y Puna, comprenden espacios de mayor altitud, como el apu nevado Carhuarazu, en Chipao, y el apu Oscconta, en Aucará, y extensas zonas altas de pastoreo, que requiere de ‘menos gente para el trabajo’.

Es relevante destacar la baja densidad poblacional (3,5 hab./km2), dado que se encargan de 2 999 km2, que es la superficie de los cinco distritos, y, en ella, de 5 730,39 ha de andenerías.

Si bien la población en Puna y Suni es baja, el número de asentamientos es mayor. En Puna, se localizan el 45,05% de los asentamientos del Valle; en Suni, el 25,56%; y en Quechua, el 29,39%. La población, de por sí reducida, se encuentra sumamente dispersa en las regiones Suni y Puna, con un total de 221 asentamientos que reúnen de 1 a 15 viviendas, próximas a actividades pecuarias, concentradas en extensos corrales, de siembra y de cosecha de agua en los denominados bofedales, actividades fundamentales para el Valle (figura 7). En la región Quechua, la población se encuentra concentrada en centros poblados, principalmente capitales de distrito (tabla 5). Existen 12 centros poblados de 150 a 2 000 habitantes que concentran el 83,5% de la población del Valle (tabla 6), y existen 301 asentamientos de 0 a 150 habitantes, con un total de 1 671 habitantes (tabla 7).

Estos asentamientos poblacionales y centros poblados se encuentran en altitudes que van de 2 300 a 4 500 m s. n. m., con 2 000 metros de diferencia altitudinal en distancias de 15 a 20 km que se alternan con pampas (figura 5). Esta dispersión poblacional se explica por la concatenación espacial de actividades orientadas a la producción agropecuaria en un espacio vertical. La actividad agrícola y pecuaria existe mediante el “control vertical y manejo paralelo de una serie de ciclos de producción agropecuaria” (Golte, 1987, p. 14), lo que se establece con diferentes modalidades de interacción social y se fundamenta en una estructura territorial compuesta por redes territoriales.

Tabla 5.
Población según regiones naturales Puna, Suni y Quechua
Población según regiones naturales Puna, Suni y Quechua


Fuente: inei (2017).

Tabla 6.
Centros poblados, mayor de 150 habitantes, Valle Sondondo
Centros poblados, mayor de 150 habitantes, Valle Sondondo

Nota * capitales de distrito


Fuente: inei (2017).

Sección del Valle Sondondo
Figura 5.
Sección del Valle Sondondo


Fuente: auts-2018 (2018).

Tabla 7.
Centros poblados en distritos del Valle Sondondo, 2017
Centros poblados en distritos del Valle Sondondo, 2017

Notas* población que, si bien vive ahí, no estaba en el momento del censo y no fue registrada como población censada en 2017. ** Suma de la población dispersa (de 0 a 150 habitantes por el inei).


Fuente:inei (2018).

La red hídrica se origina desde la Puna, al captar agua en manantes, que regula en bofedales, luego almacena y filtra, y, por último, distribuye mediante una secuencia de canales, cochas (pequeñas lagunas) y compuertas, controlando la pendiente en el recorrido de las regiones Suni (de actividades pecuarias y bosque andino) y Quechua (actividad agrícola en su diversidad de cultivos). La red hídrica consolida un eje vertical en su organización central y un eje horizontal en su distribución en región Quechua. En la conjunción de estos dos ejes se localiza Cabana, en área de pampas y próxima a dos lagos, Huansojocha y Ccollpaccocha. Este encuentro de ejes en la red es útil para la gestión de la distribución del agua. La localización de centros poblados y asentamientos es esencial y se define por la proximidad y/o control del recurso. Esta red es gestionada por juntas de regantes de las comunidades, para el riego de andenes, terrazas y áreas de cultivo en pampa (figuras 6 y 7).

Esquema de la red de infraestructura hídrica, Sondondo
Figura 6.
Esquema de la red de infraestructura hídrica, Sondondo


Fuente: Prodern (2015),identificación de regiones naturales por la autora.

Localización de asentamientos humanos en el Valle Sondondo, y Capacidad de uso mayor de suelo
Figura 7.
Localización de asentamientos humanos en el Valle Sondondo, y Capacidad de uso mayor de suelo


Fuente: elaboración propia basada en Prodern (2015).

Pero esta concatenación de actividades tiene problemas de reducción de manantes debido al cambio climático, la deforestación y pérdida de biodiversidad, el sobrepastoreo, las quemas y el desecamiento de caudal ecológico; de desestabilización de laderas, debido a la degradación y la erosión de sedimentos; y de pérdida de agrodiversidad, estrés hídrico y contaminación química, lo que genera desestabilización de terrazas y andenes y pérdida de fertilidad, así como un incremento de la inseguridad alimentaria (Prodern, 2015). Cabe resaltar lo poco que valoran los programas públicos la relación entre la población dispersa y su estructura territorial, al no ser integrales y focalizarse solo en algún aspecto de productividad agropecuaria (ej. mejora de alguna crianza de animales) o desplazamientos (ej. mejora de asfaltado de vías).

La localización cerca de la producción agrícola y/o pecuaria o de la infraestructura de la red hídrica es práctica y esencial para la vida en el Valle. Ello explica los diferentes tamaños de asentamientos humanos en las regiones Quechua, Suni y Puna. Como la mayor cantidad de andenerías están en la región Quechua, los asentamientos de mayor tamaño poblacional también (figura 7). Los porcentajes más altos de áreas de cultivo en andenería se sitúan en pendientes relativamente favorables para la accesibilidad a pie (en pendientes de 15-25 % y 25-50 %) (tabla 8). En el conjunto de asentamientos en región Quechua, los centros poblados están próximos a las áreas agrícolas y son de fácil accesibilidad.

Igualmente, en las localidades la producción se mantiene: la actividad agrícola mediante huertos familiares y la actividad pecuaria mediante corrales en la periferia o en huertos, lo que se constituye en un ámbito urbano-rural (figura 8). Aunque las manzanas siguen el trazado colonial utilizado por el tránsito vehicular y peatonal, su interior es diferente. Los huertos familiares son activos, con una red de acequias —de continuidad de la red hídrica territorial— y caminos interiores peatonales y cercos, como soporte más local de la seguridad alimentaria. En ello es relevante la incidencia del sol y la densidad arbórea en los huertos, así como la pendiente, para evitar que el riego deteriore construcciones vecinas. Estas condiciones deberían ser parte de parámetros para construcciones futuras, pero la preocupación se centra en vías de concreto y sistemas de agua potable y desagüe convencionales, que destruyen la red de acequias y no reconocen la continuidad de la red ni el ámbito urbano-rural.

Tabla 8.
Distribución de andenes (ha) según rango de pendiente (%)
Distribución de andenes (ha) según rango de pendiente (%)

NotaLos datos de Carmen Salcedo difieren de la percepción de actores locales.


Fuente: Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural (Agro Rural, 2021).

Cabana, huertos familiares y red hídrica de riego
Figura 8.
Cabana, huertos familiares y red hídrica de riego


Fuente: auts-2020 (2020).

En la ocupación dispersa, se identifica (1) la relación espacial con un todo, que es el territorio, con vínculos a diferentes escalas en el Valle. La localización de los asentamientos y centros poblados se realiza donde es posible y útil. Existe una correspondencia con el entorno inmediato, en la que destacan (2) la relación espacial de proximidad de los asentamientos con áreas productivas diversas y la gestión de infraestructura productiva. La complementariedad en la red hídrica muestra (3) la relación espacial de continuidad entre “lo de arriba” y “lo de abajo”, donde la reciprocidad es necesaria. La red hídrica, fundamental para la vida en el Valle y la estructura territorial, se origina en la región Puna y se desarrolla en la distribución de agua en las regiones Suni y Quechua, que garantizan las actividades agrícolas y pecuarias.

Los desplazamientos en diferentes escalas territoriales

La red de caminos de la estructura territorial tiene varios componentes: la infraestructura vial vehicular, con sus tipos y estado de la vía (figura 9), los caminos rurales, predominantemente peatonales y las visuales útiles en los desplazamientos a pie, en el espacio vertical. En esta red existe coherencia en los trazados de caminos rurales peatonales, con prioridad en asegurar la accesibilidad a las actividades cotidianas (Ampuero, 2021). Los desplazamientos hacen posibles las actividades productivas, de intercambio comercial, culturales (simbólicas) y sociales; y estos se modifican y se adecúan a la contracción espacio-temporal del trayecto (Vega Centeno & Vilela, 2019).

Las inversiones públicas tienen prioridad en la vía nacional Nasca-PuquioCusco, por ser un eje económico-turístico y parte de la red vial Interoceánica; y en la vía regional Puquio-Andamarca-CabanaCangallo-Huamanga. Pero no en las vías locales Cabana-Aucará y Cabana-Sondondo, que se realizaron posteriormente, y menos aún en las vías Andamarca-Moyobamba-Chipao, Chipao-Sondondo-Ccecca y Cabana–Santa Ana de Huaycahuacho, que son aún vías afirmadas y requieren mantenimiento constante (figura 9). El acceso vehicular es difícil debido a la infraestructura vial en mal estado, que se deteriora en época de lluvias, y el servicio de transporte público es muy escaso o inexistente. La prioridad no está puesta en la conectividad entre centros poblados y asentamientos menores. A pesar de las limitaciones, el desplazamiento constituye una estrategia para articular los diferentes pisos ecológicos que conforman las tres regiones naturales del Valle. La contracción espacio-temporal se incrementa entre dos capitales de distrito y dos capitales de provincia, al reducir las horas de viaje. En cambio, entre centros poblados menores y asentamientos puede incluso incrementarse debido al estado de las vías (figura 10).

Tipo de superficie y estado de vías, Valle Sondondo
Figura 9.
Tipo de superficie y estado de vías, Valle Sondondo


Fuente: mtc, 2017.

Contracción espacio-temporal, Pendientes (%) e infraestructura vial en el Valle Sondondo
Figura 10.
Contracción espacio-temporal, Pendientes (%) e infraestructura vial en el Valle Sondondo


Fuente:mtc, 2017; Ingemmet, 2019.

En los desplazamientos locales se han identificado cuatro patrones relacionados con la necesidad, el tiempo de desplazamiento y la permanencia en el destino. Estos patrones son los desplazamientos cotidianos (1) cortos, (2) medios, (3) largos y (4) permanentes (migración poblacional).

En el caso de la población en centros poblados y asentamientos en Quechua, los desplazamientos cotidianos están ligados a actividades productivas, como los que se ejercen para el riego, el mantenimiento y el trabajo en chacras,11 y/o a actividades pecuarias, como el traslado de ganado hacia otros pastos próximos en la región Quechua. La población en capitales de distrito tiene desplazamientos cotidianos que se inician a las 4 a. m. y toman de 3 a 4 horas, dependiendo de la faena. Y pueden darse cinco, cuatro, tres, dos e incluso una sola vez por semana, dependiendo de la cantidad de chacras por gestionar. En la mayoría de los casos, el recorrido es de una hora de ida y otra de vuelta (varían entre 30 y 90 minutos). Después, acuden a sus trabajos en la ciudad, sean estos en el sector público (educación, salud, municipal) o en actividades comerciales o de servicio de transporte. Luego del mediodía, se dan otros desplazamientos cotidianos a las chacras o a atender las actividades del ganado (como hacerlo ingresar a los corrales). El regreso ocurre cerca de las 5 p.m. Por lo general, estos desplazamientos se hacen a pie y/o son combinados con desplazamientos vehiculares, en motos de carga, motos lineales u otros vehículos, más aún si regresan con carga. En los recorridos a pie, se utilizan mucho los atajos y los caminos de servidumbre (figura 11) en una verdadera malla de caminos, que conforman una tipología de red de caminos rurales, a partir de vínculos de su morfología y dinámica en los usos, decisiones y actividades complementarias (Ampuero, 2021). Algunas personas no pueden ir, por diferentes motivos, y en esos casos la supervisión de la chacra es encargada a un vecino o familiar. Esta costumbre es habitual cuando se trata de supervisar y tener información para tomar decisiones sobre cultivo, riego, limpieza, entre otras actividades en la chacra. Estos desplazamientos cotidianos permiten una diversidad en las actividades económicas, de producción agropecuaria alternada o complementada con trabajo en el sector de servicios y comercio. Cabe mencionar que la permanencia en las localidades es muy heterogénea, los desplazamientos son parte de la vida rural (figura 12).

Las visuales en los desplazamientos a pie son útiles para obtener información de las actividades de producción e infraestructura. Por ejemplo, la piedra-maqueta Luichimarca, a 3 500 m s. n. m., es un punto visual estratégico y de dominio de extensas andenerías (auts-2018, 2018; Aparicio & Clavera, 2017; Canziani, 2021), que permite la visibilidad de Cabana y sus espacios agropecuarios, de Aucará, y de Sondondo, y de los apus tutelares Occonta y Carhuarazu (figura 13). Estas relaciones visuales son parte de “la gran interconexión desde la red de caminería como complemento para la generación de espacios y redes simbólicos de tránsito, que hoy continúan vigentes y activas en la población actual” (Aparicio & Clavera, 2017, p. 112). Esto permite las relaciones visuales de dominio del territorio.

Red de caminos rurales, sector Cabana, Valle Sondondo
Figura 11.
Red de caminos rurales, sector Cabana, Valle Sondondo


Fuente: Ampuero (2021).

Puertas con candado exterior por diferentes tiempos de desplazamientos. Sondondo, 2018
Figura 12.
Puertas con candado exterior por diferentes tiempos de desplazamientos. Sondondo, 2018


Fuente: registro fotográfico de autora.

Ubicación y visuales desde piedra-maqueta Luichimarca, Valle Sondondo
Figura 13.
Ubicación y visuales desde piedra-maqueta Luichimarca, Valle Sondondo


Fuentes: foto y mapa por auts-2018 (2018); flechas hacia apus tutelares, por autora.

Los desplazamientos cortos y medios se dan en el ámbito de las actividades rurales, orientados a la actividad pecuaria. Los pastores que se ubican cerca del ganado para su cuidado y manejo permanecen de tres a cuatro meses, y se turnan entre familiares o comuneros. Durante su permanencia, parte de la familia los abastece semanalmente de alimentos. Las actividades de pastoreo en las regiones Puna y Suni requieren de apoyo de sus familias en la región Quechua.

Los desplazamientos cortos, según la duración del trayecto en vehículo y el tiempo de permanencia en el destino, son recurrentes entre la población de capitales de distritos, que se desplaza por el día a centros poblados menores próximos, por razones de trabajo en el sector de servicios públicos, educación, salud y gestión local. Salen entre las 7:30 y 8 a. m., en moto lineal, mototaxi u otro vehículo, en un recorrido usualmente de 15, 30 o 40 minutos, y retornan al final del día, aproximadamente a las 4 p. m. Los desplazamientos diarios y cortos permiten su alternancia con los desplazamientos cotidianos a las chacras. Estos también se dan desde un asentamiento menor hacia la capital del distrito, por razones de trabajo en el sector público o privado, y educativas, y pueden ser diarios o hebdomadarios, y durar algunos meses.

Los desplazamientos medios son desplazamientos hebdomadarios, como, por ejemplo, los que realizan residentes de Puquio que trabajan en alguna capital de distrito, en el sector público o privado (estos trabajos pueden ser por meses, por un año o permanentes). Se trasladan los lunes a las 5:30 a. m. (dependiendo de la distancia) en colectivos (vehículos de servicios de transporte privado rápido), en recorridos de 2 a 3 horas aproximadamente, y retornan los viernes a las 4 p. m. a su lugar de residencia. De igual manera, los cabaninos se desplazan, por la semana, hacia Puquio (92 km, 1:50 h), Huanca-Sancos (98 km, 2:30 h), Sucre (85 km, 2:50 h), entre otras ciudades a distancias similares. Estos desplazamientos no permiten otras actividades salvo, de manera excepcional, algunos fines de semana. Son desplazamientos que realizan los jóvenes, por motivos educativos o de trabajo, y los adultos, por trabajo.

Los desplazamientos largos comprenden varios meses. Se pueden dar por educación, salud o trabajo, por lo general a la capital de la región (6:30 horas vía Huanca-Sancos y 10:30 horas vía Sucre), a Lima (12 horas) o a otra ciudad principal. Por ejemplo, los estudiantes universitarios se desplazan a Lima por cuatro meses. En ese lapso es posible que sus padres los visiten una o dos veces, y luego regresan por uno o dos meses durante sus vacaciones, o una vez al año si consiguen algún trabajo eventual. Este tipo de desplazamiento se da también por trabajo en tiempos fijos, por lo general entre la población adulta. Dentro de estos desplazamientos largos se encuentran también los realizados por jóvenes en edad escolar primaria y secundaria, que se trasladan desde asentamientos muy pequeños, que distan un promedio de tres horas con alta dificultad para conseguir un vehículo de transporte –muchas veces por el costo-, a la capital de distrito. Ellos se alojan en alberges municipales o alquilan cuartos, y realizan sus estadías de un año o seis meses con ayuda de algún familiar. Lamentablemente, pese a la alta demanda, los equipamientos, como albergues municipales para escolares, como en Cabana, se encuentran en muy mal estado, a pesar de lo cual son utilizados. También existen hostales municipales, como en el caso de Chipao (figura 14), que está en mejor estado.

Por último, están los desplazamientos permanentes de la población migrante a ciudades mayores y de menor altitud, por razones educativas y de trabajo, entre las más comunes. Por lo general, parte de esta población regresa de visita de manera esporádica o planificada, para fiestas o para el cuidado de chacras o viviendas. El vínculo con el lugar de origen no se pierde. Actualmente, parte de esta población ha retornado al Valle debido a la emergencia sanitaria, lo que ha generado dinamismo en las calles de los centros poblados (se han abierto más negocios, el mercado tiene los puestos completos) con los que hasta ahora han preferido quedarse.

La dispersión poblacional está articulada en diferentes formas de desplazamiento, y se identifican las relaciones espaciales de (1) conectividad, (2) visibilidad y (3) contracción espacio-temporal. Estos desplazamientos pueden combinarse, según prioridades económicas, en la producción o trabajo en el sector terciario por servicios educativos, de salud y de comercio.

 (a) Albergue municipal en Cabana (plaza Bolognesi) y (b) Hostal municipal de Chipao (plaza de armas de Chipao)
Figura 14.
(a) Albergue municipal en Cabana (plaza Bolognesi) y (b) Hostal municipal de Chipao (plaza de armas de Chipao)


Fuente: fotos de la autora, 2019.

Se distingue que, en los desplazamientos cotidianos, realizados generalmente a pie, el interés se centra tanto en el destino como en la experiencia del recorrido. La información recogida a partir de las visuales es fundamental para la actividad agropecuaria. La red de caminos ruralpeatonal es soporte de la articulación más local de la producción agropecuaria, y de la gestión y mantenimiento de la red hídrica; por ello, busca siempre su eficiencia en conectividad y visibilidad. Sin embargo, su mantenimiento es deficitario: la calidad de esta infraestructura tan irradiada es mala (figura 11).

Es relevante señalar que, en los desplazamientos vehiculares hacia centros poblados, sean estos cortos, medianos, largos o permanentes, el interés está en el destino. Y, en ello, la inversión pública vial ha incrementado la contracción espacio-temporal, reduciendo el tiempo del trayecto. Sin embargo, dada la recurrencia de los desplazamientos cortos y medios para la producción rural, se hace necesario tener una mirada más local de las inversiones públicas en el sistema de transporte, para que los desplazamientos sean confortables y seguros,12 con infraestructura vial y servicio de transporte de calidad, sobre todo en contextos de desigualdad evidente (gra, 2016).

Conclusiones

Las relaciones espaciales en el Valle evidencian que la población dispersa es agrupada y articulada por su estructura territorial, revisada a partir de los vínculos con las redes territoriales hídricas y de caminos. Se identifica, a partir de las relaciones espaciales, que esta dispersión poblacional en un espacio vertical es una alternativa lógica y está anclada a su estructura territorial, que la hace posible, permitiéndole gestionar un territorio extenso.

La población dispersa está agrupada en el territorio según tipos de relaciones espaciales: (1) relaciones hacia un todo territorial y su vínculo con diferentes escalas en el Valle; (2) relaciones de proximidad a los recursos, como también la proximidad al control de la distribución de la red hídrica que define la localización posible y útil del asentamiento, y (3) relaciones de continuidad, definidas por la complementariedad en el espacio vertical. Existe una concatenación de la ocupación territorial según las regiones naturales (Puna, Suni y Quechua), en diferentes formas de desplazamientos y según la modalidad del trayecto, el tiempo del recorrido y la permanencia en el destino. La población dispersa está agrupada e igualmente articulada según relaciones espaciales de conectividad, visibilidad y contracción espacio-temporal. Esta condición de dispersión y articulación es un valor y es viable para un espacio vertical, pero requiere ser fortalecida generando un encadenamiento virtuoso hacia una mejor calidad de vida común.

Cabe resaltar la poca valoración que tienen los programas públicos sobre el vínculo de la población dispersa con su estructura territorial, y prioridades no coherentes con la estructura territorial local. Incluso, los servicios públicos en capitales de distrito son de baja calidad y poco han sabido adaptarse a esta dispersión poblacional. Si bien, la dispersión poblacional se explica por su estructura territorial, el continuo despoblamiento es un riesgo alto para alcanzar un bienestar común.

Esta investigación exploratoria de relaciones espaciales, desde una posición de respeto y responsabilidad, y considerando a la población en su territorio como punto de partida, plantea pautas para una aproximación metodológica que requiere aún de más casos de aplicabilidad a fin de consolidarla en sus aspectos operativos, pero asume la comprensión de la complejidad de la ocupación en el territorio en sus relaciones espaciales.

Esta aproximación valora lo esencial de los territorios y, por ende, un acercamiento a proyectos urbanos, rurales y territoriales pertinentes con la realidad local. La población dispersa requiere de políticas públicas “a la medida”, y no de políticas estándar o masivas, que están orientadas más al lote o la localidad que a la comunidad, o a proyectos de extensión de canales sin considerar la gestión de la red en su conjunto, o a “proyectos cemento” de vías que destrozan otras redes superpuestas y reducen la infraestructura urbano-rural de seguridad alimentaria en las localidades. Son prioritarios proyectos de desarrollo vecinal local del sector transporte que prioricen fortalecer la infraestructura de los tipos de desplazamientos más locales.

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Notas

1 Sistema de cultivo agrícola de andenes y terrazas adecuados a la pendiente y tipo de suelo. Contienen espacios agrícolas en zonas de pendiente que incluye canales de piedra para riego, con desarrollo productivo de diversidad de cultivos a proximidad, en la región Quechua, en altitudes de entre 2 400 y 3 800 m s. n. m., y mitigación de riesgos (Kendall & Rodríguez, 2009). En Sondondo, la andenería data de épocas waris, preíncas e incas, y existen 5 730 ha de parcelas agrícolas (Prodern, 2015).

2 Para el censo 2017, la migración de origen de la Sierra (1 065 235 de 3 601 335 de población migrante en el país), tiene como destino la Costa el 49,8%, y el 41,9 % se queda en la Sierra migrando a una ciudad mayor (Huarancca et al., 2020).

3 Las regiones naturales definidas por Pulgar Vidal (1987) se diferencian por altitudes, saberes locales y toponimia. Son ocho: Chala (0-500 m s. n. m.), Yunga (500-2 300), Quechua (2 300-3 500), Suni (3 500-4 000), Puna (4 000-4 80 0) Janca (4 800-6 768), Rupa Rupa (400-1000) y Omagua (83-400).

4 La desigualdad territorial se da cuando persiste el crecimiento económico disociado del desarrollo, y afecta personas y comunidades ubicados en determinados territorios, donde existen condiciones que dificultan procesos de mejoramiento de la calidad de vida (Remy, 2015). La desigualdad territorial permite entender las migraciones, la falta de políticas territoriales y su localización espacial, con relación a la altitud (Gonzales de Olarte & Del Pozo, 2018).

5 El Perú tiene 196 provincias que agrupan 1 874 distritos, organizados en 24 regiones y el gobierno nacional.

6 Al respecto, Molinero (2019) señala la importancia del estudio de la densidad en territorios de inquietante vaciamiento poblacional y realiza el análisis de datos demográficos y económicos en su distribución espacial, para caracterizar a nivel de país del ámbito rural, e identifica un antagonismo rural, entre un vaciamiento continuo y otro de posibilidades viables de desarrollo.

7 La quema pública de ánforas electorales en las elecciones presidenciales de 1980 en la localidad de Chuschi, provincia de Cangallo, Ayacucho, cerca de Sondondo, marcó el inicio del terrorismo de Sendero Luminoso, que generó el conflicto más violento en la historia reciente del país. Esto incrementó la migración de importantes sectores de la población rural, con retornos posteriores (Shimitzu et al., 2003). La Comisión de la Verdad y Reconciliación (2003) reconoce que los más afectados fueron las familias de zonas rurales y quechuahablantes, y en esas dos décadas, las victimas superaron los 69 000 muertos o desaparecidos por organizaciones subversivas o por obra de agentes del Estado.

8 Para enfrentar la crisis económica derivada de la emergencia sanitaria por covid-19, las familias que migraron a ciudades principales en condiciones de trabajo informal o eventual, retornaron a sus lugares de origen, a pie en la mayoría de los casos. No existen cifras oficiales, pero se empadronó a 220 000 personas desde Lima. La informalidad y desigualdad urbanas son frágiles frente a crisis alimentarias (Lázaro, 2021).

9 Los distritos reúnen varias comunidades: Cabana, 2, y Aucará, 17. En las capitales de distrito, el alcalde es la autoridad local, y el presidente de la comunidad, la autoridad comunal.

10 El inei define como población dispersa a los asentamientos de menos de 150 habitantes. Aquí se los denomina “asentamiento poblacional”.

11 La chacra es una parcela agrícola medida por 1 jugada (aproximadamente 1 ha), media jugada o un cuarto de jugada. Las personas o familias pueden tener una jugada en un sector, media jugada en otro sector y un cuarto de jugada en otro sector de riego, por ejemplo. Es difícil encontrar extensiones mayores. La mayoría de las chacras de cultivo están en andenes o terrazas; pocas se encuentran en pampas (pampones).

12 La seguridad en los desplazamientos es reducida. En los cotidianos, se producen caídas, muchas de ellas graves, y, en los otros, accidentes vehiculares en abismos y mala conducción de los choferes por tratar de reducir el tiempo de viaje. Esta inseguridad preocupa sobre todo a los niños, puesto que son los padres quienes se desplazan.

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