¿Es posible (re)insertar a los pobres al desarrollo?: modelos y paradigmas

Is it Possible to (Re)Insert Poor People to Development?: Models and Paradigms

É possível (re)inserir aos pobres ao desenvolvimento?: modelos e paradigmas

José Ventura *
Universidad ESAN, Perú
Kety Jáuregui **
Universidad ESAN, Perú

¿Es posible (re)insertar a los pobres al desarrollo?: modelos y paradigmas

Universidad & Empresa, vol. 18, no. 31, 2016

Universidad del Rosario

Recepción: 03 Septiembre 2015

Aprobación: 05 Febrero 2016

Resumen: La pobreza es un fenómeno difícil de solucionar debido a su carácter complejo y multidimensional, razón por la cual existen muchas definiciones y maneras de medirla. En este contexto, el presente artículo tiene por objetivo presentar la revisión de literatura de los diversos enfoques y modelos de reducción de la pobreza y proporcionar un marco de análisis y reflexión para futuras investigaciones. Metodológicamente, el artículo de revisión de literatura, que es de naturaleza teórica y descriptiva, pone especial interés en las propuestas elaboradas por Hernando De Soto (2000) y C. K. Prahalad (2005), quienes dan luces de esperanza frente a un problema endémico a nivel mundial. La riqueza de cada enfoque —su complementariedad e integralidad— desafía a la Administración de Negocios, pues pone en evidencia su potencial contribución en la lucha contra la pobreza. El resultado principal demuestra que los modelos endógenos, en el cual los propios pobres son los protagonistas en el proceso de reinsertarse al desarrollo, requieren dos estrategias: acceso a los mercados y valorización de sus patrimonios. Los pobres requieren de más mercado (más capitalismo) que de programas sociales subvencionados por el Estado.

Palabras clave enfoques de desarrollo, pobreza, reducir la pobreza.

Abstract: Poverty is a difficult phenomenon to solve due to its complex and multidimensional character, which is why there are many definitions and ways of measuring it. In this context, this paper has as a main goal to present a review of literature of the diverse focuses and models of reduction of poverty and to proportionate a framework of analysis and reflection for future investigations. Methodologically, the paper of literature review, which is of descriptive and theoretical nature, pays especial interest in the proposals developed by Hernando De Soto (2000) and C.K. Prahalad (2005), who illustrate hope to face an endemic problem in an international level. The richness of each focus (its complementarity and integrality) defies the Management of Business because puts in evidence its potential contribution to the fight against poverty. The main result demonstrates that endogenous models, in which poor people are protagonists in the process of reinsertion to development, require two strategies: access to the markets and valorization of its wealth. Poor people require more from market (more capitalism) than from social programs subsidized by the Government

Keywords: Development focuses, Poverty, Reduction of poverty.

Resumo: A pobreza é um fenômeno difícil de solucionar devido ao seu carácter complexo e multidimensional, motivo pelo qual existem muitas definições e maneiras de medi-las. Neste contexto, o presente artigo tem por objetivo apresentar a revisão de literatura dos diversos enfoques e modelos de redução da pobreza e proporcionar um marco de análise e reflexão para futuras pesquisas. Metodologicamente, o artigo de revisão de literatura, que é de natureza teórica e descritiva, põe especial interesse nas propostas elaboradas por Hernando De Soto (2000) e C. K. Prahalad (2005), os quais dão sinais de esperança frente a um problema endémico a nível mundial. A riqueza de cada enfoque -a sua complementaridade e integralidade- desafia à Administração de Negócios, pois põe em evidência a sua potencial contribuição na luta contra a pobreza. O resultado principal demonstra que os modelos endógenos, no qual os próprios pobres são os protagonistas no processo de se reinserir ao desenvolvimento, requerem duas estratégias: acesso aos mercados e valorização de seus patrimónios. Os pobres requerem de mais mercado (mais capitalismo) que de programas sociais subvencionados pelo Estado.

Palavras-chave: enfoques de desenvolvimento, pobreza, reduzir a pobreza.

INTRODUCCIÓN

La pobreza es percibida por todos los actores que luchan contra ella como un fenómeno negativo que pone en riesgo y compromete todo el desarrollo de la humanidad. Se calcula que el número de habitantes más pobres entre los pobres del mundo tal vez ascienda a un millar de millones; una cuarta parte del mundo sigue viviendo en absoluta pobreza y tal vez una quinta parte sigue estancada en la más horrenda y desesperada trampa de pobreza (Sachs, 2005).

En ese sentido, Wade (2001) estima que en las últimas décadas la pobreza en el planeta no solo ha aumentado, sino que también la inequidad económica y social se ha incrementado. La pobreza no solo se concentra en los países del sur; de hecho, muchos países del norte empiezan a sufrir este fenómeno (Villasante, 2006). Aún dentro de estos países, la pobreza se concentra en lugares específicos. En China e India, el contraste entre la pobreza rural y urbana es evidente (Wade, 2001). En Perú, país de renta media (ingreso per cápita promedio de 3000 dólares anuales), la pobreza es más aguda en las zonas rurales, donde más de dos terceras partes de la población es pobre y cerca de la mitad vive en pobreza extrema (Iguiñiz & Franke, 2006).

A nivel mundial, si bien la pobreza es significativa por su cobertura (alcance cuantitativo), la pobreza es aun más significativa cuando se observan las condiciones dramáticas de vida de los pobres (su vivienda, alimentación, salud, etc.). Se calcula que más de 1200 millones de seres humanos no tienen acceso al agua potable; 1000 millones carecen de vivienda; existen 840 millones de personas mal nutridas, de las cuales 200 millones son niños menores de cinco años (Sachs, 2005).

La pobreza genera desigualdad en el acceso —por raza, género y clase económica— a la educación, salud, vivienda, vestido y alimentación (Rennó, 2007); compromete no solo el desarrollo actual de las personas, sino también su futuro. Ante esto, el tema de reducción de la pobreza se ha convertido en un objetivo compartido por todos los gobiernos, organismos multilaterales y la sociedad mundial. Se han propuesto y desarrollado diversos enfoques (monetario, capacidades humanas, activos, negocios, etc.) a lo largo de muchas décadas para luchar contra ella.

En ese contexto, el objetivo de este artículo es describir la evolución del concepto de pobreza, además de proporcionar un marco de análisis y reflexión de los diversos enfoques de reducción de la pobreza. En la primera parte se presenta la evolución del concepto de pobreza, así como las relaciones que esta tiene; en la segunda parte se presentan a los principales actores que luchan contra la pobreza; en la tercera, los enfoques tradicionales para luchar contra la pobreza; en la cuarta, los enfoques contemporáneos para reducir la pobreza; y, finalmente, las conclusiones de la investigación.

1. METODOLOGÍA

La investigación es una revisión de literatura sistemática e integrativa de los modelos y estrategias de reducción de la pobreza. Primero, se revisaron las investigaciones académicas sobre pobreza, modelos y las estrategias exógenas y endógenas de pobreza; luego, se revisó la literatura de organismos multilaterales y bilaterales; y, finalmente, se sistematizó toda la información en cuadros matrices, considerando año, autor, objetivo, enfoque, aporte y ámbito.

Se resalta que, para desarrollar esta revisión de literatura, se han considerado solo los artículos que apoyan la respuesta a la pregunta inicial y motivadora de la investigación sobre reducción de pobreza. A continuación se listan las principales fuentes utilizadas en esta investigación.

Tabla 1
Lista de fuentes para este artículo

Lista de fuentes para
este artículo


Fuente: elaboración propia.

Tabla 1 (cont.)
Lista de fuentes para este artículo

Lista de fuentes para
este artículo


Fuente: elaboración propia.

Es importante señalar que en esta investigación se hace una revisión de las estrategias de la reducción de la pobreza desde el campo de la administración y negocios luego de recopilar y evaluar investigaciones sobre estrategias de reducción de pobreza endógenas y exógenas. Una vez realizada la evaluación se seleccionaron e integraron los modelos de De Soto (2000) y Prahalad (2005).

El modelo de De Soto (2000) hace énfasis en la reducción de la pobreza a partir de la valoración de los activos físicos; los pobres se caracterizan por tener un capital muerto. Existe un potencial para reducir la pobreza si se activan económicamente los bienes físicos de los pobres, según el uso de los patrimonios lo pobres podrán generar riqueza. Su pregunta inicial es: “¿Por qué algunos países son ricos y otros son pobres?”. De Soto responde afirmando que la razón es la incapacidad para producir capital y aprovechar las potencialidades en sus activos, derivado de la carencia de derechos de propiedad de los pobres. Finalmente, el autor propone que para superar la pobreza se deben formalizar los derechos de propiedad de los pobres y crear un marco legal y normativo que permita que los pobres reactiven sus propiedades económicamente.

El modelo de Prahalad (2005) tiene un enfoque de la pobreza definido como la carencia de acceso a los mercados. Su pregunta motivadora es: “¿Por qué millones de personas en la base de la pirámide que es un mercado potencial para las grandes corporaciones no son tomados en cuenta en las estrategias de mercadeo?”. Prahalad tiene una percepción acerca de los pobres de ser potenciales consumidores y productores de bienes, creativos, emprendedores y buenos consumidores. La pobreza se explica porque grandes cantidades de personas no acceden y no se benefician de los mercados de alta calidad y precios bajos. Finalmente, propone como forma de superar la pobreza que los pobres mejoren su capacidad adquisitiva y accedan a mercados, que pasen de ser excluidos a formar parte de los mercados, adquiriendo bienes y servicios de calidad y de esa forma adquirir dignidad.

La tabla 2 presenta la síntesis comparativa de las dos teorías seleccionadas.

Tabla 2
Comparación de enfoques de reducción de la pobreza

Comparación de enfoques
de reducción de la pobreza


Fuente: elaboración propia en base a De Soto (2000) y Prahalad (2005).

Tabla 2 (cont.)
Comparación de enfoques de reducción de la pobreza

Comparación de enfoques
de reducción de la pobreza


Fuente: elaboración propia en base a De Soto (2000) y Prahalad (2005).

2. RESULTADOS

2.1. Evolución del concepto de pobreza

Tradicionalmente se ha definido la pobreza como la privación material, medida mediante el ingreso o el consumo del individuo o la familia. Los intentos por definir la pobreza en un inicio se centraron en consideraciones económicas, específicamente en el ingreso o el consumo (Olavarria, 2001).

De hecho, la literatura pone especial énfasis en la “línea de pobreza” o “normas de consumo” como una manera básica para definirla, entenderla y medirla en forma económica. Especificar algunas “normas de consumo” o una “línea de pobreza” puede abrir parte de la tarea: los pobres son aquellos cuyos niveles de consumo caen por debajo de estas normas, o cuyos ingresos están por debajo de esa línea (Sen, 1982).

En esta perspectiva de tener un parámetro básico (línea de pobreza), la literatura cita como los pioneros en los estudios de pobreza a Charles Booth y Benjamin Rowntree en el siglo XIX y XX, respectivamente, a partir de sus estudios sobre pobreza en las ciudades de Nueva York y Londres (Rowntree, 1902, 1918). Rowntree (1902) definió que una familia está en situación de pobreza “cuando los ingresos totales son insuficientes para obtener lo mínimo necesario para la subsistencia” (p. 188). Lo mínimo necesario hacía referencia a alimento, vestuario, habitación, calefacción, combustible y utensilios para cocinar y lavar, todo comprado a los precios más bajos y en las mínimas cantidades necesarias para asegurar la subsistencia física (Olavarría, 2001; Ruggeri, Ruhi & Stewart, 2003).

Actualmente, la medición de la pobreza por vía del ingreso ha sido altamente criticada; el principal crítico es, sin duda, el economista y premio Nobel de economía Amartya Sen. Sen (2001) afirma que la conversión del ingreso en capacidades básicas puede variar de manera significativa entre las personas, ya que esta es afectada por variables sobre las que una persona puede tener escaso o ningún control, como son la edad, el sexo, la localización, etc.

Así, a este enfoque económico se han ido agregando otras variables sociales, dando origen a diversos conceptos y formas de entender la pobreza. La variedad de conceptos de pobreza depende de diversos puntos de vista; en ese sentido, se le ha clasificado en tres grupos, a partir de los siguientes criterios: por su contenido disciplinar predominante, por sus dimensiones y por la forma de medición.

La pobreza puede ser definida por su contenido disciplinar, desde una perspectiva económica, como la carencia de ingresos monetarios (Banco Mundial, 1960); desde la perspectiva biológica, como la carencia de la satisfacción de las necesidades fisiológicas, principalmente la alimentación (FAO, 1960); y desde una perspectiva sociológica, como la carencia de la satisfacción de necesidades sociales y culturales (PNUD, 1990).

A continuación, en la tabla 3, se muestra con mayor detalle la definición de pobreza según la perspectiva disciplinar.

Tabla 3
Definición de la pobreza según la perspectiva disciplinar

Definición de la pobreza
según la perspectiva disciplinar


Fuente: elaboración propia. Adaptado de: Banco Mundial (1960), Food And Agriculture Organization (FAO, 1960) Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 1990), Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 1996).

Tabla 3 (cont.)
Definición de la pobreza según la perspectiva disciplinar

Definición de la pobreza
según la perspectiva disciplinar


Fuente: elaboración propia. Adaptado de: Banco Mundial (1960), Food And Agriculture Organization (FAO, 1960) Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 1990), Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 1996).

La pobreza puede ser definida por su dimensión, como unidimensional o multidimensional. Se dice unidimensional cuando una sola dimensión o variable define la pobreza y por lo tanto su medición. Por ejemplo, la pobreza definida como insuficiente ingreso económico y medida según el ingreso per cápita (Banco Mundial, 1996) o la pobreza definida como la carencia del consumo de calorías medida por el nivel de ingesta calórico diario (Feres, 2000). Es multidimensional cuando varias dimensiones o variables definen la pobreza. Por ejemplo, la pobreza definida como las necesidades básicas insatisfechas: variables como ingresos, alimentación, abrigo, vivienda (Instituto Nacional de Estadística de Perú, 2015, Instituto Nacional de Estadística de Chile, 2011, Instituto Nacional de Estadística de Colombia 2010 e Instituto Nacional de Estadística de Argentina, 2014).

La pobreza puede ser definida, por la forma de medición, como pobreza absoluta o pobreza relativa. Es absoluta cuando se define la pobreza con un solo indicador; por ejemplo, la línea de pobreza definida por el ingreso mínimo de un dólar o dos dólares diarios (Banco Mundial, 1996). La pobreza relativa no es solo un indicador; se basa en la idea que las necesidades no son fisiológicamente establecidas, sino que son culturalmente determinadas. Una manera de medir la pobreza relativa es desde las necesidades básicas insatisfechas (NBI), criterio que es utilizado por casi todos los países. La pobreza es relativa a cada país y a cada región (Feres & Mancero, 2001).

A continuación, en la tabla 4, se muestra con mayor detalle la definición de pobreza según sus dimensiones y forma de medición.

Tabla 4
Definición de la pobreza según la perspectiva de dimensiones y por su forma de medición

Definición de la pobreza según la perspectiva
de dimensiones y por su forma de medición


Fuente: Banco Mundial (1990); Departamento Nacional de Estadística, Colombia (DANAE); Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú (INEI); Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (2000); Townsend (1970, 1999).

2.2. Actores que luchan contra la pobreza

La aplicación de los programas sociales y las políticas sectoriales, que diseñan los organismos multilaterales y los países, pretende reducir la brecha que existe en el acceso a las oportunidades, la cual genera desigualdad y exclusión en los grupos sociales. En ese sentido, los organismos multinacionales son actores importantes. Entre ellos sobresalen el Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidas y la Organización de Cooperación y de Desarrollo Económicos (OCDE).

El Banco Mundial, junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), promovió a partir del 2000 que los países en desarrollo tengan una estrategia antipobreza. El criterio de una estrategia nacional de lucha contra la pobreza es un nuevo requisito para la concesión de créditos del FMI y del Banco Mundial. Desde el 2001, el Banco Mundial recomienda combatir la pobreza llevando a cabo acciones en tres áreas:

Actualmente, el Banco Mundial persigue un enfoque multidimensional en la lucha contra la pobreza, lo que significa que se interesa por otras dimensiones del estado de pobreza: ausencia de voto en las decisiones (voicelessness), falta de poder, impotencia (powerlessness), elevados riesgos y vulnerabilidad.

La Organización de las Naciones Unidas sostiene que para salir de la pobreza se necesita un enfoque multifacético que va más allá de las políticas requeridas para mantener la estabilidad y el crecimiento económico, así como un clima político estable (PNUD, 2003). Por ello propone seis conjuntos de políticas:

Los veintiún estados miembros del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la Organización de Cooperación y de Desarrollo Económicos (OCDE) inventariaron y cuantificaron en su informe, Shaping the 21st Century: The Contribution of Development Cooperation (París, 1996), los principales objetivos a alcanzar hasta el año 2015. La OCDE hace énfasis en un enfoque centrado en la participación de las contrapartes en los países en desarrollo, con una repartición bien definida de los roles y de las responsabilidades de ambas partes. En la declaración de los ministros del CAD de 1995, titulada Vers un partenariat pour le développement dans le nouveau contexte mondial, se describe la lucha contra las causas de la pobreza como objetivo fundamental: Combatir las causas profundas de la pobreza constituye un objetivo primordial. En 1996, la OCDE, el Banco Mundial y el PNUD fijaron los siguientes objetivos de desarrollo:

Un segundo actor importante es el Estado, quien implementa las políticas públicas nacionales y políticas sectoriales. En el primer caso, se han identificado hasta tres modelos: el modelo que optaron los países en el marco de sus políticas de desendeudamiento Poverty Reduction Strategy Papers o PRSP (generalmente, son prescritas por el gobierno nacional frecuentemente con el apoyo de los organismos multilaterales), las estrategias país y las políticas sociales. En cuanto a políticas sectoriales, se ha explorado en tres: políticas educativas, de salud y de empleo, utilizadas como estrategias que permiten reducir la pobreza en determinados sectores de pobreza extrema.

Un tercer actor son las empresas, que a raíz de los grandes cambios que ha tenido el controvertido mundo empresarial, especialmente por el fenómeno de la globalización que ha impulsado enormemente la apertura mundial a los mercados y ha colocado a las empresas como uno de los principales actores de crecimiento y desarrollo económico, han tenido que reconfigurar y redefinir su papel y misión dentro del escenario mundial. Es por ello que desde los años noventa este concepto ha ido cobrando fuerza y ha evolucionado el concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).

Bajo este concepto de administración y de management se engloban un conjunto de prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresarial que persiguen un nuevo equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental. La RSE involucra un campo de acción más amplio; apuesta por un trabajo coordinado entre la empresa, el Estado y la sociedad civil en pro del desarrollo y crecimiento económico. Se podría situar a la RSE como el enfoque de negocios empleado por las empresas y las corporaciones en pro del bien común y desarrollo social de toda la comunidad.

Un cuarto actor son los Organismos No Gubernamentales (ONG) que elaboran diversas estrategias contra la pobreza. Existe una variedad programática contra la pobreza: desde las ONG que brindan capacitación, promoción y asistencia a los sectores más vulnerables para insertarlos en el mercado, hasta el asistencialismo tradicional. Comúnmente, estas instituciones se ubican frente a la realidad desde tres perspectivas básicas (CODHEM, 1997):

2.3. Enfoques tradicionales de reducción de pobreza

Por la naturaleza multidimensional de la pobreza los estudios realizados sobre la reducción ponen énfasis en diferentes aspectos. En la literatura se utilizan muchos términos; algunos hablan de reducción de la pobreza (PNUD, 2006; Banco Mundial, 2000; y FIDA, 2002), otros de lucha contra la pobreza (FMI, 2005), combate a la pobreza (OEA, 1997), mundo sin pobres (Banco Mundial, 2001), alivio a la pobreza (IFPRI, 1998), superación de la pobreza (Yunus, 2006), etc. Todos significan lo mismo, no obstante las pequeñas y sutiles diferencias; por ejemplo, el concepto de alivio denota estar frente a un problema que no se puede solucionar, sino solo “aliviar”, el concepto “combate” denota estar frente a un hecho indeseable, por lo cual el mandato imperativo es destruir o derrotar a la pobreza, y la “superación” denota estar frente a un fenómeno que se puede superar.

En general, la bibliografía tradicional clasifica los enfoques de reducción de pobreza en tres grupos: el enfoque monetario (disciplina económica), el enfoque de las capacidades (disciplina sociológica) y el enfoque de empoderamiento (disciplina sociológica).

En el enfoque monetario se asume que la pobreza es un descenso en el consumo o ingreso, y que toma como base una línea de pobreza monetaria; el Banco Mundial utiliza este enfoque para identificar y hacer comparaciones (pobreza de 1 USD o 2 USD). Con base en este enfoque se han desarrollado dos perspectivas de reducción: la perspectiva teórica y la perspectiva política.

La perspectiva teórica propone que la reducción de la pobreza será efecto de la política económica: a) la reducción de la pobreza será efecto del crecimiento económico sostenible (Trickle-down effect) (Banco Mundial, 1960) y b) la reducción de la pobreza será efecto de una política de crecimiento con redistribución (Pro poor growth) (White & Anderson, 2000).

La perspectiva política propone estrategias de carácter político; es decir, antes de estar sustentadas en evidencias empíricas o enfoques teóricos se soportan en la voluntad y la toma de posición de los países u organismos internacionales. Esta toma en consideración tres criterios: a) Invertir en los pobres (Investment in the Poor), que está orientada a cubrir las necesidades básicas de los pobres (Cosude, 2000); b) Ajuste estructural que prevé una serie de redes de seguridad que deben atenuar las peores repercusiones de dicha situación en los pobres (OCDE, 1996); y c) Trabajo para los pobres. La focalización se basa en el despliegue de apoyo a determinado sector de la población mediante la promoción de programas y de prestaciones sociales específicas (salud, educación y formación profesional) (CEPAL, 2002).

En el enfoque de capacidades se considera a la pobreza como la carencia de recursos que impide a las personas cumplir algunas actividades básicas, tales como permanecer vivo y gozar de una vida larga y saludable, reproducirse y trasmitir su cultura a las generaciones siguientes, interactuar socialmente, acceder al conocimiento y gozar de libertad de expresión y pensamiento (Sen, 1984).

La pobreza puede ser el resultado de la falta de renta, que puede predisponer a la privación de las capacidades básicas de las personas; sin embargo, esta no es la única causa que origina la privación de las capacidades (Sen, 2000).

De acuerdo con este enfoque, la lucha contra la pobreza consistiría en identificar y potenciar las capacidades de las personas para mejorar su bienestar (Sen, 1982). A diferencia de la anterior, el ingreso solo es un medio y no un fin. Lo verdaderamente importante en relación al ingreso es la oportunidad de convertirlo en capacidades de funcionamiento social. Por otro lado, este enfoque permite analizar la relación estrecha entre pobreza y desigualdad en el acceso a las oportunidades, que considera interdependientes y complementarias. Asimismo, este enfoque establece una diferencia entre la desigualdad de renta y la desigualdad económica, al mismo tiempo que señala la existencia de diversos factores económicos, además de la renta, que afectan a las desigualdades de las ventajas individuales y a las libertades fundamentales.

En los últimos años, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha adoptado en ciertos países el modelo desarrollado por Sen (2000). Por ello ha detectado al analfabetismo, desnutrición, tiempo de vida corto, mala salud materna y padecimientos por enfermedades prevenibles como problemas que atentan contra el desarrollo de las capacidades humanas básicas. Esto ha sido denominado por algunos como pobreza humana, para diferenciarla de la pobreza material (Mateo, 2001; Sen, 2000; Yunus, 2006; Pressman, 2000), y que no se enfoca en lo que la gente tiene o no tiene, sino en lo que la gente puede o no puede hacer.

El enfoque de empoderamiento afirma que los pobres tienen carencias materiales, pero sobre todo han perdido la confianza en sus capacidades y en el efecto de sus acciones, consideran remotamente que sus condiciones de vida mejorarán, porque están sujetos a fuerzas y decisiones externas que influyen y determinan sus condiciones de vida. La palabra “empoderamiento” proviene del verbo inglés empower, y está asociada a la idea de una persona que ejerce poder. Los términos en español que más se aproximan a este concepto son “autofortalecimiento”, “control”, “poder propio”, “autoconfianza”, “decisión propia” (Bobadilla, 2005, p. 4).

El empoderamiento es el proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo como grupo social para impulsar cambios positivos de las situaciones que viven (Murguialday, Pérez e Izaguirre, s.f.). El empoderamiento significa un incremento de la capacidad individual para ser más autónomo y autosuficiente, depender menos de la provisión estatal de servicios o empleo, así como tener más espíritu emprendedor para crear microempresas y empujarse a uno mismo en la escala social. También implica mejorar el acceso tanto a los mercados como a las estructuras políticas, con el fin de poder participar en la toma de decisiones económicas y políticas.

Para Keller y Mbwewe (1991) el desarrollo sería un proceso de empoderamiento, es decir, “un proceso mediante el cual las personas llegan a ser capaces de organizarse para aumentar su propia autonomía, para hacer valer su derecho independiente a tomar decisiones y controlar los recursos que les ayudarán a cuestionar y a eliminar su propia subordinación” (p. 82). En otras palabras, el empoderamiento consiste en un proceso de reducción de la vulnerabilidad y del incremento de las propias capacidades de los sectores pobres y marginados, que conduce a promover entre ellos un desarrollo humano y sostenible. En ese sentido, el empoderamiento es un término relacionado con los enfoques denominados participativos, presentes en el campo del desarrollo desde los años setenta. Esto incluye también un proceso por el que las personas tomen conciencia de sus propios derechos, capacidades e intereses, y de cómo estos se relacionan con los intereses de otras personas, con el fin de participar desde una posición más sólida en la toma de decisiones y estar en condiciones de influir en ellas. Los pobres definen a la pobreza a partir del análisis que ellos mismos hacen de su realidad e incluyen los aspectos que consideran significativos

Por lo tanto, para lograr el empoderamiento es necesario promover el desarrollo de capacidades de modo que estas aprovechen las oportunidades que el entorno les brinda. Este modelo propone que los pobres, para salir de la pobreza, deben tener por lo menos cuatro aspectos claves: i) Información, ii) mecanismos de participación, iii) asumir responsabilidad y iv) desarrollar capacidades organizativas.

A continuación se presenta la tabla 5, donde se hace un breve resumen de los enfoques tradicionales: monetario, capacidades humanas y empoderamiento.

2.4. Enfoques contemporáneos para la reducir de la pobreza

Frente a los enfoques tradicionales, en los últimos tiempos se han venido desarrollando nuevos paradigmas, tales como la valorización de los activos (De Soto, 2000) y la base de la pirámide (Prahalad, 2005). Lo interesante de ambas propuestas es que provienen del campo de la administración de empresas.

Enfoque de valorización de activos

Los pobres viven su pobreza como un destino personal y familiar. Es a nivel personal y familiar donde se elaboran los principales mecanismos de reducción de la pobreza. Este modelo afirma que los pobres, por más extremos que sean, poseen activos: activos materiales, activos humanos (su mano de obra, sus capacidades y conocimientos), activos sociales (sus relaciones y redes sociales) y sus activos naturales. Los pobres casi nunca hablan de los ingresos, pero sí se refieren repetidamente a los activos que consideran importantes. La cartera de activos que administran es diversa y varía entre los pobres de las zonas urbanas y los pobres de las zonas rurales (Narayan, 2002).

Estos activos comprenden una amplia gama de recursos tangibles y potenciales, tanto materiales como sociales, a los que las personas y las familias acuden en momentos de crisis (Moser, 1998). Las diferencias existentes entre personas y familias frente a la pobreza están determinadas por la forma en que se controlan y utilizan estos activos. La medida en cómo se movilizan los diversos activos influye en el potencial de superación de la pobreza (Narayan, 2002).

En ese sentido, para salir de la pobreza, los pobres deben buscar afirmar el sentido de propiedad o ser propietarios de los activos (De Soto, 2000). Valorizar sus activos (atribuyéndoles un valor monetario) y acceder a mercados donde la oferta y demanda permita que el activo de los pobres potencie su valor. Este modelo supone dos premisas: a) los pobres tienen activos, y b) existen mercados a los cuales se tiene acceso.

El principal problema, según De Soto (2000), radica en la incapacidad de producir o generar capital y esto se debe principalmente a que los pobres de América Latina no son dueños de estos activos, no poseen tierras o no tienen títulos de propiedad. La falta de una infraestructura legal oculta en las profundidades de sus sistemas de propiedad, donde ser dueño de un activo no es sino el umbral a los efectos de la propiedad. Sin derechos adecuadamente docu mentados, estas posesiones resultan activos difíciles de convertir en capital, no pueden ser comercializados fuera de los estrechos círculos locales donde la gente se tiene confianza mutua, no sirven como garantía para un préstamo, ni como participación en una inversión.

Asimismo, De Soto (2000) señala que existiría un prejuicio ideológico al considerar los activos de los pobres rurales de menor valía que los activos de los pobres de las zonas urbanas, cuando lo que ocurre es lo contrario. Los pobres que viven en las zonas urbanas tienen una cartera de activos menor que los pobres que viven en las zonas rurales. La cartera de activos de los pobres que viven en zonas urbanas se limita a su fuerza de trabajo, conocimientos, redes sociales y bienes materiales (vivienda). La cartera de activos de los pobres rurales incluye además los recursos naturales (suelo, agua, bosques, etc.).

Además, la diferencia estriba en el acceso a los mercados. Los pobres de zonas urbanas tienen mayor acceso a los mercados que los pobres de zonas rurales. Los pobres solo tienen acceso a estrechos círculos locales donde las personas se tienen confianza mutua, quedando entrampados en el sistema extralegal. Además, la falta de información sobre el valor de sus activos y sobre los mercados, lo que les permitiría reorientarse y potenciar sus actividades económicas (y de esta forma reducir la pobreza), agrava su situación (Iguiñiz, 2006).

La propuesta de De Soto (2000) solo concibe una parte del problema del pobre y no percibe las otras aristas del problema. Tal como señala Rennó (2007), en América Latina y en otros países la pobreza es un problema estructural que se acumula y vincula con otras pobrezas, generando una desigualdad en todas las dimensiones de la realidad social. Por ende, existe una correlación directa entre la pobreza estructural, la desigualdad en la distribución y en el acceso de la información política con la participación electoral en Brasil y su relación con otras formas de desigualdad como raza, género y clase económica. La pobreza tiene un rostro determinado por categorías sociales, sexuales, etc.

Enfoque de los negocios de la base de la pirámide

Durante años ha existido el prejuicio en los empresarios de que el problema de la pobreza no es algo de lo que deben preocuparse, pues la empresa no tiene responsabilidad con la sociedad. Así, desde la inicial postura defendida por Milton Friedman (1970), quien afirmaba que la única responsabilidad de la empresa es generar utilidades y que no corresponde a los empresarios intervenir en asuntos sociales, pues eso atañe al gobierno, se ha pasado a una propuesta novedosa e interesante defendida por Prahalad (2005), que permite afrontar este reto. En esta propuesta se incluye la participación de la empresa privada y se la percibe como fuente y motor de desarrollo. No existe en este enfoque una incongruencia entre la participación de la empresa privada en la lucha contra la pobreza y el hecho de que pueda seguir obteniendo de esto una ganancia económica. Lejos de percibirlo como un agente negativo, este podría convertirse en un aliado o socio estratégico que, junto a la acción del Estado, los organismos multilaterales y los organismos no gubernamentales (ONG) de la sociedad civil, puedan contribuir al empoderamiento de los pobres.

Prahalad (2005) concibe el trabajo armónico y coordinado entre todos los actores involucrados que permitiría a los pobres alcanzar el empoderamiento. Con la participación de todos es posible empoderar a los pobres y que estos sean capaces de alcanzar el desarrollo. Para ello resulta estratégica la participación de todos los actores involucrados: grandes empresas domésticas, corporaciones multinacionales, agencias gubernamentales, agencias de desarrollo y de asistencia, y de los propios pobres, para solucionar la extrema pobreza y pobreza del mundo.

Prahalad (2005) considera, como De Soto (2002), que los pobres poseen activos. Esto los convierte en clientes potenciales y atractivos para el mercado. El modelo de Prahalad resalta la capacidad de los pobres de la Base Económica de la Pirámide (BDP) como consumidores de bienes. La conversión de la base de la pirámide en mercado activo es, en esencia, una actividad de desarrollo. Esta toma como base de su enfoque la composición de la pirámide de clase.

La distribución de la riqueza y la capacidad de generar ingresos en el mundo puede captarse bajo la forma de una pirámide económica. En la punta están los ricos con numerosas oportunidades para generar altos ingresos. Más de cuatro mil millones de personas habitan la base de la pirámide, que viven con menos de 2 USD al día (22 pesos aproximadamente) (Prahalad, 2005, p. 6).

El modelo parte del supuesto de que los pobres consumen bienes, pero que estos son excluidos del sistema capitalista. La propuesta de Prahalad es incluir a los pobres al mercado capitalista, los 4000 millones de pobres pueden constituir el motor de la próxima ronda de comercio y prosperidad globales, ser una fuente constante de innovación. Así, los pobres dejarán de ser percibidos como víctimas o como carga, y se empezará a reconocerlos como empresarios creativos. Atender a los consumidores de la base de la pirámide exigirá a las empresas innovaciones en tecnología, productos y servicios, así como en nuevos modelos empresariales. La clave radica en la innovación.

Los pobres demandan una serie de bienes que deben ser funcionales, de buena calidad, de ser posible de bajo costo y ecológicamente sustentables. De la creación conjunta de un mercado en torno a las necesidades de los pobres puede resultar el alivio de la pobreza. La propuesta de Prahalad (2005) supone: a) el valor y la capacidad de los pobres de la BDP como consumidores, es un mercado viable; b) el acceso a los mercados de la BDP no es difícil, solo hace falta un poco de ingenio para acercarse a sus clientes; c) los pobres son conscientes de las marcas; d) los pobres están conectados con la tecnología (celulares, etc.); y e) los pobres están abiertos a la tecnología avanzada.

En ese sentido, Prahalad (2005) sostiene que para lograr ello es necesaria: a) la articulación armoniosa de los distintos actores sociales, económicos, políticos comprometidos en la lucha contra la pobreza; b) el compromiso y la participación de las empresas multinacionales, en reconocer que los pobres pueden ser consumidores potenciales de bienes y servicios, más que productores de bienes y servicios; y c) el compromiso de los propios pobres en la lucha contra la pobreza. La falta de confianza de cada uno de estos agentes hacia el otro podría ser impedimento para llevar a cabo un trabajo coordinado que solucione el problema de la pobreza.

Siguiendo este modelo, los pobres deben convertirse en consumidores activos, informados y participantes. Solo así podrán insertarse al mercado y alcanzar el desarrollo. Su propuesta, que se muestra en la figura 1, centra al pobre en su capacidad consumidora más que en su capacidad productora.


Enfoque de los Negocios
Figura 1
Enfoque de los Negocios


Fuente: Prahalad (2005, p.2).

3. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Si bien pueden existir numerosas definiciones acerca de la pobreza (Olavarría, 2001; Ruggeri, Ruhi & Stewart, 2003) y numerosos modelos que pretenden reducirla a través de la inclusión de los pobres al desarrollo y bienestar (OEA, 1997; Banco Mundial, 2000; Sen 2000; De Soto 2000; Prahalad, 2005; FMI, 2005; Yunus, 2006;), nadie discute acerca del peligro que ella representa para la humanidad.

La variabilidad del enfoque depende directamente de la definición que se asigne a la pobreza. La pobreza como carencia de ingresos, como carencia de consumo de calorías, como carencia de oportunidades, como carencia de capacidades; todas siguen siendo definiciones limitadas. La multiplicidad de definiciones de pobreza hace pensar que no existe hasta el momento una definición homogénea. La heterogeneidad conceptual del término es el resultado de su carácter multidimensional, debido a ello es que debemos hablar de “modelos” que plantean la erradicación de la pobreza.

El fenómeno de la pobreza se presenta de manera dinámica. Existen flujos de entrada y flujos de salida constantes de la pobreza. Una familia que fue pobre y superó la pobreza tiene grandes probabilidades de volver a caer en ella durante los siguientes años, por lo que la probabilidad de que una familia determinada entre o salga de la pobreza parece depender de su historia. La pobreza es un fenómeno que se encuentra en constante interacción y movimiento con otras variables.

La pobreza no solo afecta a la esfera económica, sino que su campo de acción llega a irradiar a otras áreas de la realidad social, como a las esferas; política, cultural, social y religiosa. Si la pobreza fuese resultado de un desequilibrio en la renta no explicaría el porqué la pobreza sigue siendo un problema significativo en países de renta baja y en países de renta media. Es decir, aun cuando la economía de los países se muestre en un proceso de crecimiento sostenido, la pobreza no disminuye significativamente. En ese sentido, el abordaje de la pobreza persistente exige la comprensión de los extra factores que impiden a las familias pobres salir de las actividades económicas de baja productividad. Se aborda la pobreza desde una perspectiva que hace hincapié en la insuficiencia de la propiedad de activos (entre ellos, de capital humano), umbrales en los retornos de esos activos, y acceso limitado de los pobres al crédito o a los seguros, como los principales factores determinantes de su incapacidad para aprovechar las oportunidades de crecimiento (Valenzuela, 2004), dejando de lado los factores no relacionados con las destrezas (tales como discriminación étnica y ubicación), que provienen de barreras a la movilidad en el mercado laboral.

Existe una cercana relación entre pobreza y desigualdad. La pobreza genera brechas y diferencias de toda índole entre las personas. La pobreza impide el desarrollo de las capacidades y la consecución del bienestar social; engendra exclusión y grandes brechas sociales difíciles de superar en las personas. La falta de acceso a la educación, a un adecuado programa de salud, la falta de empleo, el acceso limitado a la información, la baja participación política y la discriminación por género, etnia, cultura y raza, la falta de un programa adecuado de salud, son variables que impiden la generación del capital social y humano necesarios para el desarrollo y bienestar de las personas. En ese sentido, la pobreza ataca las diversas dimensiones de la realidad social.

La perpetuidad y la acumulación de la pobreza (Rennó, 2007) en determinados sectores de la sociedad comprometen a adoptar una serie de estrategias y políticas públicas que permitan sacar de la exclusión a estos sectores. Considerando el carácter complejo y multidimensional de la pobreza, es muy importante la aplicación de políticas sectoriales y programas sociales que contrarresten los efectos de la pobreza y la desigualdad en los sectores más vulnerables. Para ello es de primordial importancia la labor y la participación de los gobiernos en la elaboración y diseño de políticas públicas que disminuyan los efectos de la pobreza en los sectores más vulnerables. Al mismo tiempo que contrarresta los efectos nocivos de la pobreza, estos pueden promover la inclusión de los sectores vulnerables al desarrollo. Actualmente, todas las acciones de los distintos modelos de desarrollo que se vienen desarrollando buscan romper la lógica de las desigualdades.

La pobreza estructural hace necesaria la aplicación de ciertas políticas, consideradas como “asistencialistas”, que permitan el desarrollo de las capacidades de los grupos oprimidos por la pobreza. Los pobres estructurales se encuentran oprimidos de manera sistemática y se encuentran expuestos a la carencia, a la vulnerabilidad. La ejecución de programas sociales considerados “asistencialistas” tiene como principal objetivo reducir los efectos de la pobreza, así como capacitar y promover las habilidades de las poblaciones más afectadas por la pobreza con el fin de poder insertarlas e incluirlas en la dinámica del mercado. Estas necesitan de oportunidades de reconstrucción personal, experiencias positivas de participación y de reconocimiento.

En ese sentido, es prioritario identificar a los sectores más vulnerables de la población para focalizar su atención en ellos. Se debe identificar el grado de pobreza y vulnerabilidad de la población con el fin de poder aplicar las estrategias adecuadas que permitan contrarrestar o reducir los niveles de pobreza y extrema pobreza. El criterio empleado para utilizar determinado enfoque dependerá del grado de vulnerabilidad de los pobres. Es distinto ser un pobre con activos inserto en una economía de mercado, que un pobre sin activos inserto en una economía tradicional rural. Es importante que la aplicación de los distintos programas y enfoques permitan desarrollar las competencias y capacidades que cada grupo requiere para alcanzar el desarrollo. Por ello, no existe “un” programa ideal, sino existen una variedad de enfoques cuya aplicación dependerá de las competencias, potencialidades y necesidades de cada sector, y en más de un caso será necesaria la aplicación, no de uno, sino de dos o tres enfoques.

De acuerdo con esto, Sen, De Soto, Prahalad y otros recientes enfoques de desarrollo consideran la pobreza como un problema que se puede resolver mediante el trabajo coordinado y armonioso de todos los agentes. En otras palabras, no existiría un enfoque único que pueda combatir y acabar con la pobreza, sino diversos “enfoques”. Ellos sitúan al pobre como un actor principal en esta lucha.

La participación e inclusión de los pobres en los modelos de desarrollo es fundamental para combatir la pobreza. El empoderamiento de los pobres es uno de los aspectos centrales de esta propuesta. El empoderamiento de los pobres podría constituir a los pobres en gestores y diseñadores de los programas en pro de su desarrollo y convertirlos en motores de desarrollo. El tomar decisiones y compartir responsabilidades en la elaboración y diseño de estos programas les da la oportunidad de participar en proyectos que influirán en sus vidas. El poder participar en estos procesos los convierte en actores y arquitectos de su propio destino.

Es importante que los sectores beneficiados participen en pro de su beneficio. Se debe apostar por la inclusión y participación de los pobres en la elaboración y diseño de los programas de desarrollo. Esto centra al pobre como el actor principal de su modelo. En ese sentido, se elaboran estrategias que incluyen la participación de los pobres en el diseño de los programas. Aquí adquiere importancia la participación de la sociedad civil y de los mismos pobres en el desarrollo del diseño de programas que luchan contra la pobreza.

En ese sentido, este artículo propone como idea la complementariedad y la integralidad de los enfoques de desarrollo como una alternativa viable contra la pobreza. Se propone la participación coordinada y conjunta de los actores para combatir la pobreza: el Estado, la sociedad civil (organismos gubernamentales, los mismos pobres, etc.), el mercado (empresa privada) y los organismos multilaterales, pues con ellos se podrían promover la participación y el empoderamiento de los pobres, lo que les permitiría salir de la pobreza. En la figura 2 se muestra el enfoque integrado.


Enfoque integrado
Figura 2
Enfoque integrado


Fuente: De Soto (2000) y Prahalad (2005).

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Notas de autor

* Doctor en Administración de Empresas, ESADE (Barcelona, España). Magíster en administración de empresas de la Universidad ESAN (Lima, Perú). Profesor de la Universidad ESAN. Reside en Lima, Perú. Correo electrónico: jventura@esan.edu.pe. Pedro de Halcón 180. Valle Hermoso Monterrico, Surco. Lima 33.

** Post Doctoral en la Universidad de Victoria (Columbia Británica, Canadá). Ph. D. en Management, IESE (Madrid, España). Profesor ordinario de la Escuela de Negocio y Universidad ESAN. Reside en Lima, Perú. Correo electrónico: kjauregui@esan.edu.pe

Información adicional

Para citar: Ventura, J., & Jáuregui, K. (2016). ¿Es posible (re)insertar a los pobres al desarrollo?: modelos y paradigmas. Universidad & Empresa 18(31), 29-58. Doi: http://dx.doi.org/10.12804/rev.univ.empresa.31.2016.02